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En lo profundo
Entre las cosas más
insólitas que nos están ocurriendo surge una por lo demás atractiva
los asesinos en serie, pues si ya han sido muchos los casos en las
últimas semanas de crímenes inexplicables, en una comunidad plural y
que presume adultez social que realmente ya no importa, los muertos
siguen bajo tierra y los culpables de fiesta, que se respira “En lo
profundo”.
Y lo peor es que están protegidos por la complicidad de su entorno
policial y judicial, valga decir, se ha tratado siempre de un
propósito en expedición, agresivo, terminante y dispuesto a todo,
con la finalidad de acabar con los que no están de acuerdo, que no
siembra ni justicia ni paz y mucho menos, por demás no se ve el
progreso, tanto que se habla de paz y nada de lo que venden los
políticos cuando están en campaña resulta ser ni mera verdad o
acercarse, pero a una coincidencia de esas, cada vez se está más “En
lo profundo” de un pueblo sin ley .
Suceden muchas cosas, Latinoamérica no escapa de situaciones oscuras
e inexplicables, que constantemente se encuentra en cambios
estructurales y demagogos, solo se escucha, "Somos progresistas",
"Para salir de la crisis hace falta mano dura", "La izquierda es la
solución", solo ofertas en campañas electorales, pero la verdad
sigue allí, oculta, tras bambalinas y esperando su tiempo y espacio
para salir y dar el estocado.
Si nos ponemos al análisis de rigor, pudiéramos decir que no se
trata, de mentira pura y dura, sino de justificaciones inválidas
para sepultar a los adversarios, a los cuales han torturado hasta
morir. Latinoamérica está hundida en la desesperación colectiva y
descontrol social inducido.
Algunas personas tienen
pero no olvidados los ejemplos de hombres valientes que rescataron a
comunidades enteras de las garras de los caudillos y de aquellos que
profetizaban ser los salvadores.
Porque si de algo
estamos ciertos y convencidos es de algo que hoy es y será, vivir en
paz y democracia, por alza de las descomunales olas de la batalla y
la controversia democrática, a la que nos quieren enfrentar los
políticos de turno.
Aquí estamos, mortales cualquieras, inmersos en suburbios
posmodernos, a la espera del año 2020, meditabundos, con nuestros
sentidos alterados de tanta abominación y con el desespero del no
saber lo que realmente vendrá.
Una fórmula popular para cometer en el sistema financiero presa del
caos jurídico es convertir fallidos tus intentos de paga
electrónica, mediante modernos instrumentos bancarios que luego te
reconocerán cifras retenidas previo informe aprobatorio de reembolso
al cabo de algunos días hábiles.
Cumplido el paso, la estafa se
consuma porque no podrás comprar nada con dinero devaluado ante la
divisa dominante-imperial.
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Circunloquio con el salario mínimo
Ferley Henao Ospina
ferleyhenao@gmail.com
El embeleco que se inventaron para poder anunciar que el salario
mínimo subió a $877.803, pero haciéndole creer a la gente que fue a
$980.657, se parece al cuento de la profesora que le dice al
alumno:
“¿Si tienes tres manzanas y te regalo una cuántas te quedan?, -
Cinco señorita - responde el niño, a lo cual la maestra le dice,
¿cómo que cinco si 3 más 1 son 4? - Es que tengo la otra guardada en
el bolsillo, señorita” - contesta el alumno.
Las matemáticas son obstinada-mente precisas y por más esfuerzos que
se hagan para torcerlas, ellas no se dejan. No puede aumentársele el
6% a $828.116 y automáticamente convertirlo en $ 980.657 aunque lo
disfracen de mil maneras. El 6% de $828.116 son $49.686,96 duélale
a quien le duela.
Si sumo estas dos partidas el total es: $877.802,96. Ese es el
salario mínimo para el año 2020. No hay discusión. $828.116 más
49.686,96 no da 980.657 por ningún lado. Algunas personas en las
redes explican que es agregándole el auxilio de transporte, pero el
auxilio de transporte no es salario.
El auxilio de transporte es para reembolsar al trabajador parte de
los gastos en los que incurre transportándose de su residencia al
trabajo y viceversa. Muy distinto al salario. No debe permitirse que
esto se confunda. Son dos rubros diferentes y para propósitos
distintos.
Este auxilio no lo reciben todos los trabajadores. Si vive en el
lugar del trabajo pierde el auxilio. Si el ingreso mensual excede 2
salarios mínimos, pierde ese derecho. Ejemplo: Un salario mínimo más
comisiones, más tiempo extra que sumen más de dos salarios, ya no
aplica para el auxilio de transporte.
Algún internauta envió a los que no aceptamos que el salario mínimo
pasó de $828.116 a $ 980.657 por obra y gracia de un aumento del
6%, este cuadro que dice:
Salario mínimo 877.000
Subsidio de transporte 49.700
Salud: 74.613
Pensión: 105.336
ARL: 4564
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Parafiscales: 79.002
Prima: 73.120
Cesantías: 73.120
Intereses Cesantías: 8.778
Vacaciones: 36.604
Dotación Aproximada: 43.890
Total: 1.479.684.
Con
esa misma lógica, podían haber dicho que el salario mínimo, con el
6% de aumento, pasó de $828.116 a $1'479.684 o también podían
haber dejado los restantes rubros: salud, pensión, etc. para los
siguientes años agregarlos al anuncio de los futuros incrementos al
salario mínimo. ¡No nos crean tan zoquetes!
Interpretando este aumento de la manera como lo procesa el ciudadano
común y corriente, el ama de casa, el trabajador, $ 49.686,96 de
incremento mensual significan $1.656 pesos diarios. Eso es lo que
se aumentó: 1.656 pesos diarios.
No voy a entrar en la polémica de si es poco o es mucho, ya hay
bastantes expertos en estos temas criticando o defendiendo el
aumento y cada uno exponiendo sus razones, válidas unas, absurdas
otras.
Lo que sí quiero hacer notar es que las altas esferas del estado y
los medios de comunicación tradicionales han perdido la brújula.
Siguen creyendo que este es un pueblo ignorante al que se lo puede
engañar con tramas habilidosas y algunas bastante ladinas.
Este pueblo ya está conectado con la realidad y las últimas veces
que lo engañaron no las olvida porque las está pagando muy, pero muy
caro: “Si quiere la paz vote NO” y “Este candidato es preparado e
inteligente”.
La credibilidad es un bien supremamente valioso que tanto los
funcionarios del gobierno como los medios de comunicación pierden
gradualmente debido a la falta de seriedad con la que manejan la
relación con su público. Les está pasando lo que, a un famoso
personaje de las fábulas de Esopo: cuando digan una verdad ya nadie
les va a creer.
Quizá les sirva, tanto al gobierno como a los medios, esta moraleja
del pastorcito mentiroso:
“Mintiendo y mintiendo perdemos la confianza que los demás tienen en
nosotros. Cuando digamos la verdad, no nos creerán”.
“¿Será por esta razón que la credibilidad del gobierno y la
audiencia de algunos medios cae simultáneamente?”.
Resultaría bueno corregir ese hábito para tratar de recuperar la
confianza perdida, pero lo primero que tiene que suceder es que
tengan la inteligencia para reconocerlo y la humildad para
enmendarlo.
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