Pereira, Colombia -Edición: 12.888 - 468 Fecha: Jueves 24 - 02 -2022 |
Columnistas |
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Emilia y Federico: el re-nacer de la esperanza
Guillermo Navarrete Hernández
La persistente dependencia de los aparatos electrónicos móviles y de las redes sociales genera en el ser humano toda una serie de sensaciones por las diversas y paradójicas cosas que pueden verse. Zigmund Bauman (q.e.p.d.), uno de los más importantes sociólogos del siglo XX y del presente, autor de la sociedad líquida, quien falleció en el año 2017, manifestaba que así como estos adelantos tecnológicos prestan servicios interesantes, también se han convertido en un refugio en el que se “evita el pluralismo, el contraste de puntos de vista y sobre todo, el poder salir derrotado en los debates de actualidad”, es decir, un lodazal en el que al hundirse en su barro nubla la racionalidad, la ética y la bondad. Es, también, según Humberto Eco, el mundo de lo privado que se volvió público y de lo público que se volvió privado.
Dentro de la marea de ese maremágnum de des-información, particularmente por el proceso electoral que vive Colombia, en el que prevalece el irrespeto, los fake news, las acusaciones inmisericordes de unos contra otros y la polarización a la que nos arrastran los líderes connotados de uno u otro partido con notable ausencia de argumentos sólidos, los videos o fotografías que conllevan mensajes propositivos, son un elixir.
En algunos de esos efímeros momentos en los que las redes sociales se constituyen en lúdica o esparcimiento, aparece el video de un niño que con sus inocentes expresiones hace ademanes de limpiar, recoger la ropa, organizar y, en general, ayudar a los quehaceres de la casa, acompañados por supuesto, de tal o cual pilatuna. Al mismo tiempo que las imágenes de una preciosa bebe a la que bañan, visten y dan alimento. Sentimientos de dicha que provocan lágrimas y sonrisas. La generación de endorfinas, dopamina, oxitocina y serotonina es el resultado de que estos infantes nacieron en medio de dos de los cuatro picos de pandemia que hemos vivido en estos dos últimos años.
Al lado de la máxima expresión de la vida, cual es la concepción y el nacimiento de un ser, aparece su contraste más próximo: la muerte. Evento que sin duda, también hace parte de la vida misma. Ahora la noradrenalina y la serotonina producen lágrimas de tristeza por tener que soportar la partida física de quien se ama hacía la constelación del eterno descanso que se dio por diversas circunstancias, una de ellas el Covid-19. El devenir de recuerdos con gratitud y alegría por el trasegar conjunto en lo terrenal, se mezclan con la obligación de aceptar o no aceptar, el vacío de quien ya no está. Lo espiritual es un gran aliado para dicho transe poder superar. Depende igualmente de los estímulos que se obtengan del medio familiar o del entorno de sincera amistad.
La sabiduría de la Creación, en dicho contexto, se suele manifestar. El mayor aliento surge por el revoloteo de aquellos nuevos habitantes que por gracia de Dios, podemos disfrutar. Emilia y Federico para muchos, representan la esperanza del re-nacer físico y emocional.
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Conducta ética
Edgar Cabezas
La vida antecede a los juicios valorativos con los que la humanidad piensa y transforma el mundo, por lo tanto la vida y la preservación a perpetuidad de todas las especies de animales, plantas, aguas y minerales que la constituyen ha de ser el valor fundamental con el que la buena, justa, equitativa y bella forma de ser ha de estar impresa en el carácter y costumbre con el que participan los individuos y la sociedad en general para afirmar de manera vital que la vida es el máximo valor en sí mismo y, que por tal razón, se tiene la capacidad de colocarse en lugar de otros para proteger la misma especie o las diversas especies, y garantizándoles el buen vivir y la prevención ante la amenaza eventual o posible de extinción;. La vida es el conjunto de las fuerzas que se resisten a la muerte.
La ética política ya no hace referencia a la división formal entre la izquierda, el centro y la derecha, sino entre el abismo irreconciliable de los partidarios de la vida y los partidarios de la muerte, entre los partidarios de la guerra y los partidarios de la paz, entre los partidarios del malestar y los partidarios del bienestar, cada uno de ellos con sus respectivos programas de felicidad y sufrimiento.
La ética es la ciencia normativa que señala los valores, principios, deberes y derechos que orientan el obrar en cada una de las conducta públicas y privadas a lo largo de la vida, orientando la práctica existencial en todas sus etapas de observación, investigación y aplicación de la inteligencia, apelando especialmente a los principios de verdad informática, honestidad, responsabilidad, integridad y precaución social y ambiental que generen una comunidad de respeto por el trabajo, competencia leal y que ofrezca productos de consumo de calidad en un ambiente laboral saludable sin incurrir en publicidad engañosa y en la que los acuerdos se cumplen.
Sin embargo, los gobiernos de Colombia han tenido el vicio de ser regímenes oligárquicos que distribuyen los bienes de la Nación y del erario sin atender a las obligaciones correspondientes al Estado Social de Derecho, reservándose para sí toda y la mejor parte de riqueza natural y monetaria. Adicionalmente, negocian los cargos públicos de mayor jerarquía entre sus mismos allegados y aliados instaurando una clase en el poder cívico y militar de unos pocos torcidos que suplantan a los más dignos y honestos.
La ciencia de la ética ahora posee nuevos valores que incorporando sentimiento, conciencia e identidad nacional como son: la igualdad de género, en particular que el cuerpo de las mujeres les pertenece y son autónomas para decidir sobre él; los derechos de la naturaleza reconociendo que los animales tienen sentimiento y pensamiento, que las plantas tienen sistemas de sociabilidad y comunicación. Por ello el principio irrevocable de que se trata a los demás como se quiere ser tratado y de no hacer a otros lo que no quiere que le hagan.
Igualmente, se ha incorporado al compendio de valores éticos la no discriminación, segregación o estigmatización social por razones políticas, religiosas o de etnia; el respeto y tolerancia por la diferencia; la multipolaridad, la confianza |
mutua, el desarrollo sostenible, justicia climática, matriz energética, descarbonización económica, el gobierno popular de la participación ciudadana, la cooperación multilateral, la inclusión, la seguridad social universal, el bienestar modesto, el desmonte de armas nucleares y de alcance medio y largo, la empatía, la descolonización, el metabolismo social y las relaciones sistémicas Estas última, en relación con las huellas de carbón e hídrica con ocho acciones ciudadanas de ética: reflexionar, rechazar, reducir, reutilizar, reciclar, redistribuir, reclamar y resistir.
En las elecciones legislativas la conciencia ciudadana al votar se abroga la oportunidad de deponer una democracia deshonesta y criminal que se asemeja a un Estado y que se distingue por presumir de que posee leyes excelentes. Pero tan excelentes leyes o no se aplican, o la ciudadanía ni las acata ni respeta, convirtiéndose así en un país al que nada le importa los códigos ni la misma Constitución y que ha sustituido lo bueno, útil y placentero por lo malo nocivo y desagradable. EC.
No hay derecho
Luís Enrique Arango
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