El desolador final
del Profesor Jirafales
Lo tuvo todo y murió sin nada,
víctima de una tragedia
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también fue el Sargento Refugio Pazguato, quien ponía en vereda a
El Chompiras.
“El Profesor Jirafales es un personaje al que quiero mucho porque fue el que me
internacionalizó. Gracias a Jirafales he visto como me piden autógrafos los
chicos de la Quinta Avenida de New York y los de Ushuaia. Eso vale muchísimo
para un actor ser reconocido internacionalmente. Y lo mismo pasa en Italia,
España, Francia, Marruecos, Norte de Africa, Corea”, dijo en numerosas
oportunidades.
En la televisión y el cine su carrera continuó con algunos papeles no tan
memorables: seguía atado de manera indivisible al entrañable Profesor Jirafales.
Y así llegó la tercera reconversión, lejos de amargarse por el final, creó su
propio circo, con el que salió a recorrer diferentes países.
De hecho, era normal verlo actuar por Argentina. “Nuestro circo funciona muy
bien. En varias ciudades como Bahía Blanca por ejemplo, que debimos quedarnos
más tiempo porque mucha gente quedaba afuera y quería vernos. La verdad es que
la respuesta del público ha sido maravillosa para con nosotros”, dijo Aguirre en
una entrevista con el diario La Opinión de Pergamino, a propósito de una gira
bonaerense realizada en 1995.
Consuelo de los Reyes fue su entrañable compañera. Estuvieron casados durante 57
años y tuvieron siete hijos. Junto a ella pasó también, uno de los momentos más
difíciles de su vida y lo que marcó un antes y un después, tanto en su salud y
como en su economía. En 2007 sufrieron un grave accidente de tránsito. Su esposa
se llevó la peor parte: ella perdió una pierna y tuvo que ser operada en
reiteradas oportunidades para mejorar su calidad de vida; él quedó en sillar de
ruedas y abandonó los escenarios.
Por eso no fue raro cuando en 2013 anunció su retiro de los escenarios, tras 46
años de carrera: debía atender su salud. Un año más tarde comenzó a sufrir
complicaciones debido a una diabetes. También fue hospitalizado por dolores de
columna y cálculos. “De un día a otro se le fueron las fuerzas y ahora está sin
moverse, no puede ni darse la vuelta en la cama y habla poco. La diabetes lo
tiene así”, declaró su mujer.
La estrella de Aguirre se apagó en la madrugada del 17 de junio de 2016. Fue su
amigo, el actor Édgar Vivar -más conocido como el Señor Barriga-, quien confirmó
la noticia a través de Twitter. “Tenía un cuadro de neumonía, pero no era una
cuestión grave. El doctor lo mandó a casa a recuperarse, pero ya estaba muy
débil. Fueron muchos años con el problema de la diabetes. El corazón le daba
algo de problemita. El vivió mucho y no era el modelo, era el kilometraje: viajó
mucho, vivió muy intensamente. Estaba cansado, pero se despidió rodeado de amor,
muy tranquilo y sabiendo que dejaba a una familia fuerte y unida”, dijo su hija,
Verónica, en el funeral de un hombre que lo vivió -y lo sufrió- todo.
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Querido por grandes y chicos,
Rubén Aguirre fue un ladero incondicional de Roberto Gómez Bolaños.
Pese a tener fama y fortuna, lo perdió todo. Este viernes se cumplen
seis años de la partida de un artista al que todos recuerdan con una
sonrisa
Alcanzó la fama y la fortuna. Disfrutó de la popularidad, la gloria,
el reconocimiento. Las alabanzas ajenas. Y sin embargo, Rubén
Aguirre partió de este mundo así como había llegado: sin
absolutamente nada. Un accidente lo dejó enfermo y discapacitado,
cambiando su destino para siempre. Fue el principio del ocaso, la
estocada final para una vida digna de ser guionada y llevada al cine
por los constantes giros que sufrió a lo largo de sus 82 años.
Este querido actor mexicano nació el 15 de junio de 1934 en
Saltillo, la población más grande del estado mexicano de Coahuila. Y
murió en Puerto Vallarta un 17 de junio de 2016, exactamente dos
días después de haber cumplido 82 años. Se recibió de ingeniero
agrónomo y llegó a dedicarse de eso. Pero su amor por los medios de
comunicación y la actuación fueron más fuertes. “Trabajé en una
propiedad agrícola, donde sembrábamos algodón, pero no me gustó
mucho. Lo mío era la actuación. Siempre, desde muy chico me gustaba
la actuación. Era niño cuando me salía a la calle e imitaba a los
vendedores ambulantes que pasaban por mi casa”, contó Aguirre en una
entrevista.
Su pasión pudo más pero llegó de una forma extraña. Entonces su vida
daría uno de los primeros giros. Aguirre comenzó a trabajar en
Televisa: era un alto ejecutivo de la cadena mexicana y su trabajo
consistía en captar nuevos talentos. Ahí fue que conoció a Roberto
Gómez Bolaños, Chespirito, y fue el propio Rubén quien convenció a
las autoridades del canal para que le dieran lugar a ese incipiente
humorista. Años más tarde y ya cuando los entremeses de Los
Supergenios de la Mesa Cuadrada y Chespirotadas eran un éxito,
Aguirre le pidió a Chespirito que le devolviera el favor: quería
formar parte del staff de comediantes de los programas. Y Gómez
Bolaños se lo concedió.
“Empecé los sábados con las Chespirotadas,
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entonces me llamaron de la
dirección general de Televisa y me dijeron: ‘Señor Aguirre, ¿qué
está haciendo ahí?’. ‘Pues mi trabajo termina los viernes y esto es
los sábados’. ‘No señor, o un lado o en otro, no puede hacer las dos
cosas’. ‘Ah, bueno, entonces me voy con Chespirito’”, le contó a
Susana Giménez a mediados de los 90, acerca de cómo fue su
transición hacia la actuación. “La primera que dejó de hablarme fue
mi mujer: ‘Estás loco, con lo que estás ganando... ¿con Chespirito
cuánto ganas?’. ‘Todavía nada, pero algún día...’. Estuvo como dos
meses sin hablarme”, agregó entre risas.
Un cigarro grueso entre los dedos, un ramo de rosas, un bigote
prolijo en composé con un sombrero oscuro y un sinfín de frases
románticas bastaron para construir a al Profesor Jirafales, ese
personaje que lo llevaría a lo más alto de la fama en la vecindad de
El Chavo. No se sabe cuántas tacitas de café se habrá tomado junto a
Doña Florinda pero juntos, hicieron una dupla que quedará en el
recuerdo para siempre.
Con muletillas como “ta, ta, ta... ¡ta!” -una especie de cuenta
hasta 10 antes de explotar de indignación- o el “después de usted”
que funcionaba como contraseña para que Doña Florinda cerrara la
puerta de su casa y se iniciara el romance entre ambos, fue ganando
cada vez más espacio dentro del trabajo coral dentro del set. Así
nuevamente, su vida volvía a dar un giro y su apuesta, se había
convertido en un éxito.
Dentro del universo Chespirito, Aguirre no solo interpretó al
Profesor Jirafales, sino que también encarnó al Rufino Rufián,
némesis de El Chapulín Colorado. También le puso cuerpo y alma a
Lucas Tañeda, ladero de Chaparrón Bonaparte en Los Chifladitos. Y
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