Pereira, Colombia - Edición: 13. 025. 605

Fecha: Sábado 07 -01- 2023

 

COLUMNISTAS

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CHARLAS CON UN MAESTRO SAMMASATI

 

 

Por: Gongpa Rabsel Rinpoché
Lama Sammasati para Latinoamérica

 

EL DHAMMAPADA (4)

 

Namasté para todos. Deseo enviarte un saludo Sammasati, esperando que tú y los tuyos estén bien, felices y en paz. Continuamos con la Cuarta entrega del Sexto Capítulo denominado El Dhammapada, del libro inédito “Charlas con un Maestro Sammasati”.


El Maestro sentado en su cálido hogar, continuó explicando el Dhammapada a su joven discípulo. Había pasado ya un tiempo desde que habían comenzado a estudiar este sagrado texto y el discípulo había aprendido mucho sobre la sabiduría del budismo.


En esta cuarta entrega, el Maestro terminó de explicar los versos del primer capítulo del Dhammapada y comenzó a hablar del segundo capítulo, titulado La Vigilancia. El Maestro explicó al discípulo que la vigilancia es una de las cualidades más importantes para aquellos que buscan la iluminación. Debemos estar siempre alerta y atentos a nuestras palabras y acciones, ya que estas tienen un gran impacto en nuestro mundo interior y en el mundo exterior.


El Maestro leyó algunos de los versos del segundo capítulo para ilustrar esta idea. Uno de ellos decía: La mente es difícil de dominar, veloz como un relámpago. Los sabios la controlan como el conductor a su caballo. El Maestro explicó al discípulo que nuestra mente es como un caballo salvaje que necesita ser domado y controlado. Debemos ser vigilantes y estar siempre atentos a nuestros pensamientos y acciones para no ser arrastrados por ellos.


El discípulo escuchó atentamente las palabras del Maestro y se comprometió a ser más vigilante en su vida diaria. Sabía que esta cualidad era esencial para avanzar en su camino hacia la iluminación.


31. Adepto: Maestro, sígueme explicando del Dhammapada, por favor.


32. Maestro: Estos son los cinco últimos versos El primer capítulo del Dhammapada que se titula “Caminos Contrarios”.

16. Es feliz en este mundo y es feliz en el mundo venidero: el hombre que hace el bien es feliz en ambos mundos. Está contento, siente un gran contento cuando ve el bien que ha hecho.


17. Se aflige en este mundo y se aflige en el mundo venidero: el hombre que hace el mal se aflige en ambos mundos. «He hecho el mal», se lamenta, y no para de lamentarse en la senda de la aflicción.


18 Se alegra en este mundo, y se alegra en el mundo venidero: el hombre que hace el bien se alegra en ambos mundos. «He hecho el bien», se alegra, y no para de alegrarse en la senda del gozo.


19. Si un hombre dice muchas palabras sagradas, pero dice y no hace, este hombre necio no puede gozar de la vida de santidad: es como un pastor de vacas que cuenta las vacas de su amo.


20. Mientras que, si un hombre dice solo unas pocas palabras sagradas, pero vive la vida de estas palabras, libre de pasiones y odio e ilusión –con visión correcta y una mente libre, sin desear nada ni ahora ni en el tiempo venidero–, la vida de este hombre es una vida de santidad.


33. Adepto: Maestro, por favor continua entonces con el segundo capítulo.


34. Maestro: Como ya te dije anteriormente, El Dhammapada es uno de los textos más importantes del budismo y es considerado como una de las principales fuentes de enseñanza del buda. Para nosotros, la escuela Sammasati, es nuestro texto guía. El segundo capítulo del Dhammapada se llama La Vigilancia y se compone de 31 versos que enseñan la importancia de estar siempre alerta y atentos a nuestras acciones y pensamientos. En este capítulo, se nos aconseja ser conscientes de nuestras palabras y acciones, ya que estas tienen un impacto profundo en nuestro mundo interior y en el mundo exterior. El mensaje principal de este capítulo es que debemos ser vigilantes en todo momento, ya que nuestra propia mente puede ser nuestro peor enemigo si no estamos atentos a nuestros pensamientos y 
 acciones.

 

35. Adepto: Gracias Maestro, cuéntame  ahora los cinco primeros versos de este segundo capítulo del Dhammapada

 

36. Maestro: Estos versos hacen un fuerte llamado la importancia de la vigilancia y la

 

 

 

atención plena. Se nos dice que la vigilancia es la senda hacia la inmortalidad, mientras que la negligencia es la senda hacia la muerte. Aquellos que están vigilantes nunca mueren, mientras que aquellos que no lo están ya están como muertos.

 

Los versos también hablan de la importancia de tener una mente clara y de ser sabios y vigilantes. Los que tienen estas cualidades pueden experimentar el gozo de la vigilancia y avanzar por la senda de los Grandes. Aquellos que avanzan por esta senda con fuerza inagotable y en profunda contemplación, finalmente alcanzan el NIRVANA, la paz suprema y el infinito gozo.


Además, el texto menciona la importancia de tener fe, controlar nuestras acciones y pensamientos, y vivir la vida de perfección. El hombre que hace esto se eleva gloriosamente y construye una isla para su alma que las aguas no pueden inundar. En resumen, este texto nos  llama a ser vigilantes y a vivir nuestras vidas de manera sabia y atenta para alcanzar la paz y la inmortalidad.


Estos son los primero cinco versos del segundo capítulo del Dhammapada:


1. La vigilancia es la senda de la inmortalidad: la negligencia es la senda de la muerte. Aquellos que están vigilantes nunca mueren: aquellos que no están vigilantes ya están como muertos.


2. Aquellos que con una mente clara han visto esta verdad, aquellos que son sabios y están
siempre vigilantes, sienten el gozo de la vigilancia, el gozo de la senda de los Grandes.
3.Y aquellos que, entregados a pensamientos elevados y en profunda contemplación, con fuerza inagotable avanzan por la senda, al final alcanzan el NIRVANA, la paz suprema y el infinito gozo.


4. El hombre que se eleva en la fe, que siempre recuerda su alto designio, cuya obra es pura, y que cuidadosamente considera su obra, que controlándose a sí mismo vive la vida de perfección, y que siempre, para siempre, está vigilante, este hombre se elevará gloriosamente.


5. A través de la elevación en la fe y en la vigilancia, a través del control de sí mismo, y la armonía
consigo mismo, el hombre sabio construye una isla para su alma, que las aguas no pueden inundar.


37. El adepto escuchó atentamente las palabras del Maestro y asintió con entendimiento. Sabía que la vigilancia y la atención plena eran cualidades esenciales para avanzar en su camino hacia la iluminación.


En la próxima entrega continuaremos con la Quinta Entrega del Sexto Capítulo, no te la pierdas.

 

Inteligencia

 


Edgar-Cabezas

 

La inteligencia de comprender ideas, adaptarnos al entorno, aprender de las experiencias de otros, superar obstáculos y tener la capacidad de organizarnos y planificarnos individual, social y naturalmente, de cuerpo-mente, es lo que los “transhumanistas” denominan “wet ware”, término usado para describir la personificación de conceptos de la encarnación física conocida como sistema nervioso central y la construcción mental conocida como la mente. “Wet ware” una abstracción de dos partes de un humano vista desde los conceptos informáticos de “hard ware” y “soft ware”. La inteligencia natural, artificial, racional, emocional flexibilizando y equilibrando la mente en el estado de bienestar sublime.


El canto de sirena orquestado por trompetas celestiales, la ralentización de la vejez gracias al sistema de salud, la eterna juventud y un paso hacia la inmortalidad. La razón aplicada coordinando todas las inteligencias, incluso la propia, para asumir la herencia ontológica y filogenética; el hecho humano y el destino “ontotécnico” en el que el cuerpo se posiciona como el espacio físico y simbólico de la singularidad que elimine el envejecimiento, mejore la inteligencia y desarrolle habilidades y destrezas musculares a este ser humano defectuoso e incapaz, al que la inteligencia artificial lo mejora, para que el cuerpo deje de ser un lugar de especulación y se vuelva el lugar de la mejora.

 

La bioterapia del amor propio: “nadie te querrá como tú te quieres, ilumina el huevo filosofal que eres, sé tú mismo, la meta la pones tú”. Las técnicas de flexibilidad de la mente, la meditación, la psicología, el marketing y la informática generando “influenciadores”; el movimiento de atención plena manteniendo la calma mientras el ordenador nos dice qué es lo mejor para nosotros en este día, el mundo feliz al

 

 

 

instante sin intermedios ni pausas, a la velocidad del pensamiento para anticipar, adaptar y moldear el futuro practicando hoy.

 

Habitar el círculo de la respiración desde el vientre, inhalar-exhalar manteniendo el labio superior pegado al labio inferior, los dientes del maxilar superior friccionados por los dientes de maxilar inferior, la lengua puesta en el límite donde se hunde el paladar para no babear cada vez que la perturbada mente amenaza los disturbios propios de la psicología indeseable, el sufrimiento del cuerpo y el confinamiento en el planeta tierra. Mejorar la condición humana aprendiendo y actualizando el sistema para ir más allá de los límites de la naturaleza humana.


El acceso del trabajo al nuevo mercado laboral con ergo, deseables ergonómicos funcionales, la base epistémica de la inteligencia artificial es el funcionalismo para el establecimiento de políticas regenerativas y restaurativas. No se podrá volver al estado normal si se continúa con la manera actual de producir y repartir la riqueza o su destino post-uso para establecer la mejora, cuya característica es ser potencialmente ilimitada en creación e innovación. La abolición de modales violentos de imponer subjetividades, la libertad morfológica, la viabilidad de rediseñar la condición humana que recrea con su vorágine de masacres el fracaso de la inteligencia humana de no poder vivir en paz.

 

Esperanzas de un mejor porvenir

 

 

Por: Ramón Elías Franco

 

Una buena noticia, sin duda, la dada ayer por el DANE en torno a que el desempleo en Colombia, después de mucho tiempo, volvió a tasas porcentuales de un dígito. Como se recuerda, el índice de desocupación llegó a dispararse a más de 21% en mayo de 2020, en medio de la cuarentena poblacional y la parálisis productiva más drástica en el inicio de la crisis pandémica.

Desde entonces, comenzó una lenta pero progresiva reducción de la cantidad de colombianos sin trabajo, esto a medida que la economía fue retomando el ritmo. De hecho, al comienzo de 2021 el guarismo ya había bajado al 17% y tras algunos altibajos ese año cerró con un esperanzador 11%. Sin embargo, en enero de 2022 la tasa volvió a subir a un 14,5% y desde entonces, con el correr de los meses, fue cayendo de manera gradual pero sostenida, hasta ubicarse en septiembre en un 10,7% y ya para octubre cayó de los dos dígitos y cerró en 9,7%.

Ahora, si bien este dato llama al optimismo en materia de generación de empleo, debe analizarse con cabeza fría. De un lado, no en pocas ocasiones en estas páginas advertimos que había un desfase entre el ritmo de crecimiento económico colombiano, que al cierre del año pasado marcó récord con un 10,8%, y la lentitud con que estaba bajando la tasa de desocupación laboral.

Muchos analistas advirtieron que era necesario que ese mayor dinamismo productivo se tradujera en una generación más amplia de empleo nuevo o de reactivación de las plazas cerradas en medio del coletazo pandémico.

Incluso varios estudios llamaron la atención en torno a que era urgente revisar la evolución real del mercado laboral, esto con el fin de determinar cuánto del nuevo empleo se estaba produciendo por una mayor demanda de mano de obra calificada y no calificada como consecuencia de la reactivación económica, y cuánto correspondía al efecto de las medidas extraordinarias activadas por el anterior gobierno (subsidios directos a las nóminas e incentivos a empresarios que contrataran mujeres y jóvenes) para proteger fuentes de trabajo en medio de la crisis sanitaria y social.

En tercer lugar, no se puede perder de vista que en el país todavía hay más de 2,4 millones de personas desempleadas, lo que sin duda impone la necesidad de una política laboral más audaz. Ya algunos estudios han señalado que hay variables muy puntuales que deben tenerse en cuenta a la hora de analizar el flujo de la oferta y la demanda de empleo en Colombia.

Variables como una mayor formalización de los trabajadores venezolanos (a partir de la implementación del Estatuto de Regularización Migratoria) y una mayor cantidad de jóvenes que terminaron sus estudios de secundaria o suspendieron los técnicos, tecnológicos y universitarios para ir a buscar trabajo y apoyar a sus familias en medio de la disminución de ingresos por cuenta del impacto del covid-19. De hecho, una de las circunstancias más preocupantes en Colombia es el alto nivel de informalidad laboral, que ya se ubica en un alarmante 58%.

 

 

  

 

 

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