EDITORIAL
La paz sigue
siendo lejana
No cabe duda que
muchas veces, en el tema de la paz, por hacer más se hace lo menos.
Por eso, discutir y acordar las bases del cese al fuego y de
hostilidades es fundamental a fin de evitar improvisaciones, afanes
y malentendidos que a la larga resultan costosos y por supuesto
contrarios al objetivo que se pretende, convirtiéndose en un lesivo
y confuso baúl de anzuelos.
En principio, se entiende por el cese al fuego y hostilidades el
compromiso entre dos partes en una contienda armada, fruto del
llamado conflicto interno, para suspender y llevar a término las
acciones violentas de carácter ofensivo con miras a la
desmovilización final de las tropas rebeldes.
El concepto, por lo
tanto, solo cobija a los grupos armados que se encuentran en una
confrontación bélica abierta, nacional o del exterior, sujeta a los
cánones del Derecho Internacional Humanitario (DIH) en cuyo acervo
jurídico se contemplan los armisticios.
De esta manera no se puede hablar internamente, y acorde con los
protocolos derivados de los Convenios de Ginebra y que hacen parte
de la Constitución colombiana, de cese de fuegos con ejércitos
irregulares que no están inscritos en el delito político, sino que
atacan violentamente a la población civil y al Estado con fines de
proteger y ampliar sus operaciones ilícitas como la minería
criminal, el narcotráfico o el contrabando a gran escala (que son su
razón de ser). No hay allí, por supuesto, ninguna intención
revolucionaria o política que implique modificaciones a la
estructura del estado, ni nada por el estilo.
En Colombia, para este tipo de organizaciones delincuenciales existe
la figura del sometimiento de la justicia, sujeta a la legislación
debida y convalidada por las autoridades competentes, y sobre
la cual puede procederse de inmediato sin que de por medio existan
treguas durante las cuales, al mismo tiempo, se dé vía libre a sus
actividades ilegales producto de suspender las acciones del Estado.
De tal manera, una cosa es un proceso de paz, como el que hoy se
adelanta con el grupo rebelde del ELN, y otra un proceso de
pacificación, como la que el gobierno Petro, pretende con los demás
grupos violentos, cuyo fundamento, como se dijo, no es superar el
llamado conflicto interno, sino el predominio y expansión de sus
actividades lucrativas al margen de la ley y la amenaza permanente
sobre la población civil.
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¡LA TORRE DE BABEL!
Por: Álvaro Ramírez González
alragonz@yahoo.es
De acuerdo con la Biblia, la Torre de Babel fue una gigantesca
edificación construida por los descendientes de Noé, únicos
sobrevivientes del diluvio universal, en las llanuras de Babel.
Nimrod ordenó la construcción de esa torre para llegar al cielo.
Dios al ver que tantas personas trabajaban juntas allí, decidió
crear múltiples idiomas, con los que creó una gigantesca confusión,
que terminó con la destrucción de esa torre.
La Torre de Babel pretendía representar la unidad y el poder, y
terminó simbolizando la desunión y el fracaso. Representa esa torre,
el pecado de la soberbia, por la voluntad de querer alcanzar el
cielo, y por lo tanto a Dios para parecerse a él.
¿Han visto ustedes algo más parecido con el gobierno de Gustavo
Petro?
El último episodio del “acuerdo “con el ELN, de cese bilateral del
fuego, anunciado por el mismo Petro la noche de año viejo, y
desmentido por el ELN, hace pocas horas, deja en claro que el
Palacio de Nariño es una verdadera Torre de Babel.
No se demoraron una verdadera avalancha de críticas desde todos los
partidos, incluso algunos aliados del gobierno, por semejante metida
de pata.
El Mindefensa Velázquez acudió a socorrer a Petro, afirmando que “sí
habían hablado antes con el ELN, de ese cese bilateral se fuego.”
Pero el ELN, dejó muy claro en su comunicado que el acuerdo
informado por Petro con ellos nunca existió.
¡Cómo para locos!
El Palacio de Nariño es una verdadera Torre de Babel, sin un norte
claro y donde se hablan tantos idiomas y se dan tantas órdenes y
rectificaciones que hacen errática cualquier política.
La recién llagada Ministra de Minas y Energía, sorprendió al país
anunciando que se suspenderían de inmediato las explotaciones de
petróleo y gas natural.
El desconcierto que esas declaraciones obligó al Min hacienda Ocampo
a salir a desmentir, y a apaciguar el caldeado y confuso ambiente
que esas locuaces declaraciones dejaron en el sector Energético.
Al día de hoy, al interior del Gobierno, unos dicen que, si se hará
cumplir esta política presidencial, otros que no se puede cumplir
por el desastre financiero que eso puede ocasionar desde el corto
plazo.
Y otros, que “más o menos“, se puede ir cumpliendo esta política,
pero diferida en el tiempo, para no apurar esa crisis financiera.
¿Quién tiene la razón?
¡Ni el Gobierno mismo lo sabe!
Tantos idiomas, tantas interpretaciones y tantos enfoques sobre el
mismo tema, muestra la Torre de Babel en que está convertido hoy el
palacio de Nariño.
La coca y la cocaína son otro tema crítico cuya confusión y manejo
está favoreciendo a los narcotraficantes.
Como así que la coca no será combatida, ni fumigada por vía aérea ni
manual, ni serán perseguidos los campesinos cocaleros, ni menos los
raspachines, ¿pero si van a perseguir la cocaína?
¿Cómo así que coca si y cocaína no?
¿Quién entiende ese galimatías, si la coca se cultiva con el único
propósito de transformarla en cocaína, que es un narcótico de
infinito mercado en el planeta y unos precios astronómicos?
Es una verdadera torre de Babel, con muchos idiomas, e
interpretaciones enfrentadas.
Petro acaba de afirmar, además, que “Él nunca ha legalizado la coca
ni la cocaína”.
¡Pero hace dos semanas en el Catatumbo, reunido con 5.000 campesinos
cocaleros, afirmó, claramente que mientras no apareciera un cultivo
sustituto, que les compensara los ingresos, podrían seguir
cultivando la coca!
Y se sobreentiende que también transformándola en cocaína.
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Es esta la que se exporta y se
vende, y no la coca.
¿Qué cultivo sustituto, existe en el planeta más productivo que la
coca?
Pues claramente ninguno.
Un kilo de cocaína vale en la
Costa Pacífica, USD $1.500.
En Centroamérica, USD $8000.
En México USD $ 25.000, en Miami y NY, US $40.000.
En Europa USD $80.000 y en Australia, USD $130.000.
¿Conocen ustedes un negocio mejor?
Imposible.
Este nuevo galimatías de la coca y la cocaína ha generado como
siempre una gran confusión, pero los grandes beneficiarios de este
gobierno serán los productores de coca y los exportadores de
cocaína.
¿Tienen alguna duda?
Esta Torre de Babel, ni siquiera ha sido planeada.
Es producto de falta de claridad en los temas y falta de Norte de
todo el Gobierno.
La
reforma tributaria es igual que pedir dinero al que está secuestrado
Por: Zahur Klemath Zapata
zapatazahurk@gmail.com
Los malos economistas al igual que los banqueros viven de los secuestrados. El
pueblo colombiano está secuestrado e indefenso desde el primer momento que el
gobierno hizo un préstamo aun banco cuando la nación nacía. Estos individuos que
han sido los padres de la patria y que hoy son los congresistas y gobernadores
del establecimiento han vivido del trabajo y de los bienes que el pueblo ha
conseguido con su esfuerzo. Trabajo y tesón.
Apenas hoy se han percatado que estamos secuestrados por el establecimiento que
ha firmado acuerdos comerciales y económicos a nombre de los colombianos y
respaldados por ese capital humano que representamos.
Ningún político históricamente ha salido a saldar la cuenta que se debe de esos
préstamos existentes, al contrario han aumentado la deuda y la hemos venido
pagando gota a gota con la miseria que dejan ellos en el erario. El pueblo no se
ha dado por enterado que ha venido siendo usado por cuanto demagogo llega a la
casa de Nariño y reina por cuatro años y se va dejando a los colombianos
encadenados a los préstamos que haya hecho en su administración.
¿Por qué tenemos que seguir pagando por ellos?
Ellos están en el congreso devengando lo que ningún colombiano ha logrado ganar
en un año de trabajo. ¿Por qué no los obligamos a ellos a pagar lo que ellos
mismos han gastado de sus salarios y mesadas? O eliminando congresistas o el
congreso entero. Para eso están los jueces para que dicten las leyes y pongan el
orden en el país.
El país es muy rico, pero ellos son ladronzuelos que ni siquiera saben robar. Lo
que hacen es mantener el país en conflicto y de esta forma mantenerlo
entretenido para poder esquilmar y decir que hay un desorden institucional y
ellos son la institución.
Cuando alguien nace en Colombia ya está endeudado y jamás va a poder pagar la
deuda que heredó, no de su familia sino del establecimiento. Hasta los mismos
políticos han nacido con esa deuda y no se han dado por enterados porque la
ignorancia es tan grande que alcanza para todos.
Nadie es rico en Colombia, aunque tenga mucho dinero guardado. Tiene una deuda
que lo persigue y no está en Data Crédito y nadie se la reporta.
Si no nos organizamos como sociedad civilizada seguiremos secuestrados por gente
más estúpida que nosotros.
El dólar seguirá creciendo y el peso colombiano va a servir para empapelar las
paredes que nos detienen de alcanzar la libertad.
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