Pereira, Colombia - Edición: 13.013.593

Fecha: Sábado 10-12-2022

 

COLUMNISTAS

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CHARLAS CON UN MAESTRO SAMMASATI

 


Por: Gongpa Rabsel Rinpoché
Lama Sammasati para Latinoamérica

 

LA ILUMINACIÓN (7)

 

Namasté para todos, un saludo Sammasati, esperando que estés bien, feliz y en paz. Hoy continuamos con la sexta entrega del quinto capítulo titulado “La Iluminación”, del libro inédito “Charlas con un Maestro Sammasati”.

En esta entrega, el Maestro continúa explicándole a su discípulo las virtudes individuales de mudita, y upeka, así como la tercera etapa del Óctuple Sendero el “Habla Correcta”.

Comencemos entonces:

71. Adepto: Maestro muy claro en tu exposición del concepto de compasión, nada que ver con aquello de “pobrecito”, continúa por favor con el concepto de “mudita” o alegría empática.

72. Maestro: La alegría empática o mudita es la alegría que sentimos por la felicidad de los demás. En esta vida todos nosotros buscamos la felicidad, muchas veces pienso que si de verdad pudiera ser feliz con los éxitos y alegrías de otros mi fuente de felicidad no se agotaría nunca.

73. Adepto: Maestro, tienes razón, si nos alegramos por la felicidad y los logros de los demás, nuestra alegría sería infinita. Explícame por favor el concepto de upeka o tranquilidad.

74. Maestro: A veces se habla de ecuanimidad, es importante saber que no es equidistancia, tampoco es un estado “De que te dejen en paz” sino que es un estado positivo y lleno de vitalidad en el que se va suavizando nuestro sentido egoísta y nuestras preferencias, quedando mucho más abiertos, dichosos y en paz ya sea frente a lo mío, yo, propio y familiar, frente a lo que no conozco, incluso frente a lo hostil, quedamos tranquilos, en paz, ecuánimes.

75. Adepto: Maestro, ¿cómo me doy cuenta si estoy evolucionando bien en esta segunda etapa del Óctuple Sendero, la determinación correcta o emoción perfecta?

76. Maestro: Hay varias preguntas que son claves dentro de esta etapa de la emoción perfecta: Desde que comencé con mi camino espiritual ¿He dejado alguna cosa atrás? ¿He podido abandonar alguna cosa o hábito? ¿Soy un poco más amistoso y tranquilo? ¿Ha mejorado al menos un poco mi estado de ánimo? ¿Hay en mis actos menos crueldad? De no ser así, sería mejor detenernos y aplicarnos un poco más, para que las teorías, que tanto nos gustan, tengan su efecto en nuestro corazón y sería bueno empezar a tomar estas prácticas de” generosidad, metta, karuna y mudita” como parte integral del desarrollo de nuestra mente.

77. Adepto: Maestro, ya después de haber escuchado la importancia de desarrollar en nosotros, estas virtudes, continuemos por favor con la tercera etapa del Óctuple Sendero, el “Habla Correcta”.
 

78. Maestro: ¡Ah! El habla, esa maravilla que usamos de forma tan tonta. En los textos budistas el habla perfecta se describe como un habla que es: verdadera, afectuosa, útil, que fomenta la concordia la armonía y la unión. Si trabajamos con nuestra habla o comunicación pronto nos daremos cuenta de que nos lleva directamente a trabajar con: atención consciente y claridad mental: sin el desarrollo de esto es imposible acercarnos a un habla veraz, pues ¿qué sabremos de lo que es cierto o no? Autoconocimiento:

 

 

 

Si no nos conocemos aunque solo sea un poco ¿cómo vamos a saber qué es lo que nos mueve? y si no sabemos nada de nosotros mismos ¿qué sabremos acerca de nada? Con nuestros sentimientos: preferencias y prejuicios. Con proyecciones: diría mejor con proyección e introspección. Con nuestros hábitos y los hábitos sociales: el habla superficial, el habla crítica, el cotilleo, la murmuración. El cultivo de un habla veraz y positiva nos abre todas las puertas hacia dentro y hacia fuera; a veces pienso que bastaría trabajar en este aspecto del sendero y profundizando en él poco a poco cubriríamos todas las otras etapas.

 

79. Adepto: Impresionante, como no nos percatamos de la importancia del habla correcta, muy interesante reflexionar y meditar en más profundidad al respecto.

80. Maestro: Me doy cuenta de que hay tanta energía atrapada en nuestra habla y que el habla puede condicionar de forma creativa o de forma negativa la conciencia. Os contaré un cuento que puede servir de guía: Un discípulo se acerca a su maestro y le dice.
- Maestro, ¿sabes lo que dicen de ti?
-Un momento dice el maestro. ¿Ya has pasado por las tres puertas lo que vas a contarme?
-¿Por las tres puertas? Responde el joven. No, ni siquiera sé qué son las tres puertas.
El maestro continúa.
-¿Estás seguro de que lo que vas a decirme es la verdad?
-Bueno no, yo he oído….
-Pues esta es la primera puerta.
-¿Lo que vas a decirme es bueno?
-No, no, en realidad es un tanto desagradable.
-Esta es la segunda puerta.
-¿Lo que vas a decirme es útil para alguien?
-No de hecho….Balbucea confundido el discípulo.
-Esta es la tercera puerta.
-Y dime: Si lo que vas a decirme no sabes si es verdad, no es bueno y no es útil ¿Por qué quieres contármelo, no sería mejor olvidarlo para siempre?”.

En el siguiente artículo continuaremos con la octava entrega del Quinto Capítulo, no te la pierdas.

 

Hay que evitar el rebrote del desempleo

 

 

Por: Ramón Elias Franco

 

Una buena noticia, sin duda, es la dada ayer por el DANE en torno a que el desempleo en Colombia, después de mucho tiempo, volvió a tasas porcentuales de un dígito. Como se recuerda, el índice de desocupación llegó a dispararse a más de 21% en mayo de 2020, en medio de la cuarentena poblacional y la parálisis productiva más drástica en el inicio de la crisis pandémica.

Desde entonces, comenzó una lenta pero progresiva reducción de la cantidad de colombianos sin trabajo, esto a medida que la economía fue retomando el ritmo. De hecho, al comienzo de 2021 el guarismo ya había bajado al 17% y tras algunos altibajos ese año cerró con un esperanzador 11%. Sin embargo, en enero de 2022 la tasa volvió a subir a un 14,5% y desde entonces, con el correr de los meses, fue cayendo de manera gradual pero sostenida, hasta ubicarse en septiembre en un 10,7% y ya para octubre cayó de los dos dígitos y cerró en 9,7%.

Ahora, si bien este dato llama al optimismo en materia de generación de empleo, debe analizarse con cabeza fría. De un lado, no en pocas ocasiones, en estas páginas advertimos que había un desfase entre el ritmo de crecimiento económico colombiano, que al cierre del año pasado marcó récord con un 10,8%, y la lentitud con que estaba bajando la tasa de desocupación laboral.

Muchos analistas advirtieron que era necesario que ese mayor dinamismo productivo se tradujera en una generación más amplia de empleo nuevo o de reactivación de las plazas cerradas en medio del coletazo pandémico.


 Incluso varios estudios llamaron la atención en torno a que era urgente revisar la evolución real del mercado laboral, esto con el fin de determinar cuánto del nuevo empleo se estaba produciendo por una mayor demanda de mano de obra calificada y no calificada como consecuencia

 

 

 

de la reactivación económica, y cuánto correspondía al efecto de las medidas extraordinarias activadas por el anterior gobierno (subsidios directos a las nóminas e incentivos a empresarios que contrataran mujeres y jóvenes) para proteger fuentes de trabajo en medio de la crisis sanitaria y social.

En tercer lugar, no se puede perder de vista que en el país todavía hay más de 2,4 millones de personas desempleadas, lo que sin duda impone la necesidad de una política laboral más audaz. Ya algunos estudios han señalado que hay variables muy puntuales que deben tenerse en cuenta a la hora de analizar el flujo de la oferta y la demanda de empleo en Colombia.

 

Variables como una mayor formalización de los trabajadores venezolanos (a partir de la implementación del Estatuto de Regularización Migratoria) y una mayor cantidad de jóvenes que terminaron sus estudios de secundaria o suspendieron los técnicos, tecnológicos y universitarios para ira buscar trabajo y apoyar a sus familias en medio de la disminución de ingresos por cuenta del impacto del Covid-19. De hecho, una de las circunstancias más preocupantes en Colombia es el alto nivel de informalidad laboral, que ya se ubica en un alarmante 58%.

 

 

Visto todo lo anterior, es imperativo que se cree una política marco y un escenario económico que permita mantener la tendencia a la baja del desempleo. El panorama, sin embargo, no parece ser el mejor. La inflación está disparada y obligará a un aumento del salario mínimo para el próximo año difícilmente menor al 12 o 13%. A ello habrá que sumar el impacto de la reforma tributaria en la estructura de costos de las empresas, lo que seguramente afectará la rentabilidad operacional y podría llevar a congelar nóminas o, peor aún, adelgazarlas.

 

Mi país del tinto #14


El triunfo del Pereira desde una perspectiva literaria

 


Por: Rubén Darío Varela

 

“Un triunfo que quedará en la memoria de toda una ciudad. La fría noche en la que un sueño se convirtió en realidad”

La fría noche del 7 de diciembre de 2.022 será recordada por todos los pereiranos como aquella inolvidable fecha en que toda una ciudad entera se paralizó, estalló en emoción para vivir un momento histórico y memorable que se quedará vivo en la historia de la ciudad, quizá se trate de un momento único, lleno de magia que se sintió en el alma, una experiencia inexplicable, irrepetible y que muchos pereiranos no alcanzaron a vivir. Fueron 78 años de espera para que la ciudad de Pereira viera coronarse campeón a su equipo, uno en cientos de oportunidades defraudaron a su hinchada con sus derrotas. Fueron años que padres de familia salían del estadio con sus hijos de la mano, enrollando sus banderas y esperando algún día esperar celebrar una victoria.

Fueron años y años de jóvenes, hinchas fieles y fervientes que decidieron amar a un equipo que nunca había triunfado y que se la pasaban agitando banderas, saltando como locos cada domingo en el estadio gritando canciones aferrados a una ilusión que cada vez parecía más y más lejana, coronarse campeón.

Al final lo que parecía imposible llegó, el Deportivo Pereira se coronó campeón del fútbol profesional colombiano por primera vez en su historia, la ciudad estalló en júbilo y los jóvenes que durante años se imaginaron ese momento por fin lo vivieron, lloraron y saltaron de júbilo.

Muchas personas gritaron, señoras salieron a la calle a tocar las ollas, la lluvia de esa noche no fue ningún impedimento para que banderas rojas y amarillas inundaran la ciudad de Pereira para celebrar el instante aquel en que terminó la sequía, en que se hizo un sueño realidad que parecía a veces imposible, el Deportivo Pereira, campeón del fútbol profesional colombiano por primera vez en la historia.

 

 

  

 

 

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