EDITORIAL
Es
hora de acabar con la criminalidad en nuestro país
La cruzada contra las bandas de
criminalidad que tienen azotadas algunas zonas del país y que
estarían detrás de las tres matanzas de las últimas semanas, así
como de buena parte de casi una treintena de asesinatos y
descuartizamientos, impone retos de primer nivel para el Gobierno
nacional y la Fuerza Pública, pero sobre todo para la Alcaldía
Distrital. Después de realizarse una serie de consejos de seguridad,
el primero con la Presidencia de la República y el segundo entre
distintas instancias distritales, se adoptó un plan de choque para
enfrentar a las nueve organizaciones criminales que protagonizan una
cruenta lucha por adueñarse de los principales expendios y
corredores del microtráfico en la ciudad. Entre las medidas está la
creación de un “Equipo Especial Multicrimen” y el refuerzo del
componente policial de 1.200 hombres que combate a las redes
delincuenciales, especialmente a las tres internacionales que
estarían detrás de los últimos hechos violentos
La Fiscalía activará unidades especializadas en perseguir lavado de
activos, crimen organizado y narcotráfico, se ampliará el pie de
fuerza policial en 230 efectivos que operarán en Kennedy, Los
Mártires y Santa Fe, en donde se han encontrado más cuerpos
desmembrados. También se acudirá al apoyo de las Fuerzas Militares
en vigilancia y retenes en las zonas de mayor incidencia ilícita.
Por último, se pidió al régimen venezolano aislar a los cabecillas
de la
banda ‘El tren de Aragua’, presos en una cárcel del vecino país y
quienes estarían dando órdenes sobre crímenes en la capital
colombiana.
Tres son los retos a corto y mediano plazo. En primer lugar, es
lograr rápidamente identificar y capturar no solo a los eslabones
más bajos y medios de las nueve redes de macrocriminalidad, sino a
sus principales cabecillas y lugartenientes. Lo ocurrido con el
‘Cartel del Golfo’ es un ejemplo a seguir: en menos de dos años se
neutralizó a gran parte de su cúpula y ello llevó a un
debilitamiento y fraccionamiento. Hoy todavía varias de sus
facciones sobreviven e incluso protagonizan escaladas como el
criminal y bárbaro ‘plan pistola’ que costó la vida a tres decenas
de uniformados semanas atrás, es claro que ya no tiene la
peligrosidad de años atrás.
En segundo término, hay que golpear duramente las finanzas de esas
bandas.
Y eso solo es posible mediante operaciones de infiltración que
permitan detectar el entramado de canales ocultos que mueve
millonarias sumas de dinero de origen ilícito, así como proceder a
decomisar y someter a extinción de dominio casas, vehículos, bodegas
y demás bienes muebles o inmuebles utilizados para delinquir o
adquiridos con las ganancias de actividades ilegales.
Hay que acudir a inteligencia humana y tecnológica para encontrar el
rastro del dinero e incautarlo. De lo contrario, por más capturas
que se produzcan y más condenas que se logren, habrá un reciclaje
rápido de mandos, cabecillas y testaferros. Y, en tercer lugar, se
requiere que las autoridades, en un componente combinado de Fuerza
Pública e institucionalidad social, se instalen en las zonas en
donde hoy están ubicados los principales nichos de microtráfico y
otros delitos asociados. Hay que hacer presencia permanente con
suficiente personal policial y militar, al tiempo que el Distrito
debe ofrecer programas de apoyo a la población de esos sectores, hoy
cercada por la delincuencia.
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El desperdicio de los bienes de la sociedad un crimen de lesa
humanidad
Por: Zahur
Klemath Zapata
Los gobernantes persisten en la actitud de actuar como si ser
elegidos el pueblo los hace ser los nuevos dueños de la nación. Los
franceses lo único que hicieron fue cambiarle el collar de perro a
quien va a gobernar el país.
El pueblo no ha entendido que a quien elige es solo un empleado
público que va a administrar los bienes sociales y no un propietario
de la cosa pública.
Tenemos que educar a la sociedad, en el manejo de los bienes
sociales. La gente piensa y cree que esos bienes no son de su
propiedad sino de la nación y no piensan que ellos son la nación y
por ende esos bienes son su capital representado en el erario y todo
lo que la nación posee.
No podemos mirar para otro lado y hacernos los que no sabemos nada y
que la nación no nos pertenece. Cuando pagamos impuestos, esos
dineros van a un fondo que se supone es el que nos respalda y con
ellos se construye y se mantiene la infraestructura y los bienes
sociales para que todo funcione.
Tenemos que asumir cada uno de nosotros la responsabilidad para que
la nación funcione
correctamente y no dilapiden el esfuerzo de millones de colombianos
en manos de gente que no tiene el menor sentido de responsabilidad y
respeto por ellos mismos y por quienes los han elegido.
Colombia es un país hermoso con todas las posibilidades de tener un
estándar de viva igual o superior a cualquier país civilizado y no
vivir sus gentes como personas de tercera categoría.
Estar bajo el símbolo de los estratos sociales, clases sociales o
simplemente los desechables del mundo primitivo.
No apoye la corrupción dándoles propinas para que hagan su trabajo
más rápido o saltarse la línea para que el servicio sea especial,
todo tenemos los mismos derechos e igualdad de respeto. Por eso es
importante mantener nuestro pensamiento dirigido hacia cuidar los
bienes sociales.
Ser un criminal es muy fácil, es simplemente mantener el ritmo de
robarle a la sociedad
pensando que jamás nadie se va enterar que uno es un criminal. El
crimen nunca paga, lo que si da es una temporada en la cárcel y el
desprestigio a toda la familia y a los seres queridos.
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Crónica de Gardeazábal #
512
LA
PELEA POR LA CORONA
Por: Gustavo Álvarez Gardeazábal
Audio:
https://www.spreaker.com/episode/51486438
Cuando se libró la batalla de
Ayacucho que le dio la total libertad a Perú y Bolivia, en diciembre de 1824,
Bolívar tenía dos herederos a la vista, Sucre y Córdova. Ambos fulgurantes y
juveniles guerreros. Buenos mozos, inteligentes y con futuro garantizado. Los
dos hicieron gala de su tino y sapiencia militares y ayudaron cada cual a su
manera al triunfo en Ayacucho de los ejércitos de Bolívar.
Se cuenta que al concluir la contienda un cura coronó al libertador con un
laurel de oro, recamado de piedras preciosas. Este se la quitó y delante de sus
tropas se la impuso a Sucre responsabilizándolo como el gestor de la victoria.
El mariscal de Ayacucho tampoco la recibió y se la puso en la cabeza a José
María Córdova, el intrépido general antioqueño repitiendo la frase que el
trágico paisa dizque repetiría un tiempo más tarde cuando se rebeló contra
Bolívar y fue ajusticiado miserablemente por la Legión Británica: “armas a
discreción, paso de vencedores”.
Córdova había nacido en el partido de La Concepción y su partida de bautismo en
la iglesia de esa vereda, entonces jurisdicción de Rionegro, así lo hace
constar. El 10 de septiembre de 1825,en un acto propio de su tiempo, y siendo
uno de los suyos alcalde de Rionegro la envió con una nota para que reposara “en
la ciudad donde nací” y aunque nunca la recibió la sala capitular ni nadie negó
que José María Córdova era oriundo de La Concepción, la corona quedó guardada de
familia en familia y después depositada al Banco de Oriente para su custodia y,
como tal, todos supusieron que la corona era propiedad municipal de Rionegro, no
de La Concha que ya era municipio y en un arqueo de caja hace unos años, se la
entregaron al alcalde de Rionegro, no al de La Concepción o La Concha, como la
llaman los paisas de verdad).
Hubo alegato judicial que ha reverdecido por estos días porque Ramón Alcides
Valencia, el mismo abogado que fue capaz de arrebatarle la propiedad de la
Iglesia Parroquial de La Concha a las almas del purgatorio que las habían
heredado en el siglo 19, se ha ganado una miserable e injusta vaciada judicial
de Manuela Ocampo, la subsecretaría de patrimonio de Rionegro, para decirle que
no le entregan la corona de Córdova a su ciudad natal sino que Rionegro se queda
con ella.
Infames garosos hambrientos es lo que son las autoridades de Rionegro.
El Porce, octubre 6 del 2022
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