EDITORIAL
Mejor salario
para los médicos
No cabe duda que Colombia es un país en el que han
sobresalido médicos talentosos. Estamos hablando de un país en donde
sobresale el amor por la medicina, pero lamentablemente los
profesionales de la salud en muchas ocasiones no cuentan con las
garantías suficientes para ejercer la mencionada profesión.
En pleno 2.022 escuchamos noticias de médicos y enfermeras
protestando en las afueras de los hospitales y las clínicas porque
les adeudan hasta más de seis meses de sueldo. En la mayoría de los
casos, todos estos profesionales de la salud siguen trabajando sin
parar porque tienen responsabilidad con su oficio.
El principal problema que tenemos en la actualidad es que los
intermediarios que en este caso son las I.P.S y las E.P.S, se están
quedando con todo el dinero porque la realidad es que la corrupción
sigue vigente, más que nunca y es precisamente por esta razón que se
hace urgente y necesario que se lleve a cabo en Colombia una
transformación radical al sistema de salud.
Tanto en el presente como en el futuro es inadmisible que se sigan
presentando manifestaciones de médicos o enfermeras o de otros
trabajadores del área de la salud a causa del no pago de su salario.
Este nuevo sistema de salud que debe de empezar a construir y
delinear este nuevo Gobierno Nacional no solo debe de garantizar que
el personal médico sea bien pago.
No solo necesitamos que en nuestro país de una vez por todas se
empiece a valorar el trabajo que realizan los médicos, sino que la
atención a los usuarios sea mucho más eficiente y que los médicos
trabajen por vocación de tal manera que nosotros los colombianos
empecemos a ver los resultados en la atención.
La salud se constituye como la principal inversión que debe llevarse
a cabo en un país para garantizarle a los ciudadanos una mejor
calidad de vida. Respecto a los medicamentos ni siquiera deberían de
ser cobrados porque todos absolutamente todos, sin distinción
social, contamos con el pleno derecho a gozar de una buena salud y
recibir la atención del Estado.
Las autoridades de salud deben de empezar a velar por las
estrategias que sean pertinentes para lograr que todos los
medicamentos, sin excepción alguna sean autorizados para los
colombianos, sin importar su costo, ni procedencia.
No es justo que miles de familias con niños y personas de la tercera
edad se vean en la necesidad de enfrentar su enfermedad soportando
graves dolores, simplemente porque las EPS no les autoriza algún
medicamento que sea muy costoso en el mercado.
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Ser autónomo
no es pelear con el que tiene
Por Zahur Klemath Zapata
zapatazahurk@gmail.com
Los bebés tienen la habilidad de manipular a los adultos, con una
sonrisa, una expresión, un gesto mandatario o un berrinche en medio
de la calle.
Los padres sabemos hasta donde el cauchito se puede estirar si
tenemos la capacidad de la razonabilidad, de lo contrario es una
tragedia esos momentos de confrontación. Ser padre o madre no es
cosa sencilla y estar preparado es algo complicado. Por eso una
abuela o abuelo salen al rescate y terminan criando a los nietos.
Los países necesitan de abuelos que los ayuden a crecer, pero en
estos tiempos esos personajes no están a la mano porque el Estado
los desecho y quienes manejan la cosa pública son amateur que recién
alargan pantalones.
Los políticos colombianos conversan como si fueran adultos pero son
chavales que cuando salen a recreo se dedican a arreglar el mundo.
Ese empoderamiento juvenil los hace arrogantes y creen van a
conquistar el mundo con su dinámica. Se preparan en su imaginación
para llegar al solio de Bolívar y al final en esa carrera loca se
enfrentan a todo lo que está a su alrededor creando tanto amigos
como enemigos y al final Colombia está llena de tumbas de soñadores
que no alcanzaron a acercarse al capitolio nacional.
El error de todo esto está en quienes al comienzo no tuvieron la
visión de ser autónomos y preparar a los ciudadanos para que fuera
una nación compacta, autosuficiente y velaran por los intereses
nacionales, no por los de un líder que solo piensa en su persona y
gloria.
Hoy vemos, escuchamos y leemos como una bandada de críticos y
enemigos de todo vociferan contra lo existente sin ofrecer
soluciones o ayudar a corregir lo que está mal hecho. Solo pretenden
hacer oposición creyendo que esa es la forma de sacar adelante a una
sociedad que está huérfana y que necesita que esté unida para poder
exigir a quienes administran el Estado a que lo direccionen por el
camino correcto.
Los colombianos creen en el país y están dispuestos hacer todo lo
que sea posible para que las cosas mejoren, por eso en las
elecciones pasadas hicieron lo posible para que el país no se
enfrentara y estallara una guerra civil donde todos íbamos a perder.
Hay una visión equivocada de unos sectores sociales que creen que el
poder es algo que se consigue a través de peleas e insultos. Se
necesitan programas sociales donde todos participen y puedan
trabajar en lo que sea más productivo para la economía local y lo
que esos grupos tengan mayor experiencia en su producción y manejo y
no lo que el Estado quiera imponer.
Una sociedad organizada y con visión de su futuro, trabaja con mayor
ahínco y crece a mayor velocidad que una sociedad reprimida por el
Estado.
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Crónica #551
NOS QUITARÁN
LAS MOTOS
Gustavo Alvarez Gardeazábal
Audio:
https://www.spreaker.com/episode/52119274
Songo sorongo este país ha dejado crecer el problema del transporte
público. Al modelo de Curitiba, que nos impuso Peñalosa con
Transmilenio, le salieron hijitos mal nacidos en otras partes y hoy
en día millones de bogotanos prefieren viajar en moto o apretujarse
sin pagar en los carromatos del TM.
Al Metro de Medellín no le han salido ni hijos naturales porque no
se hizo subterráneo. A Cali le cambiaron la propuesta del tren
ligero con alimentadores por un embeleco llamado MIO que está
agonizando desde cuando nació hace 20 años. A Barranquilla acaban de
injertarle un híbrido, el Sibus, que organiza digitalmente la
chorramenta de buses y busetas. Y en Bucaramanga llevan años
haciendo riachuelos viales experimentales para bicicletas (¿y quizás
motos?) aumentando los trancones.
Mientras tanto los pasajeros se han bajado de los transportes
masivos y hasta en Medellín, que tiene un Metro que funciona,
abundan los que prefieren ir en moto. Son más expeditas para
transportarse, baratas y financiadas para no aporrear ningún
bolsillo.
Pero como las vías las transformaron en las grandes ciudades para
darle preferencia a esos sistemas de transporte masivo fracasados,
quedaron estrechísimas para los vehículos de dos y cuatro ruedas y
hoy, son un dolor de cabeza para las grandes ciudades.
Sobre el tema han hablado y escrito distintos sabios de la economía.
Sobre las ventajas de hacer el subterráneo en Bogotá y no el
elevado, no han podido ponerse de acuerdo ni Petro ni la alcaldesa,
ni los chinos, menos los transportadores. Y como a los pasajeros no
les preguntan sino que les hacen sufrir las consecuencias, el
malestar crece hasta que vaya y nos pase lo de Santiago de Chile.
La semana pasada el economista Mauricio Cabrera, miembro de la Junta
Directiva de Ecopetrol, escribió un artículo sensatamente pivoteado
pero concluido muy al estilo de los sabios que nos jodieron y, como
Petro le oye, Cabrera le está recomendando que tome medidas para que
no haya más motos y los trasmilenios no se quiebren.
¿Habrán pensado la magnitud de la provocación social que están
aconsejando?
El Porce, diciembre 8 del 2022
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