SOY NEGRO

Por: Guillermo Navarrete Hernández

Nací en una familia mestiza. Mi padre un hombre trigueño, ojizarco, de estatura mediana, oriundo de Facatativá y buen trabajador, tanto en los Ferrocarriles Nacionales de Colombia donde fue maquinista y en una fábrica de textiles en Bogotá como calderista, quien trasegó por este planeta durante 94 años.

Mi madre, una mujer también trigueña, de pelo negro, ojos cafés, ama de casa y tremenda luchadora, nos dio el honor de contar su presencia por el lapso de 80 años.

Los dos aún me inspiran profundo respeto, amor e inspiración, pero ella es la representación de la abnegación, el sufrimiento y la persistencia.

El lavar ropas, elaborar churros, empanadas, arequipe y otros productos para ayudar con la economía del hogar… aún me provocan lágrimas.

No obstante, lo que vivió mi progenitora es la historia de muchas mujeres en Colombia que han tenido que dedicarse al rebusque para forjar para sus hijos una vida diferente de las que les tocó, para romper las cadenas de la pobreza y la violencia intergeneracionales, que hoy por hoy padecen muchos sectores vulnerables de la Nación a los que Alfredo Molano denominó “La Colombia Profunda”.

Nariño, Cauca, Chocó, la zona del Catatumbo, el sur de Bolívar, la Guajira, Arauca y otras tantas hacen parte dichas regiones a las que la presencia del Estado y la reivindicación de sus derechos están por demostrarse. De estas las poblaciones negras, raizales, palenqueras e indígenas son de sus principales víctimas.

Francia Elena Márquez Mina, es parte de ese contexto, madre soltera, trabajadora de la minería artesanal en el departamento de Cauca, su tierra, y empleada doméstica en la capital del Valle del Cauca.

Pero esta negra esforzada y valiente no se quedó llorando las ignominias de la exclusión que generan la pobreza, el color de su piel y el racismo estructural, del que muchos sectores aún se ufanan.

La carrera de técnica agropecuaria del Sena, le abrió oportunidades de desempeño en esa área para luego convertirse en abogada de la Universidad Santiago de Cali.

El liderazgo urdido por la lucha en contra de la construcción del proyecto Salvajina que afectó a su comunidad y otros de carácter ambiental, le permitieron obtener los premios Goldman de medio ambiente y Joan Alsina de derechos humanos. Hoy nuestra vicepresidenta.

Con motivo de los 29 años de la expedición de la Ley 70 de 1993 se reunieron en la Casa de Nariño representantes de diferentes organizaciones de comunidades negras, raizales y palenqueras, para destacar los logros alcanzados como pueblo, pero que no son suficientes hasta que la “dignidad se vuelva costumbre”.

En dicho marco la vicepresidenta, esbozó una de sus mejores piezas discursivas con alegoría al respeto y reconocimiento a la otredad, conmovió al auditorio y a los que seguíamos el evento a través de las redes sociales.

A los negros les debemos las matemáticas, las maravillas del blues, la raíz del jazz, el rock and roll y el gospell, en Colombia del vallenato, la salsa y de tantas otras melodías tropicales; de las danzas, de la alegría y de la emancipación cimarrona para conservar sus costumbres; de conquistas deportivas inolvidables que nos invaden de orgullo.

Circunstancias dentro de las cuales en la consulta del Pacto Histórico mi voto fue simbólico, a favor de tales reivindicaciones. Mi voto fue por Francia Márquez y por las que orgullosamente declaro que “Soy Negro”, aunque el color de mi piel sea diferente.

No ha pasado un mes desde la posesión del presidente Petro y el país está más aturdido que nunca.

Cada uno de los sectores económicos ha estado muy atento a los anuncios del nuevo gobierno.

Desde la Asamblea de la Andi, y la de la Asociacion Bancaria, además de varias reuniones de los gremios de la producción con Petro, han estado intentando digerir lo que viene. Y no han podido.

Son tan confusos los mensajes, tan absurdas las decisiones, tan erradas las propuestas que parece que fueran dirigidas a destruir el aparato productivo colombiano.

Como si sobrara el capital en el país, la reforma tributaria es una persecución total a ese capital.

Las reformas laborales buscan endurecer para los empresarios las condiciones y volver inflexible pero también imposible, la contratación.

Van a convertir al empleador y al empleado en enemigos.

Ambas medidas terminan en salida de capitales, y aumento del desempleo.

Pero el recetario del nuevo gobierno es una sumatoria de ocurrencias e improvisaciones que en menos de un mes han mostrado que este será un gobierno caótico, sin autoridad y con los niveles de violencia que jamás hemos conocido.

De hecho en tres semanas del mandato Petro, van 17 masacres

Ese recetario que cambia todo en cuanto a extradición, fumigación de coca, exportación de ganado, ESMAD, hidrocarburos, explotación minera, gas, tierras, agricultura e impuestos, es un caldo peligroso, amargo e imposible de digerir.

Como pedirle al sector productivo que “ produzca más “, si le están confiscando con más impuestos su capital de trabajo ?

Como no caer en un gran desempleo con la nueva inflexible e imposible ley laboral?

Como dice el columnista Paisa Luís Guillermo Velez, estamos en un “ paro silente”.

Todo aparentemente sigue caminando igual que antes, pero el empresariado colombiano, va a reaccionar en silencio, cancelando proyectos nuevos, ampliaciones, y nuevas empresas y desarrollos.

Incluso es descomunal ya la fuga de capitales.

Unos para protegerse de este régimen y otros para trasladar esas nuevas empresas y desarrollos, a otros países.

El capital se mueve y es bien recibido en todas partes.

Fuera de sembrar coca, nada será negocio en este nuevo país que nos plantea Petro.

Los discursos del nuevo mandatario en todos los foros económicos son confusos y regańones, como si antes de Petro nada se hubiera hecho bien.

Toda esta situación más la brutal ola de inseguridad, producto de la falta de autoridad y el desinterés en defender la propiedad privada, están desembocando en cinco males muy peligrosos para la economía.

1.Devaluación de la moneda,
2.Aumento de la inflación,
3.Salida de capitales ,
4. Aumento del desempleo.
5. Violencia desbordada.

Esos cinco males son los que han destruido la economía de los países en manos del socialismo.

Y por ese camino nos lleva Petro.

Con un improvisado y errático recetario!

El presidente Petro, no se dejó amedrentar por los delincuentes, no permitió que como Duque, en el paro armado de la bacrim del clan del golfo, por varios días, no llegará ni siquiera la presencia de ejército y se pasearon como Pedro por su casa haciendo lo que se les antojó, claro qué hay quienes aseguran que las águilas negras y el clan del golfo, están conformados por militares al servicio de la mafia y con conocimiento de los oficiales de alto rango, que reciben grandes sumas de dinero, para que precisamente, se hagan los de la vista gorda con estos y pasen de agache ante sus reiterados delitos.

Varias organizaciones de derechos humanos han denunciado este contubernio y nunca pasó nada, el mismo presidente cuando actuaba como senador lo manifestó en varios debates y los miembros del partido de extrema derecha, al que pertenece Duque, sólo se limitó a decir que el senador Petro, estaba tratando de dañar la honra a los militares y estoy convencido de que la purga en las fuerzas armadas, es precisamente por eso, más de la mitad de los oficiales de alto rango, fueron llamados a calificar servicios o más bien dados de baja en su carrera militar, pues se enteraron fue a través de los medios.

Se que no todos los que salieron, estaban en malos pasos, pero si estaban politizados y sus comentarios al igual que los de Zapateiro, descalificaban al candidato y hoy presidente, situación que no puede permitirse, porque los hombres del ejército y policía, le deben por ordenamiento legal, obediencia y respeto a su presidente, quien funge como máximo jefe de todas las fuerzas armadas del país.

Lo del Catatumbo no fue a la zar y menos capricho del presidente, había que sentar el precedente de que Colombia tiene un gobernante, que no le va a temer a los criminales, que va a hacer presencia de estado donde le toque y que cuenta no solo con el respaldo del pueblo como lo vimos en el Catatumbo, sino con el de sus Fuerzas Armadas, que lo van a acompañar y proteger, porque aunque muchos no lo crean, en esas fuerzas armadas, hay altos oficiales que como más de la mitad de los colombianos que votamos en las pasadas elecciones por el, quieren La Paz total, quieren un cambio y quieren que se erradique la corrupción.

No, lo del Catatumbo, envía un mensaje al país y en especial a las bandas criminales y es que Petro no está improvisando, que definitivamente se va a dar la pela y que los nadies, al fin van a ser escuchados y en la manera en que se pueda habrá presencia del estado y con el, de todas las instituciones.

Ver la felicidad de los pobladores que salieron a recibirlo, colombianos de todas las edades, que estoy seguro desde hace muchos años, no veían y menos tocaban a su presidente, ese es un gesto que nunca olvidarán, por qué fue una visita llena de esperanza y que deja una semilla de aliento y respaldo a esos nadies, a esos campesinos que ahora ven en el presidente no solo la valentía para visitarlos, también ven que algunos de sus sueños terrenales pueden conjugarse en cambio para sus vidas y las de sus hijos y que están más cerca que nunca.