CHARLAS
CON UN MAESTRO SAMMASATI
Por: Gongpa Rabsel
Rinpoché
Lama Sammasati para Latinoamérica
EL DHAMMAPADA (3)
Namasté para
todos. Deseo enviarte un saludo Sammasati, esperando que tú y los
tuyos estén bien, felices y en paz. Continuamos con la Tercera
entrega del Sexto Capítulo denominado El Dhammapada, del libro
inédito “Charlas con un Maestro Sammasati”.
En esta Tercera entrega del Sexto Capítulo, el Maestro comienza a
explicar a su discípulo, capítulo por capítulo el Dhammapada.
Comencemos entonces:
21. Adepto: Maestro, explícame por favor el Primer Capítulo del
Dhammapada.
22. Maestro: El primer capítulo se compone de veinte (20) versos y
se titula “Caminos Contrarios”.
23. Adepto: Venerable, ¿me podrías narrar los verso de este capítulo
del primero (1) al quinto (5), por favor?
24. Maestro: Los siguientes son los primeros cinco (5) versos del
primer capítulo.
1. Lo que somos hoy proviene de nuestros pensamientos de ayer, y
nuestros pensamientos actuales construyen nuestra vida de mañana:
nuestra vida es la creación de nuestra mente. Si un hombre habla u
obra con una mente impura, el sufrimiento lo sigue como la rueda del
carro sigue a la bestia que tira del carro.
2. Lo que somos hoy proviene de nuestros pensamientos de ayer, y
nuestros pensamientos actuales construyen nuestra vida de mañana:
nuestra vida es la creación de nuestra mente. Si un hombre habla u
obra con una mente pura, el gozo lo sigue como su propia sombra.
3. «Me insultó, me hizo daño, me venció, me robó.» Aquellos que
piensan tales pensamientos no estarán libres del odio.
4. «Me insultó, me hizo daño, me venció, me robó.» Aquellos que no
piensan tales pensamientos serán libres del odio.
5. Porque el odio no es vencido por el odio: el odio es vencido por
el amor. Esta es una ley eterna.
25. Adepto: Maestro, son frases muy profundas para aplicar en
nuestra vida diaria. Continúa por favor con los versos del sexto (6)
al décimo (10), por favor.
26. Maestro: Te invito a tomar cada uno de estos versos y meditar
cada día en uno de ellos. Continuemos entonces con los siguientes
versos.
6. Muchos no saben que estamos en este mundo para vivir en armonía.
Aquellos que lo saben no luchan entre ellos.
7. El que vive solo para los placeres y cuya alma no está en
armonía, que no tiene en cuenta la comida que come, es perezoso y no
tiene el poder de la virtud, tal hombre es movido por MARA, es
movido por tentaciones mezquinas, así como un árbol débil es
sacudido por el viento.
8. Pero el que no vive para los placeres, y cuya alma está en
armonía con ella misma, que come y ayuna con moderación, y tiene fe
y el poder de la virtud, este hombre no es movido por las
tentaciones, así como una gran roca no es sacudida por el viento.
9. Si un hombre se
pone la pura túnica amarilla y su alma es impura, y no está en
armonía consigo mismo y no posee la verdad, él no es digno de la
sagrada túnica.
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10. Pero el que es puro y cuya alma es fuerte en la virtud, y está
en armonía consigo mismo y posee la verdad, él es digno de la
sagrada túnica.
27. Adepto:
Maestro, antes de proseguir, explícame por favor, que es o quien es
“Mara”
28. Maestro: Se le llama Mara a la ilusión que conforma la realidad
en el budismo y que es originada por un estado mental, y/o su
personificación como una entidad; la cual intentó evitar que el Buda
Sidharta Gautama alcanzara la iluminación y saliera del Samsara.
29. Adepto: Gracias Maestro, por la explicación, continuemos por
favor con los versos del undécimo (11) al decimoquinto (15) por
favor.
30. Maestro: Los siguientes son los versos del undécimo (11) al
decimoquinto (15).
11. Aquellos que creen que lo que no es real es, y que lo Real no
es, nunca alcanzarán la Verdad, perdidos en la senda del pensamiento
incorrecto.
12. Pero aquellos
que saben que lo Real es, y saben que lo irreal no es, ciertamente
alcanzarán la Verdad, seguros en la senda del pensamiento correcto.
13. Así como la lluvia penetra en una casa mal cubierta, las
pasiones penetrarán en una mente mal guardada.
14. Pero, así como la lluvia no penetra en una casa bien cubierta,
las pasiones no penetran
en una mente bien guardada.
15. Sufre en este mundo, y sufre en el mundo venidero: el hombre que
hace el mal sufre en ambos mundos. Sufre, sufre y se aflige cuando
ve el mal que ha hecho.
En la próxima entrega continuaremos con la Cuarta Entrega del Sexto
Capítulo, no te la pierdas.
Muertes
sin dolientes
Por: Ramón Elías
Franco
Es toda una triste
realidad que a diario nos enteramos de muertes violentas a causa de
brutales accidentes de tránsito. Es más no podemos desconocer que
cada día que pasa observamos en las redes sociales, en portales Web
y por otros canales de comunicación, lamentables noticias de los
accidentes viales en el eje cafetero, que por cierto siniestros que
van en aumento no solo en nuestra región, sino también a nivel
nacional.
Y son muchas las causas o las razones para pensar que algo anda mal
en muchos aspectos, en primer lugar es una triste realidad que los
vehículos en el país no cuentan con la suficiente revisión mecánica,
que no existe un control suficiente para el otorgar licencias de
conducción y lo peor de todo, no existe un control eficiente de
tránsito que cuente con personal suficiente que contribuya a mitigar
accidentes.
La triste realidad es que el año pasado murieron más de 6mil
personas en siniestros viales, pero estamos felices porque este año
van a morir solo 5mil, qué importa el dolor de todas esas familias
que han perdido a un ser querido, se deben conformar con un discurso
que envía unas condolencias a victimas anónimas, a millones de
personas sin rostro.”
Los noticieros pasan los reportajes de los siniestros viales y de
manera inmediata saltan a los deportes o al informe de una
actriz que se ha puesto
silicona en sus nalgas y otros
tantos escándalos que hacen olvidar el dolor de “los nadies”.
Las víctimas de los siniestros viales, se revictimizan por el
abandono del estado, la ausencia de justicia para los delitos viales
y los que es peor, del show que arman con su dolor las empresas
privadas que viven del negocio de la seguridad vial, que invierten
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millonarias sumas de dinero en publicidad
para dominar la voluntad de los consumidores y obligar a comprar
miles de productos que ni siquiera necesitan las familias de los
Nadies, nos enseñan a tomar café sin cafeína, beber leche sin
lactosa, a endulzar sin azúcar, a tener sexo sin amor, ya no sería
más importante el fondo que la forma, millones de trabajadores en el
mundo madrugan y se trasnochan trabajando para pagar sus cuentas,
sus créditos, les dibujan la libertad y les pasan el mapa del modo
de vida de Hollywood inclusive.
En este duro momento por el que atraviesa la humanidad, el ser
humano cae más profundo, ya no hace parte de la población objetivo,
al cual envían sus millonarias campañas de publicitarias, ya no le
podrán vender su tenis, porque le han amputado las piernas, no podrá
correr en la playa ni comprar su paquete turístico. Ha perdido el
ingreso familiar y tendrá movilidad reducida porque tendrá que vivir
en una silla de ruedas. Ya no podrán comprar su marca de cigarrillo,
ni sus bebidas alcohólicas, porque ya están muertos.
‘Mi país del tinto’ N-19
Por: Rubén Darío Varela Hurtado
Doña
Adriana, ‘La gorda de las arepas de maíz’, más colombiana que la ´arepa misma’
Con su sombrero blanco de tela adornado de ceniza, un delantal ancho con
bolsillos grandes para recoger el dinero; así son las principales ‘fachas’ en
las que se ve a doña Adriana, la ´Gorda de las arepas’ como es conocida en la
calle 18 con primera en la ciudad de Pereira.
Doña Adriana, ‘La gorda de las arepas de maíz’, con su habitual ‘tumbado’ de
morena, robusta, imponente, pero medio agraciada ya es conocida por muchos años
en este sector de Pereira, conocida por don José, el carretillero, Arturo, el
dueño de la ´revueltería’ y por don Francisco, el zapatero que diariamente
madruga por las arepas.
En ‘Mi país del tinto’ abundan las doñas Adriana, las calles de mi Colombia
están repletas de ‘viejas gordas’, algunas mal encaradas pero hermosas y medio
agraciadas que así sea trasnochadas se levantan a las 3 o 4 de la mañana para
preparar el maíz, alistar el carbón y empezar su jornada ardua de trabajo aún
sin salir el sol.
Ellas con su tesón sigue haciendo de ‘Mi país del tinto’, la nación de la arepa
de maíz, el lugar acogedor en los que en cada dos o tres cuadras se alcanza a
ver los fogones de arepas y detrás a valientes colombianas, generalmente
vestidas de blanco, en pie de lucha para iniciar otra batalla matutina.
En ‘Mi país del tinto’ a ellas no se les ve solas, se les ve acompañadas de su
parrilla, china, bultos de carbón, empanadas, papas guisadas, masa blanca y
amarilla y cocas de varios colores para asar las arepas.
De lejos en las primeras horas de la mañana, se alcanza a percibir aquellas
mujeres rodeadas de hombres en pantaloneta y esperando su turno, niñas
empijamadas y medio despelucadas a veces sosteniendo la cuerda de un perro, pero
casi siempre a estas colombianas de ‘Mi país del tinto se les ve acompañadas de
un compañero casi siempre negro e inseparable, no necesariamente un chocoano,
sino mejor un termo de tinto.
Ellas aún con masa en sus manos, ceniza de maíz en sus mejillas y sudor en su
frente por el esfuerzo de prender el fuego del carbón, están siempre dispuestas
a estirar uno de sus brazos a un costado del fogón para presionar y obtener la
bebida que nos hizo famosos a los colombianos, ‘el tinto’ para vaciarlo en uno
de los vasos plásticos y con gran agilidad pasárselo a un taxista de tantos que
paran en puestos de arepas para comprar tinto y a veces arepa con chorizo y
hacer de Colombia el ‘País del tinto’.
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