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EQUIDAD Y JUSTICIA

    Mucho se ha dado de que hablar en el país, el insólito hecho de que a un joven le hayan dado un comparendo por $883.000 pesos por comprar una empanada a una vendedora ambulante en la ciudad de Bogotá, hecho que incluso fue motivo de volverse viral en las redes sociales rompiendo el número de visitas y compartimiento entre personas indignadas por este absurdo hecho.

Es común encontrar en la red el atropello, vejámenes y todo tipo de abuso de autoridad de parte de los uniformados de la policía, cosa que crea confusión, dolor, rabia y todo tipo de rechazo a esta unidad policial.
 

Hay un desacierto en esta actitud del departamento policial del país, ya que está mandando un mensaje equivocado a los colombianos. El cual genera rechazo y todo tipo odio en los sentimientos de quienes ven estas acciones policiales.
 

Los legisladores parecen ignorar los derechos que todo ser humano tiene y que legislando de tal forma están actuando en contravía frente el verdadero raciocinio que debe tener un legislador.
 

Quien está en comando de la nación no está viendo lo que realmente está pasando, parece que carece de la capacidad de las multifunciones que una persona debe tener al ocupar un cargo que requiere estar atento a lo que esta pasando a su alrededor. Colombia no es un país excepcionalmente grande como para no conocer de lo que en él esta pasando.

El abuso policial ha sido notorio en la historia del país lo cual ha llevado a cambiarle en nombre a la institución. Los chilavitas uno de los nombre dados a la institución policial, y el DAS desapareció para convertirse en otro departamento de Justicia.

Colombia necesita una institución profesional que genere confianza y respeto y no unos uniformados pobremente entrenados que no entienden los valores humanos y mucho menos el entendimiento de lo que es justicia y equidad. El hecho de abusar de ciudadanos que carecen de recursos económicos y educación intelectual para poder rechazar los atropellos que la policía hace y se ufana por la razón de llevar un uniforme y una placa que lo diferencia del resto de ciudadanos. Y lo más lamentable es que normalmente atacan en grupo atropellando los derechos ciudadanos y generando una lucha cuerpo a cuerpo en casos que no es necesario esta actitud poco profesional.

Un país mal estructurado, mal dirigido y explotado en todos los

niveles no puede esperar que quienes lo dirigen actúen sana y honestamente frente a la realidad que se esta viviendo.

No podemos ocultar el daño que se esta haciendo una y otra vez a esta generación y a las que están por venir.

Lo más preocupante en todo esto es que los crímenes que se comenten en todo el territorio quedan por lo general sin resolver y las familias nunca tienen noticias de que el crimen fue resuelto. Si uno hay organización desde adentro no puede haber organización en las instituciones que imparten justicia.

La politiquería corre de estrado a estrado y a la sociedad se la deja de lado y solo se le tiene en cuenta en elecciones para que los elijan para luego defraudar al electorado legislando en forma negativa contra la nación.

Gracias a las redes sociales el pueblo se esta educando y conociendo la verdad de lo que realmente esta pasando. Todo tiene su tiempo y su cosecha.

¿Cuándo será la buena cosecha para los colombianos?

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CHAPULIN COLORADO

Gustavo Álvarez Gardeazábal

El lunes pasado El Tiempo le dedicó dos amplios espacios a la ministra de Cultura, doña Carmen Vásquez. El primero de ellos, otra vez una entrevista de página entera, en la 2.5 de la sección de Cultura. El segundo, el mismo día, en media página, otra en la 2.11 de la sección Cali. En ambas la señora ministra da amplias demostraciones de que en seis meses, (desde cuando dio aquella famosa entrevista que yo comenté en esta misma columna recién se posesionó), no ha mejorado su estilo de entender la cultura colombiana y, por el contrario, aunque algunas de las respuestas son casi idénticas a las de hace 180 días, en este par de entrevistas o cambió de asesor o no tuvo tiempo de revisar lo que contestaba.

Que una ministra de Cultura responda, al preguntarle sobre si la prioridad de la cultura son los objetivos económicos y diga: “…Proteger y promover la cultura nos permitirá generar acceso a la cultura y promover el desarrollo de la industrias creativas y culturales” no es una respuesta de una ministra del gabinete del presidente Duque sino más bien del Chapulin Colorado. Y como si fuera poco, ella, que ha sido capaz de borrar de un plumazo los nombramientos del Museo, la Biblioteca y el Archivo Nacionales para adentrarse en las cuevas del olvido y el racismo de la mano de unos personajes que generan pánico porque pretenden borrar parte de nuestra memoria ,responde sin temor: “…para mantener viva nuestra esencia y fortalecer nuestra identidad debemos hacer memoria, conservar las expresiones culturales y artísticas que nos identifican y nos emocionan…”, es decir que para doña Carmen Vásquez la memoria histórica, la que se guarda en las bibliotecas, los archivos y los museos no cuenta. Por eso tal vez entendemos la calidad de directores que ha nombrado al mando de los 3 tabernáculos de la memoria colombiana.
 

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