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El PSOE sin mayoría
GETTY IMAGES
Congreso español dividido no ofrece una solución evidente al cerco
político que sufre España y sus consecuencias son ineludibles. De
este modo se podría condensar los resultados obtenidos en las
elecciones generales realizadas, en las que el gobernante Partido
Socialista Obrero Español (PSOE) se impuso, aunque sin lograr
obtener una mayoría suficiente para gobernar en solitario, dura
vereda para Pedro Sánchez.
La jornada electoral, trajo consigo importantes primicias como el
hecho de que el partido de ultraderecha Vox se ha convertido en la
tercera fuerza más votada del país, al obtener 52 escaños, una cifra
que supera los 24 diputados que había conseguido en las elecciones
anteriores, cuando fue la primera vez que sus representantes
llegaron al Congreso.
Sigue la incertidumbre de “las dos Españas”, las dos ideas de país
enfrentadas durante décadas, sin encontrar soluciones tempranas.
El Partido Popular también tuvo un despunte trascendental, al pasar
de 66 parlamentarios a 88.
El mayor retroceso lo registró el partido de centroderecha
Ciudadanos, que redujo su representación de 57 diputados a apenas
una decena.
La
convocatoria a estos comicios se hizo inevitable después de que el
PSOE no lograra sumar el número suficiente de apoyos procedentes de
otras fuerzas del Congreso para lograr la investidura de su
candidato y secretario general, Pedro Sánchez, en un parlamento de
350 miembros.
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Los resultados obtenidos no dejan claro que ahora sí pueda gobernar
con ciertas ligerezas, tomando en consideración que estuvo en el
pasado con muchos choques de ideas y soluciones muy pocas claras,
para un país en constante controversia, que se debate entre 2
fuerzas políticas que no dan tregua, menos contribuyen entre si para
lograr un consenso social, que impulse la economía.
Cambios de líderes de izquierda de América Latina
AFP
Una década atrás, la izquierda de América Latina parecía encaminada
a renovar el liderazgo político de la región a medida que ganaba una
elección tras otra en distintos países, tomando en consideración que
percibían apoyo de otros países que ya exploraban la idea de un
supuesto socialismo.
Al pasar los años y los nuevos aires políticos han dejado al
descubierto algo diferente: la dificultad de la izquierda
latinoamericana para recambiar a sus propios líderes, no han contado
con figuras trascendentales que emerjan de una sociedad popular, el
apoyo se ha ido mermando y las condiciones en constante cambio.
Una Bolivia dividida, con el presidente Morales que buscaba su
cuarto mandato de forma continua por dos décadas, de 2006 a 2025,
que le permitiría perpetuarse en la primera magistratura.
Argentina
acaba de sufrir un revés, la expresidenta Cristina Fernández de
Kirchner al poder como vice de Alberto Fernández, quien niega ser
"un títere" de la líder que lo ungió como candidato, pero las
opiniones expertas dicen lo contrario.
En
Uruguay, coalición izquierdista Frente Amplio con su elección más
difícil desde que llegó al gobierno en 2005, sin las candidaturas
naturales del actual presidente Tabaré Vázquez y antecesor José
"Pepe" Mujica, como figuras emblemáticas.
Y así se
va extendiendo este fenómeno que surgió desde las cenizas y que
logro ser visto como un salvavidas para el continente.
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Claves de la renuncia de Evo Morales
REUTERS
Evo Morales pasó en menos de tres semanas de declararse ganador de
las elecciones a denunciar un golpe de Estado y renunciar a la
presidencia de Bolivia, por presiones en todos los ámbitos.
"Ha habido un golpe cívico, político y policial", así lo declaro a
viva voz el presidente en el mensaje televisivo en el que anunció su
dimisión.
Se produjo horas después de que el comandante de las Fuerzas Armadas
de Bolivia, general Williams Kaliman, sugiriera al mandatario que
diera un paso al lado para desbloquear la crisis política.
Para los militares no parecía suficiente que el presidente llamara a
nuevas elecciones tras todas aquellas irregularidades detectadas por
la Organización de Estados Americanos (OEA).
Elizabeth Warren con revolución económica
REUTERS
La
senadora con respaldos de un plan que refundaría el capitalismo en
EE UU y despierta recelos entre los demócratas moderados ante la
batalla que vendrá en el 2020.
Muchos mítines y diálogos de Elizabeth Warren arrancan con su
historia familiar. Cuando tenía 12 años, su padre sufrió un grave
ataque al corazón que le retiró del mercado laboral y estuvieron a
punto de perder la casa.
La
madre, que nunca había tenido un empleo, se puso a trabajar a los 50
años como operadora de teléfono, con el sueldo mínimo, pero salieron
adelante.
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