Los lugares donde nos
encontraremos después de los resultados
Guillermo Navarrete Hernández
Para el momento de la presente
edición, el certamen electoral ya se estará llevando a cabo, con la
esperanza de que la mayoría de colombianos ejerza, no sólo un
derecho sino un deber con la democracia: votar. Los gustos son
diversos, con motivaciones diversas. No obstante, el deseo es que
tal acto se realice con conciencia de que se tomó la mejor decisión.
En lo particular hice un esfuerzo a través de cuatro entregas con la
divulgación de los programas de gobierno –por lo menos de los que
fueron visibles-, como un aporte al propósito aquí anotado, con la
reseña de diferentes tópicos que pudieran interesar a la ciudadanía.
Hubiera querido que fueran más, pero las circunstancias lo
imposibilitaron.
En medio del proceso de campaña, los debates organizados por los
medios de comunicación, terminaron por convertirse en un escenario
de manipulación por algunos de sus moderadores o periodistas, de la
presencia de tan solo tres candidatos, debido a la evidente
discriminación de dichos medios con algunos otros aspirantes que
pese a registrar una baja intención de voto, son personas que
merecen respeto por la osadía de poner sus nombres, hojas de vida y
propuestas en la palestra pública por el deseo de regir los destinos
de la nación, y de la ausencia premeditada de uno de ellos –conducta
que el suscrito considera falta de respeto hacía los ciudadanos-,
conducido tal vez por sus asesores de comunicación, para evitar que
incurriera en yerros que pudieran poner en evidencia su
intencionado desconocimiento del funcionamiento del aparato estatal.
Es de anotar que hubo momentos en los que la minoría de candidatos,
que conforme a los datos procesados por las firmas encuestadoras,
serán quienes obtendrán la mayoría de votos en las urnas, hicieron
del argumento su más importante arma, pero en los que
lamentablemente afloraba la idiosincrasia del pueblo del que hacen
parte, y se sumían en la reiterada costumbre de hacer señalamientos
infundados o no. Pese a todo, allí se pone en evidencia el carácter,
la paciencia, la sapiencia y la capacidad de desenvolverse, incluso
ante situaciones adversas, aspectos que deberían ser valorados a la
hora de tomar una decisión.
Lo cierto es que después de tantos avatares provocados por impulsos
emocionales que se reflejan en las redes sociales, la cloaca de las
más negras, a veces matizadas, expresiones del ser humano, y las
cuales más bien de convertirse en instrumentos edificadores, se
materializan en lodazales en los que nos sumergirnos
inmisericordemente sin medir las consecuencias, en especial el
quebrantamiento del entramado social que tanto nos hará falta al
final de la tarde cuando los resultados a favor o no de las
subjetivas preferencias, nos indiquen que entre todos deberemos
seguir luchando por forjar una nación en la que podamos vivir en
paz, con seguridad y prosperidad.
Es así que con la culminación de esta etapa del proceso electoral
colombiano, tendremos que encontrarnos en el techo que compartimos,
en la calle donde nos encontramos, en el transporte que usamos para
ir al sitio de trabajo o de estudio, en el parque donde salimos a
distraernos o para que nuestra mascota haga sus necesidades o en las
mismas redes sociales posiblemente arrepentidos de lo que
proferimos. En esos lugares, es donde debemos darnos un abrazo, como
lo que somos, hermanos en la diversidad de etnia, condición social,
posición económica, prácticas culturales o ideologías políticas.
Vamos Colombia, hagamos de la democracia la principal herramienta,
no sólo para expresar y zanjar nuestras diferencias, sino para
fortalecer los hilos invisibles que unen nuestras semejanzas.
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El arte de Gobernar
Edgar Cabezas
El arte de gobernar el Estado Social de Derecho consiste en saber
quienes representan el poder real en cada una de las actividades
públicas y privadas que rigen la sociedad colombiana y, hacerlo de
tal manera que en cada una de las negociaciones en la que participan
adversarios relacionados con el mismo sector se sienten a negociar y
a concertar lo que les corresponde en beneficio mutuo, para que las
partes de común acuerdo pacten beneficios recíprocos de gana-gana, y
queden satisfechos y felices conforme a la constitución y a las
leyes que la han reglamentado para fortalecer la unidad de la
nación.
Tiene que entender la ciudadanía que la soberanía reside
exclusivamente en el pueblo de quien emana el poder público y lo
cual significa que el pueblo está arriba y, que se llama soberano, a
la persona individual o colectiva a la que pertenece por derecho el
poder, de quien todos dependen y que esta a su vez, no depende de
nadie. Esta persona pública, que se forma por la unión de todas las
demás es llamada por sus integrantes cuando es pasivo, Estado Social
de Derecho y, cuando es activo, se le denomina “soberano” o
“potencia” si se le compara con pueblos semejantes. Así que cuando
partes del pueblo, que representan un factor real de poder no se
ponen de acuerdo, el Estado, como ente y tercer interviniente,
aparece para conciliar las diferencias y dejar insatisfechas a las
partes en conflicto. Por eso, siempre es mejor un buen acuerdo que
un mal pleito entre todos los representantes de los factores reales
de poder.
Identificando a las entidades con personería jurídica o sin ella que
tienen poder real, se cuenta a los sindicatos de trabajadores,
organizaciones sociales, organizaciones políticas, jueces, gremios
de la industria y el comercio, propietarios de tierras, banqueros,
clase media, trabajadores de la economía popular, las fuerzas
militares y de policía, campesinos sin tierra, productores de coca,
amapola y cannabis, guerrillas, paramilitares, narcotraficantes,
iglesias, naciones étnicas, mujeres y diversidad de género,
profesiones liberales de artistas, científicos, tecnólogos,
artesanos, estudiantes, personal de la salud, medios de
comunicación, consumidores, estudiantes y asociaciones deportivas.
Todos los gobiernos de Colombia en representación del Estado han
impuesto por la fuerza un procedimiento autoritario de contrato
social para negociar con los adversarios latentes y manifiestos en
cada uno de los mencionados detentores de poder real y, por eso, han
hecho ingobernable su función pública al haberlos enfrentado con las
fuerzas militares y de policía, que son un cuerpo organizado que
puede reunirse a cualquier hora del día o de la noche. Al hacer uso
de estas fuerzas contra la población, los gobiernos deslegitimaron
tanto el ejercicio del poder público civil como a las fuerzas
militares y de policía quienes en algunos casos están siendo
juzgados por violación a los derechos humanos.
Hoy 29 de mayo el pueblo soberano tiene la oportunidad de elegir a
un presidente que tiene la fuerza del valor que otorga la justicia y
la equidad y, el poder del amor en su conocimiento y corazón, fuerza
y poder con los que convocará a los factores reales de poder para
que negocien los planes, programas y proyectos que conduzcan a
Colombia a ser una potencia mundial de la vida. Sí, llegó la hora
del cambio por la vida, haciendo que la Constitución escrita de 1991
corresponda con la Constitución real que entre los años 2022 y 2026
consolidará el proceso de una paz estable y duradera.
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Crónica de Gardeazábal #421
Equivocados y derrotados
Gustavo Álvarez Gardeazábal
Audio:
https://www.spreaker.com/episode/49997665
No hizo una sola manifestación en plaza pública y así y todo sacó 6 millones de
votos. No participó ni eligió un solo congresista el 13 de marzo y clasificó
para ir a la segunda vuelta presidencial. Se negó a ir a la gran mayoría de los
debates televisados o a visitar algo más de 10 ciudades y apenas si se asomó a
uno que otro foro en las universidades, pero consiguió hacerse un nicho dentro
de los indignados, arrebatándoselos a Petro que por cuatro años dizque los había
liderado.
Estamos hablando del ingeniero Rodolfo Hernández, exalcalde de Bucaramanga
publicitado por los medios como un viejito atarván y desconocido por las
encuestadoras que se negaron a admitir su atropellada final. Probablemente se
equivocó en muchos de sus planteamientos y estrategias, pero logró hacerse a una
imagen que hoy lo proyecta como serio rival para Petro en la segunda vuelta del
19 de junio. Pero como también Petro y sus fanáticos seguidores se equivocaron
garrafalmente al abrir una brecha gigantesca, y muy personal contra Fico y sus 5
millones de votantes olvidándose de atacar a Rodolfo, en tres semanas será muy
difícil establecer puentes que permitan pensar que Petro podrá atraer de esas
huestes los votos que le hacen falta para ser mayoría. Y como, además, Petro y
sus fanáticos hicieron feroz campaña para hacer creer que iban a ganar en la
primera vuelta, el haber obtenido 8 millones de votos, y ser el 40º% de la
votación total no parece servirles de bálsamo para el sentimiento de derrota que
los inunda.
Se equivocaron también y quedaron derrotados el gobierno, sus congresistas y sus
empresarios escogiendo de candidato a Fico porque nunca adquirió ni lenguaje ni
imagen presidenciales. Se equivocaron los medios y las encuestadoras porque se
volvieron manipuladores de una opinión pública que no resultó tan pendeja como
ellos creían y un porcentaje suficiente se fue detrás de quien pregona la gran
batalla contra las cooperativas de contratistas que reemplazaron los partidos
políticos.
Si Petro quiere sobrepasar ese techo de los 8 millones, que fue casi el mismo de
hace 4 años, solo puede apelar a la ambición de los congresistas huérfanos, que
no garantizan obediencia de sus electores.
Y si Rodolfo quiere ganar con holgura debe bajarle al tono de viejito regañón y
en vez de mostrarse esquivo debe construir con su tikitok y sus frases de
espectáculo el pedestal del antipetro.
Tenemos 3 semanas para ver un espectáculo repetido, de eso no me queda la menor
duda: todos contra Petro. El Porce,
Mayo 30
del 2022
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