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VIAJE DONDE EL TIEMPO SE HA PERDIDO

Las historias se repiten una y otra vez  como los capítulos de La Biblia y por eso no pasa de moda. Siempre está en la palabra de los predicadores y en todos aquellos que quieren beneficiarse de ella.

En la política colombiana es el mismo caso porque los asesinatos continúan asechando aquellos que han estado involucrados en el quehacer público.

Desde comienzos de 1800 cuando unos criollos se abrían paso para crear una república imitando a los franceses. Comenzaron a matarse los unos y los otros. De esa camada revolucionaria que asesino al rey, terminaron todos ellos guillotinados entre ellos mismos.

Colombia que es un copietas de causas perdidas ha seguido los ejemplos de todos aquellos que han querido cambiar las estructuras de sus propios países generando más daño que prosperidad. Pero nunca han mirado a los países estables que han prosperado sin llegar a las sangrientas batallas que lo destruyen todo.

De la UP asesinaron miles de personas y dejaron huérfano al país del posible intelecto que posiblemente hubiera aportando más al desarrollo que muertos. Hoy la retaguardia como el fenómeno Aguirre maneja el país a meras rastras de lo que tiene.

Se continúa hoy con el mismo patrón de sicariato para tapar el hoyo creado por la ineptitud de quienes están hoy en las administraciones públicas. Los más doloroso de todo estos es que la sociedad almuerza y duerme con el mismo que lo engaña y lo manipula porque este es incapaz de entender lo que realmente está pasando en su entorno.

La vida es simple para la gran mayoría y prefiere seguir caminando sin preocuparse si sus impuestos están pagando para lo cual son colectados. Pero como la capacidad de intelecto es mínima, lo mejor  es seguir e ignorar la realidad de lo que está pasando.

Los muertos no se salen de sus tumbas, ni los entierran dos veces. Pero los que caminan sobre las tumbas ni siquiera saben que caminan en un cementerio donde las miles de voces sepultadas murmuran con el viento a que no se repita la misma historia.

Pero la Biblia sigue deshojando historias como margaritas con la esperanza que todos se pongan de acuerdo y establezcan un orden donde todos se puedan alimentar sin el temor de ser asesinados por el vecino o un delincuente que ha asumido los poderes que todos en un día de fiesta lo han elegido para que conduzca para bien lo que se le ha entregado.

Mañana será otro día y quizás despierte no convertido en bicho raro sino un ser con conciencia que todo debe hacer para el bien de uno y de todo el entono donde habito.

LOS NIÑOS DE EL DOVIO

Gustavo Álvarez Gardeazábal

Julio 18 2018

Que en la Guajira se mueran niños wayú por desnutrición es impactante, aunque a la larga ha resultado explicable  para encontrar finalmente el problema cultural y de alimentación y corregirlo. Pero que en el Valle del Cauca se mueran 5 niños por desnutrición en una vereda del Cañón de Garrapatas en el municipio de El Dovio, no solo es una vergüenza sino una bofetada a quienes vivimos en el departamento. Tenemos la mayor producción de azúcar del país y manejamos márgenes muy altos de alimentos procesados a todo lo largo y ancho del valle geográfico del rio Cauca para que no puedan llevarles un bocado de comida.

El problema del hambre en el cañón de Garrapatas no es un mal endémico, como lo dijo olímpica, cruel y antipáticamente la secretaria de Salud del Valle, la doctora 

Lesmes. Es una expresión de abandono del estado frente a un puñado de habitantes que por ser indígenas pasando hambres no podrían ser despreciados. Hacerles un seguimiento con los médicos y promotores de salud ni es difícil ni es costoso. Hacerles un plan de nutrición a ese poquito de colombianos, de  poquiticos vallecaucanos, que como dice la despiadada secretaria de Salud del Valle, “solo comen plátano y animal de monte”, ni le cuesta una fortuna al departamento ni es imposible. Lo que hay es una falta de voluntad abrumadora y, por qué no decirlo, una muestra  de racismo y una ausencia total de caridad cristiana  la que  se supura desde la administración departamental que preside la también médica Dilliam Francisca Toro.

Con una centésima parte de lo que se gastan las arcas departamentales  por estos días en las ferias de Buga o lo que se van a gastar en las fiestas pomposas de Bugalagrande y Calima-Darien en el puente de agosto, se podrían comprar muchos mercados para que los empleados de la inhumana secretaria de Salud salvara los niños de El Dovio.

¡UN FORMIDABLE MONSTRUO!, ¡LA HIDRA JUDICIAL!

Carlos Alberto Ramírez

 Cardona

Panorama desolador, de estos organismos de justicia, donde la venalidad, la corrupción y el tráfico de influencias, campean impúdicas  y  sin rubor alguno; son el resultado de un país sin conciencia y escrúpulos, donde el gobierno  permeó todas las ramas del poder público y toda la sociedad Colombiana, con su pedagogía del falso perdón e impunidad, mancillando y escupiendo el principio de autoridad, guillotinando la Constitución, las leyes y el Estado de Derecho, y con abundante mermelada, que brotó generosa e irresponsable del erario público, generando una ideología avasalladora de  irrespeto y mofa de estos sagrados principios. 

El cuestionamiento a los diferentes Ex magistrados de la Corte Suprema de Justicia; Leonidas Bustos, Francisco Ricaurte y Camilo Tarquino, para blindar decisiones y absolver en casos de parapolítica y corrupción, sin olvidar a Jorge Pretelt, y ahora el más reciente este si en ejercicio, Gustavo Enrique Malo, que realmente, no es malo, ¡en absoluto!, ¡es perverso!, desacreditan las otrora sin mácula, Cortes de Justicia, que más bien parecen Cortesanas o Hetairas del gobierno, que fallan impúdicas y concupiscentes, para satisfacer al flautista de Hamelín del Palacio de Nariño, y  que con sus jurisprudencias  maniqueas, con sesgo diabólico, quieren posar de garantistas y justas. 

Después de las graves denuncias contra sus compañeros, hechas, por el Dr. Jorge Pretelt, no quedó títere con cabeza; develándose una serie de prácticas y maniobras deleznables y protervas, que no permiten confiar en la ponderación y  equilibrio de sus decisiones judiciales.  

Con fines políticos e inescrupulosos,  se han creado verdaderos carteles de testigos falsos, desmovilizados de la guerrilla y de las autodefensas,  entran  en el juego, de la justicia efectista y mediática, cuando hay que golpear, despedazar, enlodar, calumniar,  deshonrar  y acusar a algún  

personaje de la vida pública;  lo hacen por  dinero, venganza, retaliación,  por obtención de rebajas, trato especial y privilegios.

Es más fácil encontrar una gota de agua pura y  cristalina en una laguna pútrida y sucia, que el origen de un rumor público, la verdad se ha vuelto relativa,  las declaraciones de los que incriminan a los opositores del régimen  gozan de absoluta y plena credibilidad,   los otros mienten; haberse reunido con “paras” para escucharlos, es delito, reunirse con las guerrillas para el mismo fin no lo es.

Lo que se cometió con Andrés Felipe Arias, fué una canallada, una  sevicia judicial y política, quien no se robó un peso y está condenado a 17 años de cárcel, mientras los criminales de delitos de lesa humanidad llegan al Congreso de la República, sin  condenas por esos crímenes. 

Algunas de las posible soluciones a esta situación, serían la total independencia de las Cortes de la rama legislativa y ejecutiva, carrera judicial, abolir la cooptación y  presupuesto propio, además crear una súper corte con salas especializadas para las diferentes ramas del derecho, que unifique los seis tribunales judiciales existentes; Corte Suprema de Justicia, Corte Constitucional, Consejo de Estado, Consejo Superior de la Judicatura, Jurisdicción Especial para la Paz y Consejo Nacional Electoral, quedando en una sola Corte la responsabilidad  de unificar la jurisprudencia frente a decisiones de primera y segunda instancia, creando certeza y seguridad jurídica, evitando así, el choque de trenes, las contradicciones en las diferentes decisiones, sanar la hipertrofia judicial y acabar con esa Hidra de varias cabezas que se muerden entre sí. Ello, lejos  de preparar o propiciar una posible dictadura o atentar contra la independencia judicial, es  evitar el gobierno de los jueces y la omnipotencia judicial, que les permite legislar a través de sus fallos, reemplazando al constituyente primario y la voluntad popular, como ha sucedido con el matrimonio LGTB, adopción de menores por parejas del mismo sexo, y la dosis personal de estupefacientes,  aparte de ello son 130 Magistrados con salarios cercanos a los USD $10.000 mensuales, una carga bastante onerosa. 

“Una Justicia politizada, es peor que cualquier dictadura, es la entrega de la independencia de los poderes públicos, es la muerte de la democracia,  del Estado de derecho, es una tiranía legalizada por un gobierno omnipotente  “que todo lo puede”, que todo lo demuele a su paso arrollador”. 

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