El Imparcial-Pagina 6

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No obstante, de acuerdo con las autoridades en este día se tiene un aumento del más de 200% de casos de violencia intrafamiliar, riñas, maltrato a la mujer, situaciones que en su mayoría se presenta a causa del consumo desmedido de licor que termina en enfrentamientos que incluso cobran la vida de personas a manos de sus propios familiares. Sin duda alguna, dichas estadísticas no son más que el vivo reflejo que evidencian la triste y cruenta realidad, aquella que deja al descubierto que somos un país con una cultura violenta por excelencia y que llevamos la violencia en nuestros genes y que hace que los conflictos sean resueltos de una manera agresiva. Además, tras analizar este escenario, no solo se trata de mencionar las raíces del comportamiento violento de los colombianos, sino que este fenómeno que ocurre en el Día de las Madres debe de consolidarse como el punto de partida para entender que la barbarie que nos caracteriza ante el mundo no tienen su origen precisamente en los grupos al margen de la ley y alzados en armas, sino en el seno de los hogares carentes de valores, educación y principios que conlleva a generar una cultura ignorante y carente de diálogo. ¿Pero por qué pasa esto? La violencia en este día de celebración como el Día de la Madre, ha sido una constante y sin lugar a dudas lo seguirá siendo en los años venideros por la simple y llana razón que todavía creemos que los principales problemas del país son la guerrilla, los paramilitares, las autodefensas, los grupos residuales de las Farc y otros grupos como el clan del golfo, entre otros, cuando realmente nuestro mayor cáncer proviene de la falta de educación en valores desde nuestros hogares. Y es precisamente en este escenario en donde está como se dice coloquialmente la “discordia de la manzana”, los valores y principios no se les está trasmitiendo a los niños y jóvenes en el colegio, situación en la que no solo los padres de familia tienen la culpa, sino también el Estado, por qué aun creemos que mejorando las vías del país y proporcionado más inversión para la tecnología y la salud vamos a construir una mejor sociedad. Obviamente todas estas inversiones son necesarias para el país, sería irracional decir que no, pero es una realidad de los que poco caen en cuenta, y lo constituye el hecho que al Estado poco o nada le interesa invertir en grandes proyectos sociales que contribuyan a forjar mejores ciudadanos. No se trata entonces de invertir en más infraestructura en colegios, más bien la salida es invertir en grandes estrategias culturales para crear mejores ciudadanos, una inversión que como siempre es menos preciada y forma parte de los recursos de cultura. NO, NO Y NO, esa no es la salida, se debe de trabajar por la recuperación social, especialmente en las poblaciones vulnerables, esa debe ser la inversión más grande, pero obviamente es algo muy lejano de cumplir en un país que poco le invierte a la proyección social y se ocupa de otros asuntos como la lucha contra los grupos armados ilegales, cuando realmente el problema surge en las entrañas de los sectores vulnerables en los que nuestros niños se contagian de un ambiente de drogas, poca educación, un lenguaje coloquial y una sociedad inequitativa que posteriormente reflejan en la adultez. Cifras positivas Sin embargo, no se puede decir que actualmente el panorama sea muy oscuro, ello, teniendo en cuenta que al revisar las estadísticas de la policía, aunque continúa siendo exageradamente altas las cifras, este año en comparación al 2018, las cifras disminuyeron por lo menos en Pereira, pasado de un total de 325 riñas en 2018 a 121 en este 2019, una importante indicador que evidencia que si es posible trabajar en este tipo de campañas. La verdad es que con la campaña difundida por la Policía Nacional para disminuir los índices de violencia funcionaron, no obstante es una realidad que las cifras de casos de violencia intrafamiliar continúan siendo escandalosas y que cada vez más se debe trabajar en disminuirlas.	¿Quien entiende?
			Mutación sociopolítica en Colombia Por Hugo Castro Ríos Históricamente nuestro país ha sido dominado por dos corrientes políticas, (Liberales y conservadores) que han direccionado las masas sociales de esta República, situación que se acentuó al final de la década de los 40s del siglo pasado con el magnicidio del “caudillo” Jorge Eliécer Gaitán. Ocurrido este hecho, se radicalizaron las posturas políticas y las multitudes enfurecidas dieron inicio a una cruenta confrontación entre “rojos” y “azules”, situación en donde se cobraron centenares de miles de vidas por el insólito hecho de pertenecer a uno u otro bando político, mientras las elites del poder permanecían impávidos ante tal situación y se repartían las mieles del poder de forma solapada o con componendas amañadas como lo fue el denominado “frente nacional” donde acordaron gobernar repartiéndose los periodos de gobierno. En el momento que la confrontación partidista fue perdiendo fuerza, se empiezan a desarrollar grupos que manifiestan su inconformidad, organizándose en fuerzas revolucionarias armadas conocidas como las guerrillas de tendencia izquierdistas con la “intención” de defender al pueblo de las injusticias y los abusos del poder, tras lo cual nacen otros grupos armados con tendencias de derecha con “objetivos” de salvaguardar a ese mismo pueblo de los abusos de las fuerzas revolucionarias. Y que crees amigo lector? Nuevamente son las masas populares las que pagan el mayor precio de esta nueva faceta de la confrontación política e ideológica al quedar en medio de un conflicto atroz y sanguinario. Miles de personas fueron masacrados, secuestrados y desaparecidos por simple sospecha o por verse obligados en muchos casos por las circunstancias a hacer parte de uno u otro bando. Y en la actualidad donde gran parte de esos grupos armados han desaparecido, se aprovechan igualmente de la ignorancia y el apasionamiento de la población para sacar provecho político. Y es claro que personas que han tenido participación activa en fomentar el enfrentamiento de las masas, han mutado y enfrentan a miles de personas impidiendo el verdadero desarrollo que requiere este país. El ejemplo más visible lo tenemos con ÁLVARO URIBE VÉLEZ y GUSTAVO PETRO URREGO El primero acusado de crear y apoyar grupos paramilitares y el segundo reconocido ex integrante de un importante grupo guerrillero. Cada que hablan encienden ánimos y enfrentan a sus seguidores en marchas y mueven las redes sociales a favor de uno o de otro sin la capacidad de análisis lo cual no les permite despertar del letargo que impide a esta sociedad prosperar. Podemos decir que la frase “la Patria Boba” que acuño Antonio Nariño en 1823 tiene toda la vigencia hoy. El virus muta, pero es el mismo virus y afecta a casi todos.	De potestad a injerencia con una visa Por: Leonardo Franco Arenas Existe la facultad discrecional y soberana de los Estados para el otorgamiento, renovación o revocación de visas. Esta normativa varía según el país pero existen unas líneas generales para esta consideración. El Departamento de Estado de EE.UU. acogiéndose a esta facultad, en días pasados revocó en un caso y cambió en otros, las condiciones para mantener la visa de tres magistrados de las altas cortes de nuestra nación. Éyder Patiño de la Corte Suprema de Justicia, Diana Fajardo y Antonio José Lizarazo de la Corte Constitucional. Hasta aquí es algo normal, como cuando se ha cancelado en ocasiones anteriores siendo sustentado por la embajada norteamericana; caso Samper (proceso 8.000) Piedad Córdoba (amistad política con Chávez). El caso actual es diferente, se trata de tres magistrados que han fijado su posición sobre la Ley estatutaria de la JEP, fumigación con glifosato y extradición de connacionales al país norteamericano. Extraño caso, por decir, lo menos, algunos congresistas dicen abiertamente, que es una inadmisible e indebida presión a la rama judicial de Colombia por parte de EE.UU. Esta es una actuación inaceptable e inapropiada que estaría violando la soberanía y la autonomía del Estado colombiano; es una presión indebida a través de su sistema de visas; buscando así coaccionar y amedrentar a los magistrados mediante esta artimaña diplomática; sin embargo lo más denostable del hecho es que no solamente son víctimas estos tres magistrados, lo es todo el territorio colombiano. Mientras tanto el silencio cómplice, mezquino y arrodillado del gobierno nacional ante esta situación, nos sorprende; ¿Dónde está el canciller Trujillo? Tan gallito cuando de “defender” la democracia venezolana se trata. Duque, el mandatario de los colombianos hace “mutis por el foro” y mira hacia otro lado. Las Cortes deben sentir el respaldo irrestricto de todos los colombianos, bueno, de la mayoría de los con nacionales, existen algunos a quienes estos temas no los trasnochan ni política y socialmente hablando. Grave el anuncio de Uribe sobre un teleférico “ambiental” entre Santa Rosa de Cabal y la Laguna del Otún. Las fuerzas vivas de todo este territorio del Eje cafetero deben movilizarse en defensa de esta zona productora de vida.