Porque
Colombia importa tantos productos agropecuarios
Iván R. Pulido
La crisis del sector agrario ha sido un componente económico social,
que trasciende del cambio de modelo económico de los noventa,
impuesto tras la firma de los TLC, que sitúo los productores
nacionales en desventaja, al pasar de protegidos a desprotegidos del
Estado, que al contrario de mejorar la competitividad del campo, no
logro su propósito, pero si generó un cambio en la vocación de las
tierras y en el mapa productivo nacional, por la pérdida de cultivos
como el algodón, trigo, cebada, avena, tabaco, soya, que antes
producían economía local y generaban empleo formal.
Modalidad de importaciones agropecuarias, impuesta origen del
incremento de 1,5 a 7 millones de toneladas anuales, principalmente
de cereales destinados al abastecimiento de la industria de
alimentos balanceados, tras el acelerado consumo de huevos y pollos
de engorde.
Desequilibrio que ha implicado serie de paros nacionales campesinos,
en demanda a políticas que les favorezcan, a una pronta
renegociación de los TLC, reducción de precios de los costos de
producción, el freno a la actividad minero energética ilegal, la
reinstitucionalidad estatal del sector agrario colombiano y cero
afectaciones ambientales en los páramos.
Situaciones no resueltas aun, que en caso de continuar sin un cambio
que favorezca la productividad sostenible local, en mediano futuro
no habrá quien produzca comida en Colombia, por el razonado
desarraigo que hoy ejemplariza a más de 2.600.000 jóvenes rurales
entre 14 y 18 años, que no encuentran oportunidades en el campo para
crecer y desarrollarse.
CONSECUENCIAS DE LOS T.L.C. -
1.- Desbalance del PIB del sector a (- 2.0) en 1992, e
ingreso a importar algodón, soya, cebada, trigo, avena, arroz, maíz,
papa, tabaco y hortalizas, todos cultivos enfrentados a una desigual
competencia, sin socialización técnica ni comercial ante los
productores.
2.- Desarticulación de la responsabilidad estatal respecto a
innovación, transferencia de tecnología, mercadeo y comercialización
de los productos agropecuarios colombianos.
3.- Dependencia absoluta de terceros países para el
abastecimiento de alimentos en Colombia, e inminente peligro de
perdida de la soberanía alimentaria.
4.- El paso de Colombia a la improductividad agraria, sin
logros cumplidos respecto a la modernización y competitividad del
sector, tampoco reducción de costos de materias primas, ni
exportaciones, pero si advertencia en la falta de una planeación
estratégica del gobierno de turno respecto a potenciales
devaluaciones del vulnerable peso colombiano, que concluye en
favorecimiento para los países que nos venden a elevados precios,
sus excedentes productivos, reflejo de los hoy, altos índices de
inflación y alza desmesurada del costo de vida para los colombianos.
5.- La reducción drástica del agro en el PIB que representaba
el 22,3% en 1.990, es nada comparativa al 7% de 2.021, prueba
demostrada del reflejado deterioro del sector, que además de
provocada la improductividad, incluye miles de hectáreas en ocio,
desempleo rampante, salarios más bajos, quiebra de los productores
locales, alarmante desplazamiento campesino hacia centros poblados e
ilicitud y el alarmante peligro de perder la seguridad alimentaria.
IDEAS PARA LA RECUPERACION AGRARIO AMBIENTAL DE COLOMBIA 2.022 -
2.026
Se propone un trabajo conjunto entre los Ministerios de Ciencia y
Agricultura, gremios
|
|
agrarios, comunidades
campesinas, productores,
empresarios, academia universitaria, y
Agrosavia para llevar a cabo un plan de reconstrucción del sector,
que establezca las políticas y estrategias que se requieran para la
Colombia de Futuro, profundizando inicialmente en el análisis de las
siguientes metas:
1.- Han sido recurrentes los paros agrarios ocurridos en el
país desde 1.990, causados por los incumplimientos de los diferentes
gobiernos, en el estructural tema de la redistribución y
legalización de las tierras a los afectados, con carácter urgente,
en beneficio de la anhelada paz colombiana.
2.- Lo más sensato, sentar como precedente la reconstrucción
del sector productivo agrario nacional que genere empleo regional y
abastezca la industria de alimentos de consumo humano y la de
balanceados; el país cuenta con una infraestructura instalada
ociosa, para procesar los cereales de nuestra producción.
3.- Renegociar más equilibradamente los tratados de Libre
Comercio, donde prevalezca un PRIMERO COLOMBIA, que garantice el
acompañamiento de la ciencia, investigación, transferencia y
asesoría técnica hacia una oferta de alta productividad sustentable
para el abastecimiento local y de exportación.
4.- Promover la recuperación de la infraestructura perdida
tras la liquidación del Instituto de Mercadeo Agropecuario IDEMA,
dotar con centros de acopio las regiones productoras, con secadoras,
bodegas y silos para almacenamiento, que permitan además romper la
estacionalidad de las cosechas, restableciendo además la
infraestructura de almacenamiento y secamiento para las cosechas
semestrales, que en igual funcionalidad administrativa, establezca
políticas de estado, para planeación del mercado, su
comercialización con equilibrados precios de compra y venta, dándole
oportunidad al productor de obtener el equilibrado rendimiento que
le signifique continuidad en el negocio y mejoramiento de su nivel
de vida y así eliminar de tajo, la inmensa cadena de intermediarios
que lo único que hacen es establecer los precios a su acomodo, de
tan productivo negocio.
5.- Restablecer y destacar la importancia del acompañamiento
de la ciencia, investigación asesoría y transferencia tecnológica,
ligada a la producción para el cumplimiento con éxito de la
competitividad propuesta.
6.- Implementar un sistema financiero estatal que le permita
el acceso a los productores del capital blando que requieren, donde
la garantía no sea la finca por la escasez de propietarios en
Colombia, elaborando contratos con prenda y seguro de cosechas,
actividades comprobadas anteriormente con excelentes resultados.
7.- Proyectar a Colombia, como despensa agraria para el
mundo, en aprovechamiento de sus características en fertilidad de
suelos, disponibilidad de agua, infraestructura montada y calidad de
su gente campesina, que obvie por derecha ese peligro de extinción
de la soberanía alimentaria y la dependencia de terceros para su
subsistencia.
8.- Promover por intermedio del Ministerio de Agricultura en
asocio con Agrosavia, la capacitación técnica a los productores que
ingresen a programas de produccion de cultivos sustentables para
exportación, hacerlos rentables y asociarlos para la obtención de
todos los beneficios que producen los trabajos en equipo hacia la
competitividad.
9.- Establecer los Incentivos que se requieran para aquellos
productores ojala con mentalidad exportadora, que trabajen
amigablemente con el medio ambiente, como el caso de floricultores,
bananeros, azucareros, palmeros, aguacateros, horticultores y
agregar unos nuevos empresarios extranjeros, productores de frutas
exóticas, tipo marañón, con ejemplos que nos invitan a imitar,
actualmente comercializándolo desde el Vichada a Vietnam e India,
tras la siembra de 14.000 hectáreas tecnificadas, a interesantísimos
precios que inclusive pagan su flete aéreo, como el caso de flores y
alta potencialidad mundial de compra.
10.- Equilibrar los altos costos actuales de produccion, con
reducción de aranceles a cero por la importación de maquinaria
agrícola e insumos agropecuarios incluidos fertilizantes, donde el
estado se juegue sus cartas en incentivo al crecimiento del área
productiva.
|
|
11.- La idea para el próximo gobierno,
producir localmente, la totalidad de las importaciones actuales,
equivalentes a doce millones de toneladas, donde la participación de
los cereales desempeña un papel muy importante.
12.- Y un desafío más comprometedor para el próximo gobierno,
producir alimentos agroecológicos con las comunidades campesinas,
transformarlos, para abastecimiento del comercio local, que
contrarreste la alerta de agudización de la inseguridad alimentaria
y el terreno que ganara el hambre en Colombia, según el polémico
informe de FAO, causados por la migración venezolana, la
inestabilidad política, el impacto de la pandemia y el
desplazamiento interno por retrasos en la implementación del acuerdo
de paz de 2.016.
13.- Resolver el problema del crecimiento acelerado del
consumo per cápita de productos como el pollo, el huevo y el cerdo,
innovando en tecnología, ciencia e investigación, con la produccion
sustentable tecnificada de los cereales que se requieran para
reemplazar las importaciones de países desarrollados, existen las
herramientas y hay que aplicarlas, ante un mercado en que la demanda
ha sido mayor a la oferta.
14.- Para dicho logro, el estado debe intervenir directamente
en la planeación, coordinación y ejecución de planes logísticos y de
capacitación técnica, para reducir los costos de producción e
incentivar la asociatividad y agro industrialización de los
productores.
15.- Establecer como norma para la competitividad agraria, el
acompañamiento de la ciencia, investigación, extensión y desarrollo
rural, que trascienda a la motivación de la producción de alimentos
y materias primas como esencia para un modelo de economía circular
nacional; un país sin ciencia e innovación, no progresa, carece de
futuro y tiende a desaparecer.
16.- Establecer un apoyo subsidiario a la produccion de
alimentos, que garantice una rentabilidad asegurada para los
productores, en especial para los pequeños y medianos, tomando en
cuenta, la posición desfavorable del país, por altos costos de
combustibles, transporte, crédito, insumos, riego y su dependencia
por nuevas semillas, insumos y transferencia de tecnología.
17.- Aprovechar entre comillas, la mayor demanda mundial de
comida por los efectos del cambio climático y la apreciación del
dólar que ha encarecido los valores de los productos importados en
2.022, para producir maíz y soya local a precios hasta por debajo de
los mismos importados.
18.- Adoptar las medidas necesarias para proteger los
recursos naturales, prohibir la deforestación, el fracking, la
minería ilegal y muy en especial proteger los páramos ante esta
misma amenaza.
19.- No contribuir a desequilibrar el poder dominante de la
actividad agraria comparativamente al de la minería.
20.- Promover la educación desde la niñez a la comunidad
rural, donde se incentive la amigabilidad por el medio ambiente, el
cuidado a los recursos naturales y motive el arraigo al terruño de
origen.
21.- Incentivar el emprendimiento de la mujer rural.
22.- Implementar energías limpias en reemplazo de las
fósiles.
23.- Innovar e incentivar la tecnología de la agricultura
ecológica.
El presente documento ha sido adelantado con fines de conocimiento y
raciocinio, sin sesgo político alguno, para socialización de la
significancia de tan polémicos acuerdos comerciales de 1.990, la
motivación de su implementación, los resultados y las posibilidades
que se vislumbran para el mañana productivo que desea todo ciudadano
quienes verdaderamente ame a Colombia.
Atentamente:
INGENIEROS AGRÓNOMOS ASOCIADOS AMANTES DEL CAMPO
|