El Imparcial-Pagina 6

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			Un “Duque” desaprobado por los colombianos Por: Rubén Darío Varela Un descontento generalizado del pueblo colombiano con la labor desempeñada por el presidente de la República Iván Duque en su primer año de Gobierno fue el apabullante resultado de la gran encuesta contratada por Caracol Televisión, la revista Semana y Blue Radio con la empresa Invimer. El análisis de error del 3% de esta encuesta aplicada a un total de 1.008 colombianos dejó como resultado una desaprobación del presidente Duque en el país que prácticamente se duplicó respecto a la última encuesta realizada al inicio del mandato de Duque, perdiendo simpatizantes incluso en Antioquia, región en donde predomina el uribismo. Dicha medición dejó al desnudo la insatisfacción del pueblo colombiano y en todas las regiones del país frente a temas de interés nacional como el manejo que Duque le ha dado a la migración venezolana y a otros temas como la lucha contra el narcotráfico. Además el descontento con su aplicación con la Reforma Tributaria y sus pretensiones fallidas de agravar productos de canasta familiar con el Impuesto de Valor Agregado, IVA, ello, sumado a los continuos paros de diversos gremios; terminaron por cobrarle factura a un presidente con poca experiencia y que ha demostrado no tener la habilidad coherente para asumir este tipo de inconvenientes que afronta la Nación. Y es que la verdad ¿Cómo no habría de ser así? si al cabo de doce meses de Gobierno se ha evidenciado un mandato bien criticado ejercido por Iván Duque, quien se ha distinguido por ejercer una agenda “pantallera” asistiendo a cuando acto público y viaje le sale para figurar en medios de comunicación y realmente no está gobernando de una manera autónoma y trascendente en miras a beneficiar el país. En síntesis estas encuestas evidencian, o mejor reflejan la cruenta realidad que se venía venir, no siendo otro asunto que aquel temor permanente que tenían muchos de ser gobernados por un presidente en el papel, joven e influenciado con la eterna sombra de Álvaro Uribe, de quien se dice que tras “bambalinas” sigue mandando el país. Y es que el desacuerdo de los colombianos reincide en el hecho que pese a que este año se aumentó considerablemente el aumento del Salario Mínimo Legal Vigente, siendo uno de los más altos en los últimos años, el desempleo pasó de 9.1 % a 9.4%, y los productos de la canasta familiar continúan por las nubes. Lo cierto del caso es que otro factor que contribuyó a fomentar la imagen desfavorable de Iván Duque en el país, lo constituyó el hecho que pese a los esfuerzos internacionales; Nicolás Maduro continúa en el poder en Venezuela y que la migración de venezolanos que se radican en el país continua siendo una realidad más que evidente.	Además, el hecho que en la realización de esta encuesta, más del 50 por ciento de los colombianos hayan respondido que lo más adecuado es cerrarles la frontera a los venezolanos, significa un malestar social colectivo que se está transformando en xenofobia, simple y llanamente porque los colombianos ya sienten que esta situación está afectando la calidad de vida de nuestros con nacionales. En síntesis, no solo la fragilidad para manejar el tema de la migración ha propiciado este descontento y malestar de los colombianos, el hecho de continuar los asesinatos de líderes sociales y que no se disminuya de manera considerable las hectáreas de coca en Colombia, son señales que indican que el país no va por buen camino bajo la administración de este “Duquecillo”. 200 AÑOS Gustavo Álvarez Gardeazábal Bañado en la contagiosa desidia que nos gobierna, el país cumple sin inmutarse 200 años de haberse independizado realmente del imperio español. La batalla de Boyacá ha sido tenida así por historiadores colombianos e ibéricos y aunque bélicamente no pasó de ser un enfrentamiento menor, sus efectos sirvieron para mitificarla. Los colombianos, empero, no lo consideran mañana así y salvo por los esfuerzos que han hecho los medios de comunicación, aupados obviamente por la pauta oficial, poco o nada parece rompernos la abulia en que hemos caído. Si hubiésemos pensado en grande, desde el 2010 cuando celebramos en otro tono los 200 años del grito de independencia, habríamos planificado la inauguración mañana de las obras fundamentales conque nos han mamado tanto gallo: el túnel de La Línea, el Metro de Bogotá y la Ruta del Sol. No fue posible por una u otra causa que los gobernantes de todos estos años lo entendieran así. Los políticos menos. Nos hemos embarcado en los últimos 16 años en una batalla polarizante, en conseguir con la guerra o con las negociaciones la paz tan anhelada y se nos olvidaron los mitos patrios, las grandes obras y el empeño nacional en salir adelante. Dicen que vamos en esa dirección pero viéndolo bien no hemos pasado de ver repetir una y otra vez la ominosa actitud del general Santander, cuando se bajó del caballo en Santa Fé luego de la Batalla de Boyacá, y se pagó por delante, y sin ningún recato, los servicios prestados a la causa libertadora quedándose con la Hacienda de Hatogrande expropiándosela a un viejo cura español que era su propietario. Pero ni de esas verdades ni de tantas mentiras que nos mitificaron vamos a hablar mañana,200 años después.