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¿Julio, mes de celebraciones nacionales?

La fecha de celebración más importante que de manera simbólica adopta una nación, es generalmente la que tiene que ver con un hecho trascendental de su historia y en muchos países se ha elegido la fecha de independencia o de una transición política y social como es el caso de Francia.

Como ejemplos tenemos: 4 de julio día de la independencia de Estados Unidos del imperio británico en 1776. 14 de julio día nacional de Francia se conmemora toma de La Bastilla y la caída de la monarquía en 1789. 20 de julio grito de independencia de Colombia en 1810, fecha simbólica de la emancipación de la corona española.

Este año la celebración de estas fechas estuvieron enmarcadas en las protestas de gran parte de los habitantes, en estas dos superpotencias mundiales.

En Estados Unidos sus habitantes generalmente celebran izando la bandera del país en casas, edificios, centros comerciales, entre otros; también en ciudades y pueblos se organizan desfiles y se utilizan fuegos artificiales. Las familias tienen comidas al aire libre y asados, todo en torno a la celebración y el orgullo patrio.

El presidente Trump anunció la celebración de esta fecha con la frase “Será el show de toda una vida” apuntó en Twitter, las protestas no se hicieron esperar, esta conmemoración que siempre se mantuvo al margen de intereses políticos, cambió drásticamente con lo anunciado por el presidente. Muchos de sus contrincantes políticos, del partido demócrata especialmente, han encontrado la ocasión perfecta para catalogar este hecho como oportunismo político y sobre todo de despilfarro.

Lo dijo el mismo Trump, “uno de los eventos más grandes de la historia” y así fue. Ese mismo día, en el marco de esta importante conmemoración del pueblo norteamericano, su presidente aprovechó recursos económicos del estado, medios de comunicación y sobre todo el sentimiento patriótico, para lanzar la campaña de reelección; o al menos esta fue la lectura de muchos analistas, que ven en esa desmesurada imagen de poderío y la soslayada presencia en pleno del partido republicano en la celebración, la cooptación total del poder.

Los detalles que más encendieron la polémica y el malestar de muchos de sus detractores fueron, la mención y celebración militar, la politización de una fiesta nacional, la creación de una fuerza espacial y la exaltación a algunas agencias federales, como la patrulla fronteriza cuyas acciones han sido cuestionadas por múltiples denuncias sobre violaciones a los derechos humanos y las infrahumanas condiciones de los centros de detención para inmigrantes, adultos y menores a lo largo de la frontera con México.

París, 14 de julio de 2019, como es tradicional miles de parisinos, franceses en general y cientos de turistas de todo el globo, se dieron cita alrededor de los Campos Elíseos para asistir al tradicional desfile del Día de La Bastilla, para conmemorar el Día nacional de Francia.

El presidente Macron fue pitado y abucheado en su recorrido en un carro descapotable, al igual que en su discurso. Al finalizar el desfile se presentaron graves disturbios entre los asistentes y la fuerza pública, se llevó a cabo una marcha que fue disuelta con gases lacrimógenos; el resultado final 200 detenidos, 150 heridos y cuantiosas pérdidas económicas por los hechos violentos. Renació el sentimiento de solidaridad con los chalecos amarillos y varios de sus estribillos fueron entonados por los asistentes a esta celebración.

Esto sucede en países desarrollados, llamados del primer mundo y dos de las cinco superpotencias mundiales, sus ciudadanos tienen otro criterio, las experiencias vividas a través del tiempo se ven reflejadas en estas protestas consecuentes con su realidad; Trump y Macron, no hacen parte del club de mandatarios más populares en sus respectivos países. Las cosas han y siguen cambiando.

Ahora bien, en Colombia este 20 de julio se conmemoran los 219 años del grito de independencia, es nuestro Día Nacional, ¿algo pasará? ¿El pueblo colombiano de la misma manera sentará su voz de protesta y por fin será actor principal de esta nuestra historia?
 

LA SILLA VACÍA

Este 20 de julio celebramos el “Grito de Independencia”

Por: Rubén Darío Varela

Este sábado 20 de julio los colombianos celebramos el famoso Grito de la Independencia, recordando aquel inolvidable suceso del “Florero de Llorente” ocurrido en 1810 y que se convirtió en uno de los principales sucesos de rebelión criolla que posteriormente desencadenaría en la independencia de nuestro amado país.

Muchos han sido los sucesos de orden político, económico y social que han sucedido desde aquel episodio histórico hasta hoy entre los que se pueden citar la Independencia de Panamá en 1903, el famoso asesinato de Jorge Eliécer Gaitán en abril de 1948 y que desencadenó el denominado “Bogotazo´, además del Golpe de Estado del Coronel Rojas Pinilla en 1953, y por supuesto el nacimiento de los grupos insurgentes como las FARC en la década de los 50, entre muchos otros sucesos que no cito.

En fin, después de la Independencia de Colombia han ocurrido una serie de acontecimientos, especialmente de orden político e ideológico que desafortunadamente han concluido en trágicas consecuencias de asesinatos, violencia, tortura, secuestros, desigualdad, entre un sinnúmero de fenómenos sociales que nos han caracterizado ante los ojos del mundo como uno de los países más violentos y desiguales del mundo.

Y es precisamente ante estos acontecimientos que cabe concluir que pese a celebrar una fecha tan importante como la del 20 de julio, 209 años de historia después, la realidad es que está presente el sin sabor de una patria que pese a que legalmente es un país soberano, autónomo y democrático realmente no goza a cabalidad del término literal de lo que significa Independencia.

Aunque sobre el papel y para la concepción de muchos, somos un país independiente, al realizar un análisis más detenido, teniendo en cuenta factores como el social y el político, realmente no somos tan independientes, dado al hecho que existen situaciones que alteran esa independencia como lo es la altísima deuda externa que tenemos con los Estados Unidos y el hecho que recibamos de este país el aporte económico del denominado Plan Colombia para la lucha contra las drogas, hace que el gobierno realmente este atado a las decisiones frente a este tema sin gozar de plena libertad.

La verdad es que con este tipo de antecedentes, y sumado al hecho que somos el principal país productor de coca en el mundo realmente es un hecho que constituye que nuestra independencia se ponga en tela de juicio a sabiendas que constantemente se cuenta una presión de índole internacional que impide que emerjan nuevos liderazgos con otro tipo de posturas más liberales y diferentes a los que ya se vienen planeando con antelación con otros países.

Ahora bien, aunque es verdad que no vivimos bajo una dictadura, que gozamos de una democracia y una soberanía en el manejo de 
 

nuestros propios recursos, desde la óptica social realmente los colombianos no gozamos de una independencia total, libre, y lo más importante digna y todo al hecho que diversos fenómenos como la desigualdad social, el abandono del Estado y hacen que tengamos la percepción de ser libres.

Además, otro de los factores que contribuye a que se fomente esta percepción que quizás muchos sientan pero no expresan, se atribuye al hecho del afloramiento del último y cancerígeno fenómeno social que nos carcome y está de moda en este reciente tiempo como lo es la CORRUPCIÓN.

Quizá este es ahora el principal cáncer de Colombia que atenta contra su independencia y no brinda las garantías suficientes para que los connacionales de verdad tengamos la percepción de ser independientes, gracias al hecho que dicha independencia se ve más que vulnerada cuando el cáncer de la corrupción está presente en todos los lados, desde la Policía Nacional, pasando por el Ejército, el Gobierno, el Congreso, la Procuraduría, la Contraloría y por qué no, sin miedo a decirlo, en todas las instituciones públicas del país.

LOS UNIFORMADOS

Gustavo Álvarez Gardeazábal
Julio 17 2019

El país está viendo enmudecido la seguidilla de denuncias sobre el comportamiento del Ejército y la Policía, donde se arropan desde suboficiales hasta generales. Como hace muchos años el país se acostumbró a tener una mala imagen ética de los policías esa pantalla minimizó las pocas denuncias que se dieran contra el Ejército. Pero como en el caso de esa fuerza armada las denuncias se comenzaron a dar en “Semana” a partir de los cuestionamientos sobre los nuevos falsos positivos,no ordenados verbalmente sino estúpidamente en un formulario. Y como en la escala de responsabilidades en ese exabrupto vuelven a escaparse milagrosamente el presidente y el ministro de Defensa, igual a como sucedió en la primera tanda de falsos positivos y de los muchachos sacrificados en honor al rendimiento en la batalla, he tratado de armar el crucigrama.
No es fácil. Los rumores sobre la guerra interna que se libra desde afuera por parte del retirado general Mejía, comandante durante el gobierno Santos, para proteger a los suyos y a sus actuaciones, nos repiten la historia del general Naranjo que no perdió el mando en la Policía ni cuando fue jubilado. Pero como además el alboroto se levanta luego de que fueron aprobados los ascensos en el Congreso y entonces no se dijo nada, entender el asunto se complica.

Si a eso se le agrega que al tiempo se hicieron por Caracol Radio las denuncias sobre los cobros hechos dentro de la Policía para poder ascender y se corroboró al aire por parte del oficial informante cómo funciona ese engranaje. Y una semana después la misma revista desnuda la estructura de manipuleo de la interceptaciones por parte de la Fiscalía y todo, nuevamente aparece como hecho y ordenado por subalternos no por las cabezas de esas instituciones, uno siente que los uniformados en Colombia en vez de sembrarnos tranquilidad están haciendo exactamente lo contrario.