CHARLAS CON UN
MAESTRO SAMMASATI
Por: Gongpa Rabsel Rinpoché
Lama Sammasati para Latinoamérica
LA
ILUMINACIÓN (7)
Namasté para todos, un saludo
Sammasati, esperando que estés bien, feliz y en paz. Hoy continuamos
con la sexta entrega del quinto capítulo titulado “La Iluminación”,
del libro inédito “Charlas con un Maestro Sammasati”.
En esta entrega, el Maestro continúa explicándole a su discípulo las
virtudes individuales de mudita, y upeka, así como la tercera etapa
del Óctuple Sendero el “Habla Correcta”.
Comencemos entonces:
71. Adepto: Maestro muy claro en tu exposición del concepto de
compasión, nada que ver con aquello de “pobrecito”, continúa por
favor con el concepto de “mudita” o alegría empática.
72. Maestro: La alegría empática o mudita es la alegría que sentimos
por la felicidad de los demás. En esta vida todos nosotros buscamos
la felicidad, muchas veces pienso que si de verdad pudiera ser feliz
con los éxitos y alegrías de otros mi fuente de felicidad no se
agotaría nunca.
73. Adepto: Maestro, tienes razón, si nos alegramos por la felicidad
y los logros de los demás, nuestra alegría sería infinita. Explícame
por favor el concepto de upeka o tranquilidad.
74. Maestro: A veces se habla de ecuanimidad, es importante saber
que no es equidistancia, tampoco es un estado “De que te dejen en
paz” sino que es un estado positivo y lleno de vitalidad en el que
se va suavizando nuestro sentido egoísta y nuestras preferencias,
quedando mucho más abiertos, dichosos y en paz ya sea frente a lo
mío, yo, propio y familiar, frente a lo que no conozco, incluso
frente a lo hostil, quedamos tranquilos, en paz, ecuánimes.
75. Adepto: Maestro, ¿cómo me doy cuenta si estoy evolucionando bien
en esta segunda etapa del Óctuple Sendero, la determinación correcta
o emoción perfecta?
76. Maestro: Hay varias preguntas que son claves dentro de esta
etapa de la emoción perfecta: Desde que comencé con mi camino
espiritual ¿He dejado alguna cosa atrás? ¿He podido abandonar alguna
cosa o hábito? ¿Soy un poco más amistoso y tranquilo? ¿Ha mejorado
al menos un poco mi estado de ánimo? ¿Hay en mis actos menos
crueldad? De no ser así, sería mejor detenernos y aplicarnos un poco
más, para que las teorías, que tanto nos gustan, tengan su efecto en
nuestro corazón y sería bueno empezar a tomar estas prácticas de”
generosidad, metta, karuna y mudita” como parte integral del
desarrollo de nuestra mente.
77. Adepto: Maestro, ya después de haber escuchado la importancia de
desarrollar en nosotros, estas virtudes, continuemos por favor con
la tercera etapa del Óctuple Sendero, el “Habla Correcta”.
78.
Maestro: ¡Ah! El habla, esa maravilla que usamos de forma tan tonta.
En los textos budistas el habla perfecta se describe como un habla
que es: verdadera, afectuosa, útil, que fomenta la concordia la
armonía y la unión. Si trabajamos con nuestra habla o comunicación
pronto nos daremos cuenta de que nos lleva directamente a trabajar
con: atención consciente y claridad mental: sin el desarrollo de
esto es imposible acercarnos a un habla veraz, pues ¿qué sabremos de
lo que es cierto o no? Autoconocimiento:
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Si no nos conocemos aunque solo sea un poco ¿cómo
vamos a saber qué es lo que nos mueve? y si no sabemos nada de
nosotros mismos ¿qué sabremos acerca de nada? Con nuestros
sentimientos: preferencias y prejuicios. Con proyecciones: diría
mejor con proyección e introspección. Con nuestros hábitos y los
hábitos sociales: el habla superficial, el habla crítica, el
cotilleo, la murmuración. El cultivo de un habla veraz y positiva
nos abre todas las puertas hacia dentro y hacia fuera; a veces
pienso que bastaría trabajar en este aspecto del sendero y
profundizando en él poco a poco cubriríamos todas las otras etapas.
79. Adepto: Impresionante, como no nos percatamos de
la importancia del habla correcta, muy interesante reflexionar y
meditar en más profundidad al respecto.
80. Maestro: Me doy cuenta de que hay tanta energía atrapada en
nuestra habla y que el habla puede condicionar de forma creativa o
de forma negativa la conciencia. Os contaré un cuento que puede
servir de guía: Un discípulo se acerca a su maestro y le dice.
- Maestro, ¿sabes lo que dicen de ti?
-Un momento dice el maestro. ¿Ya has pasado por las tres puertas lo
que vas a contarme?
-¿Por las tres puertas? Responde el joven. No, ni siquiera sé qué
son las tres puertas.
El maestro continúa.
-¿Estás seguro de que lo que vas a decirme es la verdad?
-Bueno no, yo he oído….
-Pues esta es la primera puerta.
-¿Lo que vas a decirme es bueno?
-No, no, en realidad es un tanto desagradable.
-Esta es la segunda puerta.
-¿Lo que vas a decirme es útil para alguien?
-No de hecho….Balbucea confundido el discípulo.
-Esta es la tercera puerta.
-Y dime: Si lo que vas a decirme no sabes si es verdad, no es bueno
y no es útil ¿Por qué quieres contármelo, no sería mejor olvidarlo
para siempre?”.
En el siguiente artículo continuaremos con la octava entrega del
Quinto Capítulo, no te la pierdas.
Hay que evitar el rebrote del desempleo
Por: Ramón Elias Franco
Una buena noticia, sin duda, es la dada ayer por el DANE en torno a
que el desempleo en Colombia, después de mucho tiempo, volvió a
tasas porcentuales de un dígito. Como se recuerda, el índice de
desocupación llegó a dispararse a más de 21% en mayo de 2020, en
medio de la cuarentena poblacional y la parálisis productiva más
drástica en el inicio de la crisis pandémica.
Desde entonces, comenzó una lenta pero progresiva reducción de la
cantidad de colombianos sin trabajo, esto a medida que la economía
fue retomando el ritmo. De hecho, al comienzo de 2021 el guarismo ya
había bajado al 17% y tras algunos altibajos ese año cerró con un
esperanzador 11%. Sin embargo, en enero de 2022 la tasa volvió a
subir a un 14,5% y desde entonces, con el correr de los meses, fue
cayendo de manera gradual pero sostenida, hasta ubicarse en
septiembre en un 10,7% y ya para octubre cayó de los dos dígitos y
cerró en 9,7%.
Ahora, si bien este dato llama al optimismo en materia de generación
de empleo, debe analizarse con cabeza fría. De un lado, no en pocas
ocasiones, en estas páginas advertimos que había un desfase entre el
ritmo de crecimiento económico colombiano, que al cierre del año
pasado marcó récord con un 10,8%, y la lentitud con que estaba
bajando la tasa de desocupación laboral.
Muchos analistas advirtieron que era necesario que ese mayor
dinamismo productivo se tradujera en una generación más amplia de
empleo nuevo o de reactivación de las plazas cerradas en medio del
coletazo pandémico.
Incluso varios estudios llamaron la atención en torno a que era urgente
revisar la evolución real del mercado laboral, esto con el fin de
determinar cuánto del nuevo empleo se estaba produciendo por una
mayor demanda de mano de obra calificada y no calificada como
consecuencia
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de la reactivación económica, y cuánto correspondía al efecto de las
medidas extraordinarias activadas por el anterior gobierno
(subsidios directos a las nóminas e incentivos a empresarios que
contrataran mujeres y jóvenes) para proteger fuentes de trabajo en
medio de la crisis sanitaria y social.
En tercer lugar, no se puede perder de vista que en el país todavía
hay más de 2,4 millones de personas desempleadas, lo que sin duda
impone la necesidad de una política laboral más audaz. Ya algunos
estudios han señalado que hay variables muy puntuales que deben
tenerse
en cuenta a la hora de analizar el flujo de la oferta y la demanda
de empleo en Colombia.
Variables como una mayor formalización de los trabajadores
venezolanos (a partir de la implementación del Estatuto de
Regularización Migratoria) y una mayor cantidad de jóvenes que
terminaron sus estudios de secundaria o suspendieron los técnicos,
tecnológicos y universitarios para ira buscar trabajo y apoyar a sus
familias en medio de la disminución de ingresos por cuenta del
impacto del Covid-19. De hecho, una de las circunstancias más
preocupantes en Colombia es el alto nivel de informalidad laboral,
que ya se ubica en un alarmante 58%.
Visto todo lo anterior, es imperativo que se cree una política marco
y un escenario económico que permita mantener la tendencia a la baja
del desempleo. El panorama, sin embargo, no parece ser el mejor. La
inflación está disparada y obligará a un aumento del salario mínimo
para el próximo año difícilmente menor al 12 o 13%. A ello habrá que
sumar el impacto de la reforma tributaria en la estructura de costos
de las empresas, lo que seguramente afectará la rentabilidad
operacional y podría llevar a congelar nóminas o, peor aún,
adelgazarlas.
Mi país del tinto #14
El triunfo del Pereira desde una perspectiva literaria
Por: Rubén Darío Varela “Un triunfo
que quedará en la memoria de toda una ciudad. La fría noche en la que un sueño
se convirtió en realidad”
La fría noche del 7 de diciembre de 2.022 será recordada por todos los
pereiranos como aquella inolvidable fecha en que toda una ciudad entera se
paralizó, estalló en emoción para vivir un momento histórico y memorable que se
quedará vivo en la historia de la ciudad, quizá se trate de un momento único,
lleno de magia que se sintió en el alma, una experiencia inexplicable,
irrepetible y que muchos pereiranos no alcanzaron a vivir. Fueron 78 años de
espera para que la ciudad de Pereira viera coronarse campeón a su equipo, uno en
cientos de oportunidades defraudaron a su hinchada con sus derrotas. Fueron años
que padres de familia salían del estadio con sus hijos de la mano, enrollando
sus banderas y esperando algún día esperar celebrar una victoria.
Fueron años y años de jóvenes, hinchas fieles y fervientes que decidieron amar a
un equipo que nunca había triunfado y que se la pasaban agitando banderas,
saltando como locos cada domingo en el estadio gritando canciones aferrados a
una ilusión que cada vez parecía más y más lejana, coronarse campeón.
Al final lo que parecía imposible llegó, el Deportivo Pereira se coronó campeón
del fútbol profesional colombiano por primera vez en su historia, la ciudad
estalló en júbilo y los jóvenes que durante años se imaginaron ese momento por
fin lo vivieron, lloraron y saltaron de júbilo.
Muchas personas gritaron, señoras salieron a la calle a tocar las ollas, la
lluvia de esa noche no fue ningún impedimento para que banderas rojas y
amarillas inundaran la ciudad de Pereira para celebrar el instante aquel en que
terminó la sequía, en que se hizo un sueño realidad que parecía a veces
imposible, el Deportivo Pereira, campeón del fútbol profesional colombiano por
primera vez en la historia. |