EDITORIAL
Y los derechos de los presos qué?
No cabe duda alguna que la tragedia ocurrida hace
unos días en la cárcel de mediana seguridad en Tuluá, Valle del
Cauca, desnudó la grave problemática que existe en los diferentes
centros carcelarios del país.
Es precisamente por esta razón, que, desde El Imparcial, hacemos un
llamado para que desde las autoridades competentes adelanten las
respectivas investigaciones acerca de los hechos que todavía son
desconocidos por el pueblo colombiano y que seguramente esconde
sucesos relacionados con la violación a los derechos humanos en
centros carcelarios del país.
En primer lugar, se hace pertinente mencionar que el pabellón 8 en
donde ocurrieron estos desgarradores hechos existía un sobrecupo del
100%, patio en el que según la Defensoría del Pueblo se albergaban
159 detenidos cuando las instalaciones fueron construidas para
albergar solo a 80 presos.
Que esta tragedia ocurrida en Tuluá, sea un aliciente para que toda
la sociedad en su conjunto reaccione y no sea indolente ante la
constante violación a los derechos humanos que desde hace ya un buen
tiempo se viene registrando en Colombia, situación que precisamente
se hizo más visible con un reciente informe realizado por la
Defensoría del Pueblo que revela que la mayoría de las cárceles
colombianas cuentan con problemas eléctricos y de infraestructura.
Para nadie es un secreto que las deficiencias en atención en salud,
el hacinamiento, entre otras falencias caracterizan las cárceles,
pero no hay que negar que este hecho sucedido en Tuluá se constituye
como una prueba fehaciente que el INPEC no es la entidad más idónea
para manejar la población carcelaria en el país.
El escándalo ocurrido hace unos meses con el empresario detenido
Carlos Mattos que gozaba de la complicidad del mismo INPEC, además
de los escandalosos vídeos de Juan Guillermo Monsalve, testigo preso
y clave en la investigación de compra de testigos por Álvaro Uribe
Vélez, son acontecimientos que son una razón de peso para que ahora
el nuevo Gobierno empiece desde ya a contemplar la seria posibilidad
de despojar al INPEC como la entidad encargada de las cárceles en
nuestro país.
No obstante, un mensaje que debe ser muy claro es que las soluciones
de forma que tiene que ver con los cambios urgentes que se necesitan
son hoy en día de gran importancia porque no constituye la nueva
prioridad del Gobierno Nacional y de la sociedad colombiana en su
conjunto, ello, teniendo en cuenta que la PREVENCIÓN es hoy en día
la mejor reforma carcelaria.
Siendo así, el hecho de llevar más cultura y educación a las
poblaciones marginadas y vulneradas del país para evitar a través de
esta intervención social que los jóvenes contemplen la posibilidad
de pertenecer a bandas criminales que los recluta aprovechándose de
sus necesidades y vacíos existenciales.
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Colombia no le ha dado sana sepultura
a sus muertos
Por Zahur Klemath Zapata
zkz@zahurk.com
Esta es la edición 12.9453 de El Imparcial de
hoy sóbado 2 de julio de 2022.
Hay un libro muy interesante de leer, la Historia criminal del cristianismo por
el investigador alemán Karlheinz Deschner. Son cinco tomos donde se va contando
paso a paso los crímenes cometidos a través de siglos en el establecimiento del
judaísmo, el cristianismo y el mahometismo, que al final es una sola raíz.
Todos estos crímenes se han quedado estancados donde se cometieron y los
responsables quedaron igual en el limbo de la historia. Parte de los crímenes de
la segunda guerra mundial se ventilaron y aun se sigue juzgando a los criminales.
El juicio de Núremberg le dio a los judíos una tranquilidad que ha permitido que
siempre se tenga presente que cosas como estas no deben pasar y que los
responsables van a ser juzgados.
Los crímenes no cesan mientras haya mentes diabólicas o irresponsables Estados
que miran de lado lo que pasó con sus gentes. No se trata de tomar venganza sino
juzgar, rehacer y reparar el daño ya hecho y dejar claro que siempre
debe haber un respeto a
la vida y a los dolientes.
Si la sociedad no se organiza y hace que se establezca un orden en relación a
los crímenes que se cometen, siempre habrá irresponsables que saltaran a cometer
todo tipo de fechorías contra personas indefensas porque ellos, los asesinos,
que después van a negociar con el establecimiento por dejar de cometer más
crímenes.
Nuestra civilización ha avanzado a unos linderos que nos permite viajar a otros
planetas y descubrir otros estados de diferentes naturalezas y reconocerlas como
nuevas formas de vida. No se está viajando hacia el espacio para destruir sino
para obtener más conocimiento sobre nuestra existencia en este universo.
Los extraterrestres que han vivido en nuestro planeta por millones de años nos
han dejado vivir sin intervenir en nuestra civilización, porque no hay razón de
actuar como dioses porque tienen mayor evolución que la nuestra.
Hemos aprendido de nuestras experiencias un poco, pero continuamos siendo gente
primitiva y destructiva al mismo tiempo.
Personas que creemos que son civilizadas, actúan sin la capacidad de la
razonabilidad, porque solamente son inteligentes y actúan como individuos y no
como seres pertenecientes al mundo del saber cómo convivir en armonía.
Pronto veremos que somos menos y ya nada hay que hacer. Nuestra historia estará
guardada en un micro chip que nadie podrá leer en el futuro.
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Crónica de Gardeazábal # 444
Ni libros ni vinos
Gustavo Alvarez Gardeazábal
Audio:
https://www.spreaker.com/episode/50433377
Según los sabiondos que ahora han aparecido por montones, casi como
plagas, a través del youtube para enseñarnos a entender la economía
mundial, dizque estamos camino a una depresión. Según ellos, se ha
ido formando la tormenta perfecta con la pandemia, la crisis de los
contenedores, la guerra de Ucrania y el camuflado deseo imperial
chino.
Las medidas tomadas por la Unión Europea y los Estados Unidos para
castigar a Rusia han terminado siendo un tiro en los pies donde
estaban paradas cada una de las economías de esos países.
La inflación galopante surge entonces
como acicate o enemigo, depende como se vea. Lo peor empero no es la
falta de dinero en los bolsillos de los habitantes del mundo (y de
sobra en las bóvedas de los bancos rusos o neoyorquinos) sino el
gran retroceso en la batalla ambientalista en que nos habían metido.
Con la sola supresión del flujo de gas a Alemania y la tempestad en
los precios del petróleo, la gran campaña para evitar el uso del
plástico y la quema de combustibles fósiles, se ha venido abajo. Y,
aunque no se crea, los grandes paganinis son el vino y los libros.
Cómo se combatió con ferocidad el uso de las bolsas de plástico, no
midieron cuantos árboles fueron tumbados para satisfacer la demanda
de papel para bolsas con que en muchas partes resolvieron solucionar
la ausencia de las plásticas.
Y como todo es oferta y demanda, el
precio del papel se fue a las nubes y los periódicos y revistas
redujeron sus páginas y los libros se han ido poniendo a precios
escandalosos que espantan a cualquier lector.
De la misma manera, el corte del chorro del gas ruso a los alemanes
y a otros países europeos puso de presente que el gran fabricante de
vidrio, y de paneles solares con los que se combate la
contaminación, es Alemania y que si no mantiene prendidos los hornos
de sus grandes fábricas de vidrio, que consumen gas como locos, el
vidrio va a escasear y los vinos y licores del mundo entero que se
han envasado siempre en botellas pueden terminar perdiendo su sabor
y su gracia empaquetados en tetrapack, en bidones de plástico o en
tarros de lata como su eterna rival, la cerveza.
Igual a la sensación de fastidio que sienten muchos cuando leen un
libro en la pantalla del internet y no en las páginas impresas
empastadas en las carátulas de un libro. La pandemia dizque nos
cambió la vida. Esta crisis económica provocada nos va a arrebatar a
los dos símbolos de nuestra civilización, el vino y los libros.
El Porce, julio 1/2022
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