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ESPECIAL

 

Pereira, Colombia - Edición: 12.967-547

Fecha: Sábado 27 de agosto de 2022

 

Clima extremo, la mayor encrucijada que atraviesa China
 



La encrucijada que atraviesa China a raíz de tres factores que están confluyendo de la peor manera posible, una ola de calor sin precedentes, la sequía y el temor a una caída drástica en las cosechas, tiene a la población más grande del mundo buscando alternativas para escapar del clima extremo: se resguardan en estaciones subterráneas con aire acondicionado.

El tema es preocupante pero más sencillo de entender de lo que parece: la cosecha de otoño en China se encuentra bajo "grave amenaza" por las altas temperaturas, lo que a su vez ha traído consigo una fuerte sequía (incluso en las partes de la gélida meseta del Tíbet), y lo que a su vez está poniendo en riesgo la seguridad alimentaria de un país que alberga más de mil millones de almas. Esto lo está padeciendo, vale referirlo, la mitad del territorio.

A este respecto vale mencionar que varias grandes ciudades registraron los días más cálidos de su historia, con el mercurio alcanzando los 45 ºC en el suroeste. "Esta es la peor ola de calor jamás registrada" en China, declaró a la AFP Liu Junyan, responsable para clima y energía de la antena de Greenpeace para el sureste asiático.

 

Un gráfico del Centro Nacional del Clima mostró cómo amplios sectores del sur de China, incluidas partes del Tíbet, se encontraban en condiciones de sequía de "grave" a "extraordinaria".



De esta manera, la segunda mayor economía mundial se ha visto golpeada este verano boreal por temperaturas récord, sequías e inundaciones repentinas, una serie de fenómenos extremos que se vuelven más frecuentes e intensos debido al cambio climático, advierten los científicos.
 

El gobierno prometió 10 mil millones de yuanes (1.450 millones de dólares) para ayudar a las cosechas de arroz este otoño, y de acuerdo con una reunión del Consejo de Estado de Pekín, presidida por el primer ministro, Li Keqiang, se acordó que el gobierno debería "hacer un trabajo aún mejor para combatir y reducir la sequía", dijo la emisora CCTV.

 

Y es que durante los últimos meses el sur de China ha vivido su período más largo y sostenido de altas temperaturas y escasez de lluvias desde que empezaron los registros meteorológicos hace más de 60 años, dijo el Ministerio de Agricultura en un comunicado.

       

 

 

Para poner un ejemplo el río Yangtsé, principal reserva de agua potable del país, está seco en varios tramos, y desde hace dos meses los habitantes de muchas ciudades chinas viven al ritmo de las alertas diarias por fuerte calor, lo que ha llevado a las autoridades a racionar la electricidad.
 

La peor ola de calor
 



En la agricultura, la sequía es especialmente problemática para los cultivos de arroz y de soja, que requieren de mucha agua. A este respecto vale señalar que cuatro departamentos gubernamentales lanzaron un aviso el martes de esta semana, urgiendo a tomar medidas para proteger los cultivos y pidiendo que "cada unidad de agua se utilice con cuidado".

Los responsables gubernamentales abogan por "una combinación de medidas para aumentar las fuentes de agua para combatir la sequía, primero asegurar agua potable para la gente, garantizar agua para el riego agrícola y guiar a los agricultores para combatir la sequía y proteger el grano de otoño", agregó el aviso.

En los últimos meses, los especialistas habían expresado su preocupación por las cosechas del país a causa de las restricciones vinculadas al Covid-19, que afectaron los intercambios de logística y retrasaron la siembra en primavera. Por tal motivo, la seguridad alimentaria se ha convertido en un tema sensible en China, un país que se ha visto azotado por la hambruna varias veces.
 

A este respecto vale referir que el país cubre más del 95% de sus necesidades de arroz, trigo y maíz, pero las malas cosechas podrían conllevar a un aumento de las importaciones, justo cuando la oferta de cereales se está viendo fuertemente lastrada por la guerra en Ucrania.
 

Lluvia artificial
 



Paralelamente a la ola de calor y el temor de pérdida de las cosechas, a principios de agosto los servicios meteorológicos chinos anunciaron que la temperatura del país había aumentado el doble de rápido que la media mundial desde 1951, una tendencia que, se espera, continúe.

Ante la falta de agua, China intenta provocar lluvias artificialmente lanzando al cielo proyectiles cargados con yoduro de plata, según unas imágenes de la televisión pública CCTV.

 

Por lo mismo, varias provincias chinas ordenaron racionar la electricidad para lidiar con la elevada demanda, provocada parcialmente por el uso generalizado de aire

       

 

 

    

acondicionado, y por ejemplo las megaciudades de Shanghái o Chongqing ordenaron limitar las luces decorativas, y las autoridades de Sichuan limitaron la energía para el sector industrial, mientras los niveles de las presas hidroeléctricas caen a mínimos.

En Chongquig, el agua sale caliente del grifo, las altas temperaturas hacen imposible llevar una vida "normal", y más de 1.500 personas en la zona aledaña fueron evacuadas el lunes por los incendios, según la agencia estatal Xinhua.
 

Estaciones subterráneas, refugio al calor
 



El clima extremo de los últimos días hizo que se viera un curioso panorama: en estaciones subterráneas, caóticas y congestionadas, habitantes de la megaciudad china de Chongqing se refugian del verano más caluroso que se tiene en registro, donde el aire acondicionado les permite evadir las temperaturas abrasadoras del exterior.

Varias provincias chinas están asfixiadas por la ola de calor que ha provocado cortes de electricidad, lo cual obligó a cerrar fábricas y bajar las luces en algunas de las calles más conocidas del país.

 

Los expertos señalan que la intensidad, la extensión y la duración de esta ola de calor pueden convertirla en una de las peores del mundo. En Chongqing, de 30 millones de habitantes, el río Jialing, afluente del Yangtze, está seco y la paciencia se agota.

Desesperados por escapar al calor, cientos de pobladores de mediana edad o ancianos acuden a las profundidades de las estaciones subterráneas, donde pasan las horas fumando, jugando cartas o durmiendo.

 

Tendidos en sillas o sobre cobertores, en la estación hay barrenderos en su hora de descanso, trabajadores manuales, desempleados o personas que viven en la cercanía.

 

En un supermercado cercano, un gerente comentó a AFP que muchos de los que pasan el tiempo en la estación subterránea tienen aire acondicionado en casa pero se aburren y buscan pasar el tiempo con sus amigos.

Pero los transeúntes no se impresionan con su presencia y caminan entre la multitud, un recordatorio de que los negocios en la ciudad continúan pese al sofocante calor en las calles arriba.

 

 

 

 

 

     

 

  

 

 

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