Ataque armado a un
penal de Ciudad Juárez y un motín dejan 19 muertos y 25 reos fugados
El ataque perpetrado el domingo
contra una cárcel de Ciudad Juárez en México, dejó 19 muertos y 25
presos evadidos, según un balance actualizado por el gobierno este
lunes.
El secretario de Defensa, Luis Cresencio Sandoval, confirmó este
lunes, en rueda de prensa que en los hechos fallecieron diez
guardias, siete presos y dos atacantes. También, resultaron heridos
un custodio y 14 reclusos y, la captura de cinco agresores.
Entre los evadidos se encuentra el líder de una banda aliada del
Cártel de Juárez en su guerra contra el Cártel de Sinaloa,
antiguamente liderado por Joaquín “El Chapo” Guzmán, condenado a
cadena perpetua en Estados Unidos. Se trata de Ernesto Alfredo
Piñón, “líder de este grupo criminal conocido como ‘El Neto’”,
señaló la secretaria de Seguridad, Rosa Icela Rodríguez, en la misma
conferencia.
Piñón estaba preso desde 2009, y en 2010 fue condenando a más de 200
años de cárcel por secuestro y homicidio, según datos de la fiscalía
del estado de Chihuahua.
Cuando iba a ser trasladado tras su captura, un grupo criminal
también intentó liberar a “El Neto”, pero fracasó y el detenido
resultó herido.
Según Sandoval, pese a su peligrosidad, el delincuente no había sido
trasladado a una prisión federal de alta seguridad porque las
autoridades de Chihuahua no lo solicitaron. El penal atacado, donde
están recluidos numerosos pistoleros y vendedores de drogas
callejeros, está bajo responsabilidad de ese estado.
El asalto se produjo al amanecer del domingo cuando familiares de
reos estaban formados para la visita de año nuevo, y el escuadrón,
que arribó en vehículos blindados, abrió fuego contra los
guardianes.
Este lunes continuaban desplegadas las fuerzas del orden en busca de
los fugados y de los otros integrantes del comando armado.
Decenas de soldados rusos mueren en
uno de los ataques ucranios más letales de la guerra
El 31 de diciembre de 2022, un
ataque ucranio con artillería Himars, destruyó el la
escuela Número 19 de Makiivka, causando la muerte de
muchos soldados rusos.
Makiivka es una ciudad minera en la periferia de Donetsk, capital de
provincia, zona del este de Ucrania ocupada por Rusia desde 2014. En
la Escuela 19 se almacenaban kilos de munición y esa noche estaba
concentrado un batallón de la última hornada de soldados reclutados
por Moscú,
el pasado otoño, en el momento en el que sucedió el
ataque.
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El ministerio de Defensa ruso expone que la cifra de nuestros
es de 63 soldados, pero otras fuentes próximas al ejército invasor estiman que
el número de fallecidos es cercano a los 200 reclutas.
El ataque ha provocado una cascada de críticas por parte de
analistas rusos que siguen a las tropas invasoras porque consideran que se ha
producido una grave negligencia. La agencia estatal rusa TASS informó, citando a
las autoridades militares locales de Donetsk, que
las Fuerzas Armadas ucranias pudieron identificar el objetivo gracias a la
elevada concentración de señales de teléfonos móviles en el edificio.
El Ministerio de Defensa ruso ha confirmado que la base fue bombardeada con
artillería de precisión Himars, una de las armas clave en la contraofensiva
ucrania y suministrada por los Estados Unidos. Los Himars, con un radio de
acción de 80 kilómetros, han sido la pesadilla de la retaguardia rusa porque han
causado múltiples interrupciones en la cadena de suministro de armas y
equipación militar, forzando a que las tropas de Moscú alejen todavía más del
frente sus arsenales.
Las precauciones contra los Himars no fueron aplicadas en Makiivka. Los videos
compartidos en las redes sociales por vecinos de la ciudad, muestran que la
detonación fue tan fuerte que los cuerpos de varios militares salieron
proyectados decenas de metros. Las imágenes difundidas por los medios rusos
confirman que el cuartel quedó arrasado.
El presidente Lula da Silva: “El amor venció al odio. ¡Viva Brasil!”
El domingo 1 de enero, Lula da Silva, fue
proclamado como presidente de Brasil en el palacio presidencial de Planalto,
donde fue recibido por una multitud emocionada y vestida de rojo, quienes
llevaban esperando este momento.
“El amor venció al odio. ¡Viva Brasil!”, proclamó el ya presidente en su segundo
discurso del día, y habló sobre la miseria que padecen millones de brasileños,
lo cual lo hizo entrar en llanto.
El mandatario Luiz Inácio Lula da Silva, de 77 años, prometió luchar sin cuartel
contra la desigualdad que lastra un país que ya presidió entre 2003 y 2010.
Recordó que el 5% más rico de los brasileños acumula la misma renta que el
95% restante. Brasil vivió este Año Nuevo un momento político que hubiera sido
inimaginable hace no tanto.
Tanto en palabras como en sus gestos, el nuevo presidente de Brasil insistió en
varias ideas: primero, gobernará para todos los brasileños,
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los que le votaron y los que no; segundo, prestará especial
atención a los que menos tienen, a los que necesitan del Estado para que les
garantice la mera supervivencia; y tercero, la victoria en esta ocasión no es un
logro personal ni del Partido de los Trabajadores (PT), sino del frente amplio
que logró forjar con antiguos adversarios.
El mandatario recordó a los diputados que hace 20 años, tras su primera
victoria. “Que yo deba repetir ahora ese compromiso hoy ante el avance de la
miseria y del hambre, que habíamos superado, es el síntoma más grave de la
devastación de los últimos años”. Su prioridad ahora, dijo, será rescatar del
hambre a 33 millones de brasileños que la padecen, y a 100 millones de la
pobreza.
Terminada la ceremonia, Lula firmó los
decretos con las primeras medidas. Empezó por el que garantiza el pago de una
ayuda mensual de 600 reales para 21 millones de brasileños pobres. Seguido con
la restricción de ventas de armas, forzar la lucha contra la deforestación o
levantar el secreto impuesto por Bolsonaro sobre asuntos oficiales, entre otras
medidas.
Corea del Norte aumentará su
arsenal nuclear para 2023
El líder norcoreano Kim Jong-Un pidió, en el
marco del cierre de una reunión con el gobernante Partidos de los Trabajadores,
que el país aumente la producción de armamento nuclear y misiles balísticos
intercontinentales. Con el objetivo de reforzar su capacidad de defender la
soberanía del país y prepararse para un posible ataque.
"La situación prevaleciente exige que se redoblen los esfuerzos para reforzar
abrumadoramente el poderío militar en respuesta a las preocupantes maniobras
militares de Estados Unidos y otras fuerzas hostiles", aseguró Kim al cierre de
la reunión.
El mandatario afirmó que tanto Washington como Seúl han tratado de "aislar y
sofocar" a Pyongyang. Unas acusaciones que justificó con el envío de activos de
ataque nuclear estadounidenses a Corea del Sur.
“En una situación en la que Corea del Sur se ha convertido indudablemente en un
enemigo evidente, la producción en masa de armas nucleares tácticas es
importante y necesaria y por ello existe la necesidad de aumentar en proporción
geométrica el número de ojivas nucleares", añadió Kim.
El año había terminado en Corea del Norte con un disparo de un misil balístico
de corto alcance frente a su costa este.
Corea del Sur condena las declaraciones de Kim Las declaraciones, fueron
rápidamente criticadas por el presidente de Corea del Sur, Yoon Suk-yeol. El
mandatario pidió, durante llamadas telefónicas con los jefes militares, una
"preparación mental sólida y entrenamiento práctico" para repeler cualquier
provocación del país vecino.
Al mismo tiempo, sentenció que cualquier uso de armas atómicas "conduciría al
fin del régimen de Kim Jong-un" y señaló que se está evaluando la cooperación
con Japón para compartir, en tiempo real, información de sus sistemas de
satélites para poder reforzar su preparación ante el incremento de lanzamientos
por Corea del Norte.
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