Pereira, Colombia - Edición: 13.051-631

Fecha: Jueves 09-03-2023

 

COLUMNISTAS

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Las mujeres y la “brecha de empleo”

 

 

Por: Ramón Elías Franco

 

Cada 8 de marzo, al celebrarse el Día Internacional de la Mujer, son múltiples los diagnósticos que se publican a nivel mundial, continental, nacional, regional y local en torno a cómo los derechos del género femenino siguen estando un paso atrás de los del masculino.

Sin embargo, considero que en esta ocasión hay informes con nuevos enfoques que permiten una aproximación más realista y detallada a este fenómeno. Por ejemplo, la Organización Internacional del Trabajo (OIT) desarrolló un nuevo indicador, denominado “brecha de empleo”, que va más allá de las mediciones tradicionales en torno a la diferencia de niveles de desempleo entre hombres y mujeres, las distintas escalas salariales pese a desempeñar labores similares, la clasificación de las edades, grados de formación y variabilidad de la oferta y demanda, entre otros.

También creo que esa “brecha de empleo” se centra en cuantificar y caracterizar a las personas en edad de trabajar que están interesadas en encontrar un empleo. Según los expertos detrás de esta innovación estadística, esta nueva medición es más específica que la tradicional tasa de desempleo, ya que permite detectar con mayor certeza los niveles de desequilibrios de género más acentuados en cuanto al acceso a un oficio y las condiciones laborales.

En este primer informe al respecto, por ejemplo, se encontró que mientras el 15% de las mujeres en edad de trabajar en todo el mundo desearía emplearse pero no lo consigue, solo el 10,5% de los hombres está en similar situación. Al ahondar sobre los mercados laborales a nivel global entre 2005 y 2022 se concluyó que la brecha se ha mantenido prácticamente invariable durante casi dos décadas.

Se trata de un dato clave a la hora de fijar las políticas laborales de cada país, más aún porque, como lo señala la OIT, las tasas globales de desempleo de mujeres y hombres suelen ser muy similares, esto debido a que los criterios utilizados para definir los índices de desocupación tienden a excluir de forma desproporcionada ciertas condicionalidades del sexo femenino.

Por ejemplo, durante la crisis pandémica las mujeres y los jóvenes terminaron siendo las franjas poblacionales más afectadas en cuanto a pérdida de empleos. De hecho, los estudios

realizados evidencian que en medio de las cuarentenas millones y millones de trabajadoras fueron despedidas o se vieron obligadas a renunciar a su actividad laboral, con el fin de concentrarse en el cuidado de los hijos, padres, adultos mayores e incluso de quienes terminaron contagiándose de covid-19 y enfermando de forma grave.

La verdad es que en Colombia el año pasado se hizo una actualización metodológica de la medición del mercado de trabajo, la población ocupada, desocupada y por fuera de la fuerza laboral. Esto lleva a una medición más exacta de la cantidad de personas sin plaza, no solo en cuanto a desempleo por género, sino por edades, oficios, salarios, ubicación geográfica y otros elementos. Ese nuevo enfoque permite tener una radiografía más realista y detallada. Así las cosas, de acuerdo al último informe del DANE, aunque la tasa de desempleo en el

 

 

 

total nacional fue de 13,7%, con corte a enero, continúa siendo mayor el número de mujeres sin empleo, que se ubica en un 14,1%, mientras que la de los hombres es del 7%.

 

Tregua a los impuestos

 



Por: Rubén Darío Varela
 

Incrementos en la facturación del predial hasta en un 500% es la triste realidad a la que hoy en día se ven enfrentadas muchas familias colombianas de escasos recursos que no entienden este incremento tan desproporcionado, un fenómeno que se ha venido presentando principalmente en departamentos como Atlántico, Antioquia, Cundinamarca y Cauca, entre otros.

Esta situación ha propiciado la indignación de cientos de personas que se han manifestado en las calles para solicitar una respuesta oportuna ante estos incrementos, como sucedió en Popayán en la última semana en la que con factura en mano los habitantes de esta ciudad evidenciaron su inconformismo.

Es realmente triste que todas estas personas de Popayán y de otros departamentos de Colombia solo hayan obtenido como respuesta de parte de las respectivas alcaldías que frente a este incremento las autoridades municipales no pueden hacer nada, ya que esta novedad en la facturación obedece a una actualización catastral que en el último mes fue ordenada por el IGAC (Instituto Geográfico Agustín Codazzi).

La pregunta del millón es: ¿Quién responde entonces a estos usuarios por esta facturación? Esinsólito que una familia que paga $300.000 por el predial, ahora se vean en la obligación de pagar hasta $1.500.000, y los entes municipales, es decir, las alcaldías no estén dispuestas ayudar con ajustes económicos para estas familias.

La situación que se está presentando y que no es nueva en Colombia, requiere de una pronta solución teniendo en cuenta que estas alzas están afectando en gran manera a estas familias. Para arreglar esta situación se hace necesario que se lleve a cabo una revisión en el modelo de estratificación en el país.

Esta revisión debe de llevarse a cabo de manera urgente, teniendo en cuenta la cantidad de inconsistencias que están afectando a los colombianos de bajos recursos que hace unos diez años eran estrato 1 y que de un momento a otro empiezan a figurar en estrato 2 o 3.


Ampliaciones de calles, construcción de nuevos conjuntos cerrados, entre otras razones hacen que aumente el impuesto predial y aunque es verdad que estas viviendas se valorizan, la situación preocupante es que los cobros de facturación del predial son realmente desproporcionados para los ingresos de estas familias.

Esta situación se sigue agudizando cada vez más porque estos incrementos no solo se han venido dando con la facturación del predial, sino también con la empresa de energía que también ha tenido un incremento hasta del 500%. Esta situación se hace cada vez más crítica especialmente en la costa caribe.

Personas que viven en la costa caribe colombiana en viviendas humildes con pocos electrodomésticos les están cobrando unas altas sumas de dinero por la factura de energía solo por el constante uso de los ventiladores que son usados de manera permanente por las altas temperaturas que se presentan en estas zonas del país.

El alcalde de Barranquilla. Jaime Pumarejo ya se manifestó ante esta situación y se comprometió a realizar un ajuste tarifario con el Gobierno entrante, ojalá y esta iniciativa sea toda una luz de esperanza para estos colombianos de la costa de bajos recursos que incluso se ven obligados a disminuir su alimentación para cancelar los

 

 

servicios públicos que son muy costosos en esta época.

 

CHARLAS CON UN MAESTRO SAMMASATI

 


Por: Gongpa Rabsel Rinpoché
Lama Sammasati para Latinoamérica


Upadesha 67 - Las consecuencias de las acciones

 

“No es una buena acción, si tienes que arrepentirte después de hacerla, y los frutos amargos de la mala acción son recogidos con lágrimas”.

El budismo enseña que todas las acciones tienen consecuencias, tanto positivas como negativas. En el upadesha 67, se hace hincapié en la importancia de la reflexión antes de actuar, ya que cada acción tiene un impacto en nosotros mismos y en los demás.

El upadesha comienza con la afirmación de que una acción no es buena si después debemos arrepentirnos de haberla hecho. Esta afirmación es clave para comprender la ética budista, que valora la intención detrás de la acción tanto como el resultado de la acción en sí misma. En otras palabras, una buena acción no se define solo por el resultado final, sino también por la motivación detrás de ella. Si nuestra intención es positiva y amorosa, la acción será considerada buena, incluso si el resultado no es el esperado.

Por otro lado, si nuestra intención es egoísta o dañina, la acción será considerada mala, incluso si el resultado es beneficioso para nosotros. En este sentido, la ética budista se enfoca en la intención detrás de la acción y no solo en la acción misma.

El upadesha 67 también señala las consecuencias negativas de las malas acciones, que son recogidas con lágrimas. Esto es una metáfora para indicar el sufrimiento que se experimenta como resultado de las malas acciones. El budismo enseña que todas las acciones tienen una semilla kármica, que puede germinar y dar lugar a una experiencia positiva o negativa en el futuro.

Es importante tener en cuenta que el budismo no ve las consecuencias kármicas como un castigo divino o una recompensa, sino simplemente como una ley natural de causa y efecto. Cada acción tiene una consecuencia, y es nuestra responsabilidad elegir sabiamente para evitar el sufrimiento y promover la felicidad.

Por lo tanto, el upadesha 67 enfatiza la importancia de la reflexión y la atención plena antes de actuar. Si podemos aprender a cultivar una intención amorosa y compasiva, nuestras acciones serán más propensas a tener consecuencias positivas en nuestras vidas y en las vidas de los demás. Además, si somos conscientes de las consecuencias kármicas de nuestras acciones, podemos tomar decisiones más informadas y evitar el sufrimiento innecesario.

En resumen, el upadesha 67 nos recuerda la importancia de la ética y la responsabilidad personal en nuestras acciones. Cada acción que tomamos tiene una consecuencia, ya sea positiva o negativa, y es nuestra responsabilidad elegir sabiamente. Al cultivar una intención amorosa y compasiva, podemos promover la felicidad y evitar el sufrimiento en nuestras propias vidas y en las vidas de los demás.

 

 

  

 

 

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