EDITORIAL
Lucha contra el clima seguirá en veremos
La lucha al cambio
climático es, sin duda, la principal urgencia de la humanidad. La
Conferencia de las Partes, que reunió en Egipto por veintisieteava
ocasión a todos los países firmantes de los tratados contra el
calentamiento global, dejó en evidencia que los gobiernos están cada
vez más conscientes de la imperiosa necesidad de disminuir la
emisión de Gases de Efecto Invernadero (GEI) pero las medidas que se
adoptan cumbre tras cumbre todavía son insuficientes para afrontar
un fenómeno que no solo está generando una creciente cantidad de
tragedias al año, con un saldo fatal cada vez más alto, sino que
deteriora inexorablemente la calidad de vida de toda la población,
poniendo en peligro el futuro de las próximas generaciones.
Esta circunstancia es la que explica por qué las conclusiones de la
COP27 dejaron un sabor agridulce. No obstante, debe resaltarse la
voluntad de todos los países en torno a acelerar sus políticas y
compromisos para limitar la emisión de gases contaminantes y
agilizar la transición de energías de fuente fósil (petróleo, gas y
carbón) a las renovables (solar, eólica, nuclear, de hidrógeno y
otras).
En esa misma línea, sin duda es acertado el calificativo de
“histórico” que los organizadores del cónclave egipcio dieron al
acuerdo para crear un Fondo de Pérdidas y Daños, cuya principal
tarea es financiar las estrategias de lucha contra el cambio
climático en los países más pobres y vulnerables, que no solo son
los más afectados por el aumento de la temperatura media global sino
que, además, tienen una muy baja tasa de emisión de GEI, en
contraposición a Estados Unidos, China y otras grandes potencias que
producen más de tres cuartas partes de los mismos.
Desde hace varias décadas los países subdesarrollados venían
urgiendo que las naciones que más contaminan –y por ende son
mayormente responsables del calentamiento global– dirigieran
recursos para ayudar a sufragar en las más vulnerables las “pérdidas
y daños”
producidos por el cambio climático. Es decir, que aportaran para
costear asuntos como la
reconstrucción de viviendas, infraestructura, cultivos, recuperación
de suelos, protección de áreas naturales y nodos ecosistémicos, así
como otro tipo de inversiones que realizan estos gobiernos para
enfrentar crudos inviernos y sequías.
En ese mismo concepto entra lo relativo a nutrir los presupuestos
destinados a impulsar la transición energética y desarrollo
sostenible, recuperar la seguridad alimentaria, asistir al
campesinado, contener la migración poblacional forzada por cambios
climáticos extremos.
El cónclave en Egipto terminó en una especie de claroscuro. Más
consciencia mundial del riesgo vital por el cambio climático pero
muchas promesas y compromisos no vinculantes para combatirlo, cuando
lo que se esperaba eran decisiones más concretas y exigibles.
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Matar
al paciente para no curar la enfermedad
Por Zahur Klemath Zapata
zapatazahurk@gmail.com
En casi todas las guerras del
pasado era común que los heridos se murieran de las heridas causadas
en el campo de batalla. Salvarse era un milagro.
Posteriormente se crearon las enfermerías, finalmente la cruz roja.
Todo cambió en esos tiempos. En la segunda guerra mundial a través
de la guerra se descubrieron una serie de remedios para curar y no
dejar morir a los pacientes. Apareció el agua oxigenada y ella evitó
la amputación de piernas y brazos. Luego se inventó la penicilina y
todo cambió.
En guerras posteriores las enfermerías se volvieron centros
experimentales donde se investigó y se descubrieron nuevas
tecnologías y prótesis para avanzar en el conocimiento del cuerpo
humano.
Después de este recorrido nos encontramos en una era donde el
conocimiento y el manejo de técnicas nos dan herramientas para poder
arreglarlo casi todo. Y si no lo encontramos en libros o
universidades, simplemente nos vamos a YouTube y allí alguien nos va
a explicar cómo funcionan las cosas o se arreglan.
Esta semana estuve leyendo un artículo de un personaje que fue
alcalde transitorio donde hablaba que en su alcaldía había cerrado
la estación de gasolina de su ciudad por la corrupción que en ella
existía.
Eso me hizo pensar en todas esas grandes empresas que ha tenido
Colombia y que han muerto por falta de centros de rehabilitación del
Estado para matar la enfermedad (corrupción) y dejarlas en
condiciones óptimas para que siguieran funcionando y no crear el
trauma que ellas dejaron en la sociedad. Entre ellas están el ISS,
Telecom, EPES, etc. que fueron asesinadas por ineptos gobernantes y
que hoy creen que salvaron la patria.
Un país mal administrado y gobernado por demagogos siempre vivirá al
borde de la ruina, sus dolientes, el pueblo, podrá aguantar un buen
rato. Pero al final se unirán los de mayor capacidad intelectual y
pondrán el orden que se requiere.
Históricamente está demostrado que la tiranía jamás es eterna, y que
los imbéciles que apoyan al tirano terminan en el cadalso. Y se
reordena el país.
Colombia es un país muy particular, que ha dado toda una gama de
personajes a nivel mundial y que sirven de ejemplo. Pero en
el
país la gente no se da por enterada.
Se le
cree más a
las telenovelas
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que a la realidad o a los datos
estadísticos.
Este es un país de gente pobre que no sabe usar su propia riqueza.
Crónica #541
VAMOS DE CULOS
Gustavo Alvarez Gardeazábal
Audio: https://www.spreaker.com/episode/51963972
Colombia es como esos restaurantes famosos de mucha clientela, les
cambian el administrador y se van de culos. Los cocineros olvidan
las recetas, los meseros hacen lo que les da la gana y los clientes
terminan yéndose.
Este país marchaba mal que bien, pero marchaba sin sustos, hasta que
llegó Petro y comenzó a tratar de echarle reversa o de bombardear
todo lo que nos hacía una nación viable y vivible. Y de pronto
sentimos que vamos de culos para el estanco.
Dijo que no dejaría explorar ni explotar más pozos de petróleo y gas
y nos puso como meta volvernos una Colombia cocinando en fogones de
leña o en estufas de electricidad y, lo que es peor, sin recibir el
50% de las divisas con las cuales compramos el 70% de la comida.
Dijo a través de una de sus ministras que acabaría con las EPS y,
como para que no quedara duda, el mismo presidente se ratificó en la
mentira refutable diciendo que el servicio de salud de esta Colombia
dizque era de los más malos del mundo. Con el mismo espíritu
liquidacionista (copiado de Lenin) anuncia una dizque reforma
pensional que no es nada mas ni nada menos que la legalización de
una expropiación de los depósitos hechos por tantos ahorradores en
los Fondos de Pensiones a quienes convoca con esa medida a la
quiebra, dejando a su vez a Colpensiones peor que cuando las
jubilaciones las pagaba el ISS. No contento con eso, la Policía
Nacional, con el visto bueno del ministro, retiró los policías que
prestaban por contrato el servicio de vigilancia en los aeropuertos
del oriente del país de Bucaramanga a Santa Marta. Y, creyéndonos
bolas de navidad para colgar del árbol, nos anuncia que reversaremos
a tiempos de upa y volveremos a los mataderos municipales sin
higiene y abastecidos por los abigeos. Es un gobierno vengativo que
quiere llevar al país en reversa.
Va con todo contra todos los dueños, ya sea de los Fondos de
Pensiones, de los frigoríficos, de las EPS y de las clínicas o de lo
que sea. Pero sobre todo va contra los ciudadanos dueños de
cualquier cosa, que vivíamos tan sabroso hasta que él llegó de
presidente y, cagados de miedo, nos estamos dejando castrar parados.
El Porce, noviembre 21 del 2022
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