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La Librería
Me lavaba
las manos en el baño público del teatro cuando escuché la voz de una
mujer toda emocionada que le decía a las otras – ¡Que belleza! -.
Acabábamos de salir de ver la película “La Librería”.
No concebía la palabra “Belleza” para adjetivar la historia que
acabábamos de ver, una historia sobre la maldad humana, o como la
misma película expresa, la historia de los exterminadores y los
exterminados.
¿Qué sería lo que ella vio que la hizo exclamar alegre Que Belleza?
-Quizás la fotografía, la producción, cosas técnicas- me dijo
alguien.
Yo salí pensando que si la protagonista fuera de Colombia, le
habrían mandado al local 2 tipos cobrando la vacuna como pago a la
protección y antes que utilizar las leyes para usurpar lo ajeno
(como se hizo en la película) le habrían mandado el sicario y unos
tiros hubieran acabado con el problema más rápido, porque la maldad
humana no necesita mucho para manifestarse.
En este caso, ¿qué cuenta La librería?
La protagonista o la librera es una mujer por lo menos 30 años más
joven que la antagonista, la librera llega con la pasión y coraje de
solventarse su vida diaria haciendo lo que le gusta, recomendando y
vendiendo libros en un pueblo donde a sus habitantes no les queda
tiempo para cultivar algún arte o simplemente disfrutar de él,
disfrute que sólo les queda a los ricos y ancianos con más tiempo
libre y sus necesidades básicas resueltas en gran medida.
La Antagonista es una mujer ubicada en alta posición social y en la
tercera edad, que por más vestidos brillantes se ponga, ya no brilla
como antes, y ahí está su primer encuentro, invitada la librera por
esta a una fiesta cultural, llega con un vestido sin ningún tipo de
brillo, sólo el atrevido color rojo que por llevarlo ya se ganaba
una descalificación de las personas que se dicen conservadoras. |
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Pero a
pesar de estar mal vestida para el evento y ser una doña nadie y
viuda, la anciana la identifica como su rival, la anciana esta
enseñada a que revoloteen a su alrededor, que asistan a sus fiestas
con títulos de eventos culturales y luego de una presentación
informal y con amabilidad le dice a la librera que hay muchos
locales desocupados en el otro pueblo donde de seguro obtendría
mayor ganancia económica, el rechazo por parte de la librera al
consejo no pedido hace indignar a la anciana que se retira
preocupada porque no la obedeció.
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Aquí se
me hace más parecida la novela con el cuento de Blanca Nieves y la
Bruja, y no sé si los ingleses ya superaron el suprimir al rival
provocando la muerte del mismo, pero aquí en Colombia ciertamente
No.
Es una película para reflexionar sobre cuándo hemos actuado como la
Bruja o cuándo nos ha atacado una bruja o brujo, porque para la
maldad no hay género.
Y cuando
la maldad logra su propósito, como en Blanca Nieves, se espera la
llegada del príncipe salvador o hada madrina, hoy en día lo llamamos
Justicia Divina, en la película aparece en forma de niña, con la
inocencia de aquellos, pero con una alta intuición para identificar
las personas poco confiables, ella, arrojándose una justicia que no
le compete, quema la edificación donde estuvo la librería, creyendo
que con eso se lograría la justicia por los males causados a la
librera, pero la Bruja lo que realmente buscaba era la desaparición
de la librera, que le sigan diciendo como el espejo mágico, que ella
es la más hermosa, la más poderosa y lo logró, mientras el edificio
ardía, la librera veía las llamas subida en un barco que la alejaba
del lugar para nunca más volver.
La anciana, bruja o antagonista, logró su propósito, seguir
brillando, no importa si es con ayuda de las piedras que adornan sus
vestidos.
Queda reflexionar, ¿cuándo hemos actuado como la anciana o como la
librera? ¿Cuánto hemos luchado por quedarnos en nuestro espacio
usurpado o hemos dejado el territorio esperando la justicia divina,
la esperanza de los débiles?
Escrito por: Victoria Zapata
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