La reapertura de frontera entre Colombia y Venezuela
representa un nuevo inicio
Tras más de cinco años de cierre, la frontera con Venezuela se abre mañana en
medio de un escenario político claro, pero con múltiples incertidumbres en el
tema de seguridad, comercio, migración y fitosanitario.
En 2015, tras una crisis diplomática con el gobierno colombiano, desde Venezuela
se ordenó cerrar el paso de vehículos en la frontera y en 2018 se presentó la
expulsión de los funcionarios consulares.
Pero solo con el comienzo del gobierno Petro se dio vía libre para que la
reapertura fuera una realidad. “El próximo 26 de septiembre daremos apertura a
la frontera entre Colombia y Venezuela. Como primer paso, se reanudará la
conexión aérea y el transporte de carga entre nuestros países. Confirmamos el
compromiso del Gobierno por restablecer las relaciones de hermandad”, escribió
el mandatario colombiano en sus redes sociales.
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Por
su parte desde Venezuela, Nicolás Maduro, durante una reunión con gobernadores y
alcaldes bolivarianos, destacó que se afinan todos los detalles para “que este
primer paso sea auspicioso para avanzar hacia una apertura total, absoluta y
libre de toda la frontera”.
El Presidente no dudó en señalar que la reactivación de las relaciones entre
Caracas y Bogotá resultará favorable para ambas naciones, al tiempo que abogó
por una apertura total de la frontera binacional.
A pesar de estas declaraciones llenas de optimismo, existen cuatro campos sobre
los que hay que fijar la atención y que no pueden quedar desapercibidos, luego
de que se abran las puertas entre los dos países.
Seguridad
Nicolás Maduro había expresado en un discurso televisivo que “estamos
coordinando todos los detalles de la seguridad para que este primer paso, que
vamos a dar el próximo 26, sea un paso auspicioso para avanzar hacia donde
debemos llegar”.
Del mismo modo, confirmó que los dos ministros de Defensa, Vladimir Padrino
(Venezuela) e Iván Velásquez (Colombia), ya se han comunicado con el fin de
coordinar los planes de seguridad que permitan el combate de bandas criminales
en esta región.
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También hay expectativa sobre activar lo que eran las Combifron,
unas reuniones bilaterales de frontera donde las Fuerzas Militares y
la Policía compartían información de inteligencia. Al desaparecer
tomaron más confianza para actuar en la frontera.
Esto ha permitido a las organizaciones delincuenciales jugar a la
estrategia del repliegue estratégico, que es pasar de un lado a otro
de la frontera según su conveniencia.
Sin embargo, en cuanto a esta posibilidad, el
director ejecutivo del Centro de Estudios en Seguridad y Paz, Néstor
Rosanía, explicó que el Gobierno colombiano ha previsto hacer por
fases la normalización de las relaciones con el vecino país.
“Primero la fase humanitaria, comercial, y las últimas fases serán
en materia de seguridad. Y por allá hablaremos de si hay una
posibilidad mínima, aunque sea, de reactivar una relación así sea no
de Fuerzas Militares, por lo menos de policías, para que
intercambien información de inteligencia”.
Comercio
De acuerdo con Javier Díaz, presidente de Analdex, el mejor año
que hubo relaciones comerciales entre los dos países fue en 2008, cuando se
presentó el mayor intercambio comercial. “En ese año vendimos algo más de US$6
mil millones a la nación vecina e importamos cerca de US$1.000 millones, es
decir, que el intercambio sumaba los US$7 mil millones, pero en el segundo
semestre de 2009 el presidente Chávez suspendió el intercambio y a partir de ahí
vino cayendo hasta llegar como a US$150 millones; es decir, pasamos de US$6 mil
millones a US$150 millones”.
Aclaró que en la medida que Venezuela se ha dolarizado, el comercio se ha
reactivado y hoy en día las transacciones suman entre US$350 millones o US$400
millones.
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