EDITORIAL
¡Qué sigan arrestando a los
alcaldes corruptos!
Durante el transcurso de esta semana, tanto en los medios de
comunicación como en las redes sociales ha sido tendencia la noticia
de la captura de seis alcaldes de diferentes municipios del
departamento de Caldas como Aguadas, La Merced y de Alcalá en el
Valle del Cauca en donde fue detenida la alcaldesa de este
municipio, Gloria Estela Raigoza.
Todas estas capturas están relacionadas con el hoy detenido senador
Mario Castaño, quien patrocinaba actos de corrupción en los mandatos
de estos alcaldes capturados. Lo más preocupante de esto es que de
acuerdo con la Fiscalía General de la Nación, estas capturas solo
representan el inicio de una investigación que abarca muchos
funcionarios y otras alcaldías.
Frente a este escenario y refiriéndonos de manera especial al
impacto de esta realidad en Risaralda, ya es bastante preocupante el
hecho que actualmente tres municipios del departamento como Balboa,
Pueblo Rico y Dosquebradas, estén en la mira de las autoridades,
razón por la cual se hace necesario que desde la Gobernación de
Risaralda se tomen las medidas necesarias para investigar esta
situación de manera paralela a la Fiscalía.
El hecho que estas redes de actos de corrupción también toquen a
nuestro departamento de Risaralda es bastante preocupante, más aún
porque además de los alcaldes, la Fiscalía General de la Nación ha
manifestado que además de estos otros funcionarios se encuentran
implicados.
Esta red de corrupción debe terminarse de una vez por todas y se
deben prender las alarmas para evitar que este tipo de situaciones
continúen presentándose, razón por la cual todas estas
investigaciones deben ser mucho más estrictas para dar mejores
resultados y acabar de una vez por todas con la red de corrupción en
Colombia.
La petición que realizamos desde el periódico El Imparcial no solo
está dirigida a las autoridades para que agilicen las capturas de
estas personas corruptas en Colombia, el llamado que también
realizamos es para que una vez estas personas sean capturadas y
condenadas no reciban un trato preferencial en la cárcel.
Hoy en día es triste observar como personas que le han hecho tanto
daño a la sociedad con la corrupción y que incluso son capaces hasta
de hurtar el alimento de los niños, reciben un trato preferencial en
el interior de los centros penitenciarios con derecho a televisor,
visitas constantes, neveras, entre muchos otros privilegios que no
deberían de existir, todos ellos merecen estar en igualdad de
condiciones de los ciudadanos condenados por hurtar un celular.
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El capital y la seguridad social
Por Zahur Klemath Zapata
zkz@zahurk.com
Los capitales económicos
siempre habían estado en manos de los gobernantes porque eran
quienes poseían el poder y sostenían a la sociedad que vivía a su
alrededor. En la actualidad hay pocos gobiernos que ejercen ese
poder y dan a sus ciudadanos el bienestar basados en la riqueza del
país, como los emiratos árabes.
Colombia es un país con un
potencial económico extraordinario pero mal manejado, dilapida a
diestra y siniestra todo su potencial económico en la corrupción y
en mala administración. Esto impide que el país crezca y se
desarrolle como una nación próspera y de alto bienestar ciudadano.
La cascada de impuestos es
como si fuera las del Niagara y jamás llegará a ningún sitio lo
recaudado donde debe ir, pero si a los bolsillos
de los que apoyan a los políticos. Esto es una verdad que todo el
mundo lo sabe y hace lo menos para evitar que esto suceda. Siguen
votando por los mismos corruptos que han estado ahí amamantados por
ese círculo vicioso.
La seguridad social existe
a medias en Colombia, todos sufren sin importar su condición
económica por la mala atención y los defectos que ella tiene. No hay
conciencia sobre este asunto, a pesar que se han creado organismos
intermedios como el Sisben, pero realmente la población está
desprotegida por la carencia de un verdadero sistema de seguridad
social.
La verdad en todo esto es
que si un país está organizado y distribuye sus recaudos económicos
equitativamente, puede cubrir a toda la población con los servicios
de salud, educación y vivienda sin tener que sacrificar el bienestar
social. Pero cuando la corrupción democrática está por todas partes
es imposible establecer organismos que velen por el bienestar de la
sociedad.
Los políticos nunca le han
puesto atención a estas demandas sociales, porque ellas no generan
utilidad económica como hacer reparaciones locativas, que llaman
inversiones y ventas de los bienes del establecimiento. Todo esto
desaparece sin que la sociedad pueda defender sus intereses
sociales.
La riqueza de un país se
mide por el bienestar que tienen sus ciudadanos, su infraestructura
educativa y desarrollo tecnológico. Lo demás son inversión que
proporciona otro tipo de crecimiento a nivel mundial que los hace
ver como potencia económicas.
Colombia puede tener lo
mejor de lo mejor si sus administrados le ponen atención a lo
existente y abren mercado internacional y venden trayendo esos
capitales para enriquecer la nación. Esto quiere decir que esa
riqueza es de todos sin ser un país socialista porque todos tienen
la posibilidad de invertir y crecer individualmente según sus
capacidades de crecimiento.
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Crónica de Gardeazábal # 4 73
MULA,TRANSISTOR, MOTO Y CELULAR
Por:
Gustavo Alvarez Gardeazábal
Audio:
https://www.spreaker.com/episode/50895724
Ningún político, caudillo o presidente de la república ha sido capaz
de causar la revolución que todos estamos esperando desde el 7 de
agosto de 1819.Tan solo López Pumarejo, en su primer período con las
leyes de tierras y empleos puso límites, zapatos y cesantías, y
César Gaviria cuando les cambió de oficio a 12 millones de
campesinos para que solo 12 familias pudieran importar todos los
alimentos que antes se cultivaban en los valles y montañas
colombianos.
Los demás, nada. A todos les ha dado miedo o no se han sentido
capaces.
Pero las cuatro grandes revoluciones que verdaderamente han generado
los gigantescos cambios en la estructura social colombiana han sido
la aparición en su orden de la mula, el transistor o radio de pilas
portátil, la moto y ahora el celular.
Con la mula se pasó de la Colombia indígena y selvática a un país
con caminos de herradura, a montañas sembradas de café, a productos
agrícolas cargados hasta los puertos y entonces volver productivas
las tierras enmontadas.
Con el transistor, que apenas llegó promediando el siglo pasado, la
Colombia rural y montañera, de pueblitos y caseríos, empezó a
advertir que la verdad no la tenían los periódicos de Bogotá o
Medellín sino la radio, pero que además poseer esos radiecitos de
pilas daba estatus en cualquier conglomerado donde se viviera y como
con él llegó la mano transformadora de Radio Sutatenza de monseñor
Salcedo y la educación comenzó a asomarse donde ni el estado ni los
periódicos llegaban, el cambio de mentalidad del colombiano fue
inducido prodigiosamente.
Y cuando llegó la moto y la brecha social entre ricos y pobres había
aumentado desproporcionadamente y tener un vehículo motorizado de 4
llantas era el que daba dignidad y estatus, la moto le dio la mano a
esos millones de colombianos que fueron descubriendo cómo podían
evolucionar, ahorrar y hacer más fácil y cómoda la vida sin tener
que pagar el pasaje.
Los campesinos también se beneficiaron. Descubrieron que teniendo
moto podían trabajar en sus parcelas y vivir en el poblado cerca de
la educación, la salud y la diversión. La facilidad con que se
financia ahora una moto ha revolucionado el mercado y las calles, y
debe obligar a que las ciudades todas planifiquen su desarrollo
urbano para darle cabida a las motos y que no nos volvamos un
rosario de Calcuttas.
Y no tengo que decir a mis lectores y oyentes lo que ha significado
como gran revolución el celular y los cambios mayúsculos y veloces
que está precipitando el Internet. Piénselo y verá que no es
exageración. Que esas si fueron revoluciones.
El Porce, agosto 12 del 2022
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