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                                                                                                                                 Pereira, Colombia -  Edición: 12.534-114 - Fecha: 28-08-2019

 Pg. 1-14

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Medias Verdades


Para nadie es un secreto que esta la recta final de las elecciones; municipales y estadales en Colombia, ahora bien sería muy bueno destacar las promesas electorales y los conflictos antes, durante y después de la toma de poder, estamos viviendo en una sociedad colmada de vicios que aunque se conocen dejan de investigarse para poder seguir en la contienda electiva, en años pasados independientemente de lo que ocurriera como resultados electorales la sociedad asumía el reto de pensar en el cumplimiento de obras y promesas hechas por los actores políticos, algunos son inteligentes y realizan estudios de contrataciones y puestas en marcha de trabajos anteriores para el beneficio de la comunidad, mientras otros sólo reestructuraban las propuestas o hacen cambios radicales para recibir créditos de gestión.


De este mismo modo debemos saber qué, elecciones tras elecciones la sociedad ha ido cambiando y se está volviendo más exigente buscando el cumplimiento de las obras y de este modo hacer evaluaciones con respecto a elecciones. En días pasados tuve la oportunidad de asistir a varias conferencias y reuniones del ámbito político-electoral, uno de los actores presumía de su constancia en el cargo y manifestó lo siguiente, “Por algo sigo aquí”, en cualquier caso, las ligerezas en los comentarios de estos políticos no se habían materializado si el electorado fuese más sagaz a la hora de tomar la decisión de elegir, ni durante aquel año donde han sido sufragados ni en un pasado reciente o en una elección futura se sabrá, no los alcancen de lo real. ¿Y bien? ¿Se podía confiar en él a pesar de todo lo que exponía? Tal era la duda que asaltaba en mis pensamientos al escuchar tales comentarios cada vez que tropezaban los pensamientos de hechos. Con todo y esto, estos personajes están casi convencidos de que se trata de una serie de promesas electorales sin importancia.


Del mismo modo se puede decir que en la medida que se vaya avanzando en el mundo político, las sociedades tendrán que ser muy selectivas a la hora de seleccionar sus futuros gerentes y representantes, buscando en su historial verdaderos propósitos de avances y progresos para la sociedad en la que pretenden ser elegidos.

 

 

 

 

 

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El imputado

 

“Rio Humano”

 

 

Por Enrique J. Marrero

Mientras recorría las fuentes periodísticas y las distintas temáticas, mi mente merodeó adormilarse un testimonio que había leído en el diario local y que luego había escuchado en un café, de manera silente y curiosa decidí indagar un poco más antes de tomar la decisión de emprender en la investigación de primera mano, un sincero artículo periodístico llamo mí a tensión, aunque su título era otro, yo lo nombre “El Rio Humano”, que por demás fue en realidad un sugerido de la compañía del momento, fue así que nace la inquietud del tema.

En este orden de ideas como todo periodista pensé en la siguiente imprevisibilidad del futuro. El pasado del periodismo para mí solo era una rígida continuación de hechos sin mayor importancia, sino algo así como un depósito de artículos recordados y pautas ocultas que contienen claves del diseño de nuestra vida, sin que esto tomara mayor relevancia en el acontecer diario social. Visitaba en mi utopía los lugares que escuchaba describir, teóricamente relacionada a la de otro periodista que cubría la fuente de sucesos y en ocasiones sociales, en un momento dado me ubique en mi primer destino, sin embargo no debo dejar de expresar que la ignorancia y a su vez desvergonzada poca aceptación de lo que ocurría más allá de la redacción, me dejaba incrédulo de lo que había leído y escuchado, consideraba como no era más que una simple fabula de un fantástico soñador de almas perdidas.


Así mismo comenzó mi recorrido y vi con indignación con personas de distintas edades pernotaban en las aceras, parajes y entradas de establecimientos comerciales, la gran mayoría de ellos personas que en su mejor época fueron dignos trabajadores, empleadores y profesionales, que por algún motivo han caído en la decidia de un abandono total por parte de familiares y allegados, muchos por el consumo de estupefacientes u otros por la pérdida de recursos económicos que les permita sobre llevar los gastos, ahora bien, podría de alguna manera las autoridades ayudar, proteger o mejorar el estatus de vida de estas personas?, aunque las leyes aplican el no intervención de manera abrupta, también se puede buscar manera y forma de involucrarse, las calles de Colombia se encuentran con ríos humanos, Que podemos hacer?, debería ser una pregunta constante para los que ostentan el poder y la gerencia de los recursos.
 

 

COMIENDO BASURA

 

 

Por Gustavo Alarez Gardezábal

 

Octubre 2 2019

No sé si todos los lectores de esta columna o los oyentes del podcast ya vieron el terrible video de RCN sobre los niños de Puerto Carreño comiendo basura. Lo que si estoy seguro es que quien lo haya visto no se ha sentado desde entonces cómodamente a almorzar porque nos resulta casi imposible que eso se de en Colombia 2019. Pero, enoja más el absurdo manejo y la respuesta que le hemos dado en coro e individualmente los gobernantes y los colombianos que podemos comer. Nos parece imposible que en Colombia suceda algo así y que de repeso no nos hayamos dado cuenta sino es por el video del noticiero que dirige Juan Lozano.

Pero si sucedió en Puerto Carreño puede estar sucediendo en muchos otros rincones de la patria en donde el desempleo, la guerra o el abandono estatal han terminado por adormecer la capacidad de reacción.

Estábamos convencidos los colombianos que desde cuando se fundó el Instituto de Bienestar Familiar y se organizaron los desayunos escolares, ese espectáculo de terror, de país empobrecido, había desaparecido. Y como se oye de los ríos de dinero que se tragan los congresistas y los magistrados y los jueces y los sacerdotes y los pastores y las iglesias. Y como cada vez somos más y más los millones de colombianos que pagamos billonadas de impuestos, no puede entenderse que la desidia que nos gobierna haya llegado a ese extremo y la infancia vuelva a ser abandonada de tal manera porque no tenemos presidente ni somos capaces de exigirlo.

Las respuestas con frases de cajón que la directora del ICBF dio en primera instancia son las mismas que en muchos hogares se han oído desde el lunes. Pero hasta aquí llegamos porque en Colombia rige la desidia que tanto hemos denunciado. Nos dejamos contagiar del mal ejemplo que nos dan desde la Casa de Nariño y ya ni vergüenza nos surge el que en Puerto Carreño capten tan aterradoras imágenes.


 

 

 

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