Bandas músico marciales incluyentes en Pereira

Por: Rubén Darío Varela

Como ya es costumbre todos los días lunes, Juan Rafael Correa Bejarano de 16 años de edad aborda la buseta en la Avenida Simón Bolívar de Dosquebradas para cumplir con una cita que es inaplazable entre las 4:00 p. m y las 5:00 p. m, hora que se la dedica a la práctica de su instrumento musical favorito el bombo.

Él es uno de los ocho niños que en la actualidad hacen parte del programa de inclusión social del semillero de la escuela de formación de la banda músico marcial de la Secretaría de Cultura de Pereira.

Narra Juan Rafael que desde que tenía los 3 años de edad empezó a incursionar en la música en aquel entonces en el que solía escuchar las interpretaciones musicales de su tío Luis Correa, especialmente en las épocas de vacaciones que pasaba con su familia en el municipio de Sabana Larga Antioquia.

Desde entonces el fervor por la música empezó a estar presente en su vida, como un sentimiento y quizás como una razón para vivir, siendo una razón más fuerte que sus constantes visitas a psicólogos, psiquiatras, fonólogos y otros especialistas que lo diagnosticaron con una patología médica denominada déficit de atención.

Su inclusión la vive con la música

Y es que en realidad a Juan Rafael poco o nada le interesa que en ocasiones pierda el sentido de la realidad observando un punto fijo, en verdad él solo se concentra en escuchar el sonido del

bombo cada vez que toca con sus compañeros.

“Llevo ya dos años en el programa y en realidad he visto la música como un proyecto de vida, porque mi anhelo es fortalecer el proceso de aprendizaje para luego triunfar con el grupo en varias presentaciones que realicemos”, mencionaba Juan Rafael mientras observaba su bombo, el mismo que según él, le ha trasmitido una gran alegría a su vida y al que contemplaba con su mirada, esta vez no tan fija, pero si llena de ilusión.
 

Compañerismo profesional

Pese a que Rafael Correa es uno de los integrantes del grupo de semillero que padece una de las discapacidades más leves, comenta él, que eso no representa ningún impedimento para considerar a los demás integrantes de este grupo como parte esencial del equipo sin importar que tan drástica sea su discapacidad.

“Ellos son personas con mucho talento, son iguales que nosotros, incluso con habilidades y talentos que otras personas sin discapacidad no tienen, estoy demasiado contento de compartir con ellos porque cada día aprendo de cada de uno de mis compañeros de clase”, indicó Correa.

Padres de familia beneficiados

Aunque el programa está dirigido como proceso de parte de inclusión social para niños con algún tipo de discapacidad, esta iniciativa de la Secretaría de Cultura de Pereira, también le ha abierto las puertas a la rehabilitación de padres de familia, quienes brindan un fidedigno testimonio del avance médico, social e integral de los estudiantes.
 

Ese es por ejemplo el caso de Luis Alfredo Correa Montoya, padre de Luis David Correa, un joven de 16 años de edad que padece de
 

Síndrome de Down, quien indicó que desde hace dos años su hijo hace parte de este programa, el cual no solo ha servido para la rehabilitación de Luís David, sino para él como padre de familia.
 

Iniciativa de inclusión social

Según lo dio a conocer a El Imparcial, Giovanni Calvo Cardona, formador del área de banda músico marciales y encargado del programa de semillero de inclusión, esta iniciativa de brindar un espacio idóneo de formación a niños y jóvenes que presentan algún tipo de discapacidad con el fin que sientan que son útiles para la sociedad.

"Llevo trabajando en el programa dos años consecutivos y la verdad es que se trata de un espacio muy productivo en el que se trabaja la inclusión con la música. Actualmente son ocho niños que hacen parte del equipo".expresó Giovanni Calvo Cardona.

Ellos son los protagonistas

, .

Por su parte Jorge Patiño, coordinador de banda de marcha, manifestó que esta idea se materializó teniendo en cuenta que es demasiado saludable incluir a esta población en la formación toda vez que se ha evidenciado que a la mayoría de estos niños y jóvenes les apasiona este tema.

"Puede ser que no lo hagan del todo bien, pero se cumple un papel muy importante porque fomenta su rehabilitación y les sirve como una terapia de inclusión y se sienten visibles, se sienten valorados y sienten que son parte de la sociedad porque en muchas ocasiones son mirados diferentes y son seres humanos al igual que nosotros", expresó Jorge Patiño.

De igual manera la secretaria de cultura de Pereira, Rosa Ángel Arenas indicó que esta iniciativa se está desarrollando en otras áreas y que actualmente son 200 personas con discapacidad que son atendidas en diferentes programas culturales.