Del miedo y odio… A la reconciliación… Un paso
Iván Pulido R.
El odio caracteriza nuestra época, común denominador de cualquier
charla ciudadana, producto de la obsesión del que no puede debatir
con la razón o del frustrado, de fácil práctica, cuya meta es acabar
con el oponente y el acoso, difamación e irrespeto los medios más
adecuados para ejercerlo.
Se mimetiza de lo individual a lo colectivo fácilmente, en
discursos, medios digitales o escritos, se vuelve personal, lleva a
enemistades, distancia amigos y puede hasta romper familias.
La palabra odio implica aversión, antipatía hacia algo o alguien
cuyo mal se le desea, persigue al humano en los temas religiosos,
políticos, racistas, territoriales, etc., de fácil recordación
histórica mundial los conflictos entre católicos y protestantes,
blancos y negros, nazis y judíos, judíos y palestinos, rusos y
americanos, ingleses y argentinos, capitalistas y socialistas; y de
memoria nacional, los asesinatos de Jorge Eliecer Gaitán, Luis
Carlos Galán, Bernardo Jaramillo Ossa, Álvaro Gómez Hurtado, Rodrigo
Lara Bonilla, José Raquel Mercado, Carlos Pizarro León Gómez, Jaime
Garzón, caídos por incitación al miedo del comunismo, promovido por
castas políticas opositoras del momento, por el solo hecho de
pensar diferente, dando al traste ese sentido de la soberanía del
pueblo que no es el que identifica a la democracia colombiana.
Se volvieron la envidia y el temor centro de la discusión, tras
efecto de la irracionalidad de quienes incitan a pelear, a odiar la
paz y a la clase trabajadora que lucha por un cambio social,
económico y de tranquilidad que le mejore su calidad de vida.
Lo peor de todo es que el miedo persigue al odio, no tiene lógica
que el actuar en búsqueda del bienestar común, se convierta en
irracional, ni que esa voluntad opositora insista y prefiera
restablecer la guerra, inculcando la aversión, frialdad, envidia,
odio y retorno al pasado.
No se puede permitir más una Colombia permeada por la osmosis de la
envidia, pregón del odio, pedagogía del temor y fanatismo que
invitan a pensar que los contrarios estorban y sobran, razones de
tan sangrientas desapariciones de lideres y lideresas de izquierda
y derecha por transcurso de varias
décadas, sin beneficios ni purgas reparadoras.
Es Colombia el único país que habla del postconflicto y sus
retrocesos, en medio del conflicto, dos pasos adelante y uno atrás,
resumen de una cadena de venganza histórica de actores, rebelados al
concepto de la racionalidad del entendimiento, por esa gesta de
envidia, rencor y odio.
Al respecto Aristóteles, bien definió al hombre como animal
esencial, social, racional y político, que a nuestro criterio al
imbuirle resentimiento,
|
|
venganza, soberbia y
odio incita a absurdas actuaciones y equivocaciones; que solo la
reflexión lleva a no ejecutarlas.
El miedo ha descompuesto la libertad por la ambición del poder,
nuestra propuesta acudir al raciocinio de la conciencia, suena
vergonzoso e incoherente que quienes prediquen equidad,
democracia y paz, las promuevan incitando al fanatismo, miedo,
envidia, venganza y odio.
No hay más que pensar, la oportunidad está dada, el equilibrio
social, político y económico de la Nación nos espera, la unión como
básico camino, el propósito existe, no más venganza, envidia y odio,
ya ha sido suficiente sin logro alguno; antes bien, resultamos
polarizados, cada ala en lo suyo, arrasado desde 1.990 el agro
colombiano, importando casi la totalidad de nuestros alimentos,
inflación y carestía por la pandemia del Covid 19 fuera de tono, sin
fertilizantes por la guerra Rusia Ucrania para las siembras y un
rampante dólar a $3.800,oo.
Proponemos todos a remar al mismo puerto, conocemos el error
cometido por varias décadas, concluimos que la envidia, venganza y
odio no han sido las coordenadas indicadas para el horizonte
buscado?, el trabajo en equipo es magnífica solución, no más
radicalismos de izquierda o derecha, se perfilan luces al final del
túnel: la productividad del sector agropecuario, base para el
aseguramiento de la paz; borrón al odio, hora de reescribir la
historia que nos merecemos para una Colombia enfocada al bienestar,
seguridad y tranquilidad de todos sus ciudadanos.
La semilla del odio, fructifica en violencia, pobreza, venganza y
muerte; quien piensa diferente no es terrorista ni estorba, afinemos
a la construcción, al respeto, a la racionalidad, a la resciliación,
al perdón, abracémonos y restauremos la confianza nacional.
INGENIEROS AGRÓNOMOS POR UN MEJOR MAÑANA AGRARIO
¡Tres que se van
pero deciden!
Álvaro Ramírez González.
Haciendo justicia debería también referirme a Luís Pérez, a Enrique
Gómez y a Milton Rodríguez, que van también a la primera vuelta
presidencial.
Pero no me referiré a ellos en este artículo, porque ninguno de los
tres, registra nada en las encuestas. Su votación será
insignificante.
Rodolfo Hernández aparece en el tercer lugar después de Petro y Fico
con un registro del 12%.
Eso puede representar muy cerca de 2 millones de votos, dependiendo
del número de votantes que acudan a las urnas el 29 de mayo.
Sergio Fajardo aparece en el cuarto lugar con un 9% de intención de
voto.
Eso pueden ser 1.5 millones de votos.
|
|
Ingrid Betancur aparece en quinto lugar con un registro del 1.5 % de
la votación.
Eso supone unos 240 mil votos.
Ninguno de los anteriores tiene posibilidad de pasar a la segunda
vuelta presidencial.
O sea que desaparecerán de la contienda el 29 de mayo.
La pregunta es:
¿Para dónde van a coger esos votos en la segunda vuelta?
Son más de 3.7 millones de votos que pueden definir el ganador.
Rodolfo Hernández calificó a Petro como “el peor Alcalde que ha
tenido Bogotá.”
“Donde lo dejen un año más, acaba con Bogotá”, puntualizó Hernández.
Sergio Fajardo al empezar este debate presidencial, afirmó que
“Petro a kilómetros!”
Ingrid Betancourt fue más dura con Petro, acusándolo de ser socio de
sus secuestradores y de recibir en el Pacto Histórico a Piedad
Córdoba acusada recientemente de haber alargado un cautiverio por
más de 5 años.
Pero sin duda alrededor de esos tres candidatos que desaparecen en
primera vuelta hay seguidores para Fico y para Petro.
¿Cuántos para cada quién?
Ahí está la clave.
Yo pronostico así:
10% (370 mil) no vota por ninguno de los dos.
60% (2.2 millones) votarían por Fico
30% (1.1 millones) votarían por Petro.
Total: 3.7 millones
Hoy la diferencia entre Petro y Fico para la primera vuelta es de 7%
que equivale a 1.2 millones de votos.
Faltan 6 semanas para esa fecha electoral.
La candidatura de Fico está creciendo exponencialmente; en cambio la
de
Gustavo Petro está estancada en los mismos registros.
Eso tiene toda la lógica del mundo.
Petro es candidato hace un año.
Fico es candidato presidencial apenas desde marzo 13.
No es equivocado entonces, afirmar que en los votos de los que se
van en la primera vuelta está la definición de quien será el próximo
presidente de Colombia.
¿No les parece?
alragonz@yahoo.es
|