La realidad y el “milagro chileno”

Haití, el país que necesita volver a sonreír

América Solidaria

Corrupción, desigualdad social e inflación son algunos de los males que azotan al país caribeño

Haití; bello país, lleno de gente buena, humilde y emprendedora, obligado a eternizarse en estado de emergencia. Nuevamente esta sumido en una gravísima crisis económica, política y social.

En Haití la inflación mensual es de casi un 20% y pareciera no haber consenso político para crear gobierno (prueba de ellos es que van siete meses sin ratificar a un primer ministro). Como consecuencia, según la auditoría del Tribunal de Cuentas, 15 exministros y actuales funcionarios; así como la empresa AgriTrans, dirigida por Jovenel Moïse antes de ser presidente, estuvieron involucrados en la malversación de casi cuatro mil millones de dólares estadounidenses, originados de un préstamo del programa de PA ello se suma la devaluación de la moneda con respecto al dólar estadounidense.
 

Tienen días complicados y difíciles, que están pasando factura al país. A la fecha las consecuencias inmediatas son 17 personas muertas, 189 personas heridas, la mayoría por bala.

Falsas informaciones del concierto en Caracas

AP

La avalancha humana se produjo antes de la actuación de un cantante de 'trap' en un parque de la capital de Venezuela, 3 adolescentes muertos y 30 personas heridas fue el saldo (Según Zaira Medina, directora del Hospital Pérez de León) un concierto gratuito en el Parque Francisco de Miranda, de Caracas.

Un grupo de investigadores se dirigieron a distintas instituciones, entre ellas la morgue de Bello Monte (Oficina Forense Principal de C.I.C.P.C. en Caracas), pudieron contactar que  era un fallecido y solamente unos pocos heridos.
 

Archivo

Son tan elocuentes del momento que atraviesa un país

El coste de la vida, sueldos, pensiones y sistemas de salud, más compleja la situación en la educación que se imponen a la mejora del ingreso en el imaginario colectivo del país sudamericano.

Son tan elocuentes del momento que atraviesa un país como el grafiti con el que amaneció pintada en las últimas fechas la fachada de un hotel en Santiago de Chile. Un mensaje con destinarios claros: las clases acomodadas de una nación que arde en protestas desde hace tres semanas y los turistas y hombres de negocios que visitan la capital en uno de sus periodos más convulsos en mucho tiempo.

Chile quiere justicia social y la quiere ya, tras décadas de promesas incumplidas y de, en palabras de la economista del desarrollo Nora Lustig, “un modelo privatizador de los servicios públicos que ha dejado fuera a muchos”.

Crece polarización en Brasil

REUTERS

Durante un mitin ante miles de admiradores un día después de salir de prisión, el expresidente brasileño ha declarado: "Si utilizamos la cabeza, en 2022, la izquierda derrotará a la ultraderecha".

Las primeras declaraciones, "He vuelto", pronunció Luiz Inácio Lula da Silva un día

2019 como rezaba otra de las muchas pintadas callejeras de potente carga política que se han multiplicado en las calles santiaguinas, será recordado como el año en el que “Chile despertó”.

Las fórmulas económicas empleadas en los últimas años han resultado en una cadena de solo muy buenas palabras por parte de muchas instituciones, por sus tasas de crecimiento económico y por haber logrado, uno de las mayores ingresos de América Latina.

La manera de vivir del chileno es un caso para la historia, sin embargo esa maravilla era solo una ilusión, que por supuesto merecía ciertos ajustes. Los opositores al presidente Piñera opinan que se encuentra en pocas manos la riqueza del país.
 

después de salir de prisión, llevando al delirio a la

multitud de militantes y admiradores que se reunieron frente al Sindicato de Trabajadores Metalúrgicos de São Bernardo do Campo.

Durante casi una hora, arriba de un camión y con trasmisión en directo por las televisiones de pago e Internet, el expresidente brasileño pronunció un discurso sarcástico y erigido para animar a sus devotos votantes.

Atacó a Jair Bolsonaro y su política económica, a Sergio Moro, el juez que lo condenó y que ahora es ministro de Justicia, y a Globo, el mayor grupo mediático del país.

Ya en las calles brasileñas, después de estar 580 días encarcelado en Curitiba, juega al aumento de la polarización política y embarcarse en una prematura carrera presidencial. Fue explícito: "Si utilizamos la cabeza y trabajamos bien, en 2022, la denominada izquierda a la que Bolsonaro tanto teme derrotará a la ultraderecha".