Tecnologías que están cambiando el diseño y la
fabricación de muebles
Disociar la arquitectura de los muebles es casi imposible. Mientras
Le Corbusier estacionaba autos contemporáneos en sus obras para
fotografiar sus proyectos, los muebles evidencian la época y el
estilo de vida del usuario que habita en el espacio. De hecho,
existen registros de muebles rudimentarios desde el momento en que
la humanidad deja de ser nómada; en sitios arqueológicos que datan
del 3.000 a.C. se ha descubierto una gran cantidad de muebles de
piedra, desde armarios y camas hasta gabinetes y asientos.
Con el paso de los siglos, los muebles fueron ganando protagonismo,
y además de sus funciones intrínsecas, se han utilizado para
expresar ideas. Ya sea el mobiliario exclusivo y lujoso del antiguo
Egipto, para mostrar el poder y la riqueza del imperio, hasta el
diseño funcional y simplificado de la Bauhaus, en un momento de
reconstrucción y racionalidad en el mundo, estudiar la evolución del
diseño de muebles es importante para comprender los diferentes
estilos arquitectónicos.
Hoy en día, el avance de la tecnología e Internet hace que los
cambios sean cada vez más rápidos, incluso difíciles de asimilar y
de seguir. A continuación, seleccionamos una serie de tecnologías
que han impactado en el campo del diseño, la fabricación y la
comercialización de muebles.
La impresión 3D se encuentra mucho más extendida de lo que
imaginamos. Las impresoras, cada vez más asequibles, generalmente
funcionan depositando y pegando, capa por capa, pequeños granos de
algún material, como plástico, cerámica, vidrio, metal e incluso
concreto. Es la llamada fabricación aditiva, que a partir de
geometrías tridimensionales producidas por computadora (un dibujo
CAD o un modelo tridimensional), transpone un objeto a la realidad
utilizando la cantidad exacta de material, generando formas que
difícilmente podrían ser fabricadas por el ser humano.
Su uso se ha extendido desde el diseño industrial hasta la réplica
de objetos arqueológicos, y se están realizando investigaciones
prometedoras para la
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fabricación de órganos y tejidos humanos artificiales, prótesis de
extremidades y muchos otros usos. Cuando hablamos de muebles, las
opciones también son muchas. Desde la impresión de conectores y
uniones para estanterías o bancas, hasta la fabricación de muebles
completos.
La silla Nóize, de Guto Requena, es un interesante ejemplo del
proceso de impresión 3D. A partir de un ícono del diseño brasileño,
la silla Jirafa, de Lina Bo Bardi, Marcelo Ferraz y Marcelo Suzuki,
su modelo tridimensional es deformado a través de su fusión con el
audio de sonidos urbanos recopilados en la zona de Rua Santa
Ifigênia, en el centro de São Paulo. Este archivo digital fue
enviado digitalmente a Bélgica, para ser impreso en tres
dimensiones. Es decir, al tener un archivo digital el objeto puede
imprimirse en cualquier parte del mundo, lo que puede transformarse
en una opción interesante para ubicaciones remotas.
En esta línea, la idea detrás de las sillas BITS & PARTS es que
puedan ser descargadas de forma gratuita e impresas en casa. Esto
funciona porque están formadas por pequeñas piezas que se ajustan
incluso a las impresoras 3D más compactas, uniéndose como un
rompecabezas hasta formar una silla. El objetivo es permitir la
fabricación de muebles accesibles y democratizarlos.
Entre varias otras iniciativas de impresión 3D, una que llama la
atención es Zero Waste Lab, un proyecto de investigación en el que
los ciudadanos griegos pueden transformar los desechos plásticos en
muebles urbanos. Estos residuos, altamente contaminantes y
prácticamente indestructibles, son procesados para convertirse en la
materia prima de los muebles, con el objetivo de rediseñar los
espacios públicos en la ciudad de Salónica, Grecia.
La impresión a escala industrial todavía no parece factible, lo que
debería cambiar muy pronto. Pero la impresión 3D puede ser muy
importante para el asentamiento en lugares remotos e incluso en
otros planetas, como vemos en las simulaciones de la NASA para la
construcción de bases en Marte. Actualmente, la impresión 3D ya es
una realidad para la creación de prototipos, la fabricación de
muebles exclusivos y la impresión de formas parametrizadas y
orgánicas.
Realidad Aumentada
Ya sea en filtros de Instagram o en juegos interactivos, la realidad
aumentada también ha dejado de ser una promesa del futuro para
hacerse parte de nuestra vida cotidiana. A través del teléfono
celular, su cámara y sus sensores, esta tecnología nos permite
superponer objetos virtuales en entornos reales. En el caso de los
muebles, las aplicaciones de realidad aumentada sirven, sobre todo,
para ubicar los objetos deseados en el espacio, pudiendo tener una
mejor idea de la escala, los colores y cómo se verá el espacio en el
futuro.
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Es por eso que varias compañías han estado invirtiendo en
herramientas para mejorar la visualización de sus productos.
Morpholio, por ejemplo, permite insertar algunos de los muebles más
icónicos en sus entornos, a partir de unos pocos clics. El gigante
IKEA también desarrolló una aplicación para probar sus muebles en
los ambientes.
Pero además de la visualización, existen herramientas para ayudar a
los usuarios. El diseñador Adam Pickard, a su vez, ha estado
desarrollando una aplicación para ayudar en el ensamblaje de los
muebles de la marca, a través de la Realidad Aumentada, que
posiblemente nos ahorrará algunas lágrimas y gotas de sudor.
Internet de las Cosas (IoT)
Internet de las cosas (IoT) se refiere a la interconexión digital de
los objetos cotidianos con Internet e incluso entre ellos.
Electrodomésticos, vehículos, equipamientos públicos y otros
dispositivos con sensores y conexión a la red, recopilan y
transmiten datos.
Esto hace posible, en primer lugar, que estos objetos se controlen
de forma remota a través de teléfonos celulares o computadoras y, en
segundo lugar, que los objetos mismos se utilicen como proveedores
de acceso a Internet. Evidentemente, al principio nos preguntamos:
¿para qué quiero muebles con internet? Sin embargo, seguramente en
algún tiempo nos preguntaremos: ¿cómo podíamos vivir sin ellos?
Además de su función básica, los muebles con internet pueden
brindarnos comodidad, realizar tareas repetitivas, recordarnos
eventos o compromisos o incluso proteger nuestra salud. Si tu
teléfono está conectado al aire acondicionado, cuando regreses a
casa es posible que tu hogar ya se encuentre a la temperatura
deseada. Podrías controlar las luces del jardín si estás de viaje, o
regar las plantas con la cantidad exacta de agua y acidez.
También existen refrigeradores que, al notar la falta de un alimento
esencial, pueden realizar el pedido automáticamente, dejando que el
usuario apruebe y reciba al repartidor. Esto puede ser importante
para las personas mayores que viven solas o para personas con
discapacidades físicas limitadas.
Pero es posible ir aún más allá. Existen investigaciones en curso
que permitirían conectar inodoros a Internet, incluyendo sensores e
inteligencia artificial para detectar signos tempranos de
enfermedades y ayudar a las personas a controlar afecciones crónicas
como la diabetes. Las posibilidades son infinitas y el Internet de
las cosas puede impactar desde la vida cotidiana hasta la
distribución de infraestructuras de ciudades completas.
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