EDITORIAL
La escasez de
medicamentos en Colombia
Si bien es cierto que la escasez de medicamentos en Colombia se ha
venido profundizando desde finales del año pasado, las soluciones a
esta creciente problemática avanzan a un ritmo muy lento. Esto pese
a que las dificultades en cuanto al acceso y suministro de estos
productos y compuestos farmacéuticos constituyen un peligro para la
salud e incluso la vida misma de una gran cantidad de personas que
los requieren a diario.
Como ya lo habíamos advertido en estas páginas semanas atrás, entre
los fármacos, o sus principios activos, cuya disponibilidad ha
venido reduciendo, en algunos casos de forma dramática, están varios
de uso masivo para tratar patologías de alta incidencia en Colombia
como la hipertensión o la diabetes, pero también para atender
pacientes con cáncer, epilepsia, VIH y trastornos mentales. Incluso,
hay escasez de medicinas para tratar infecciones o problemas de
coagulación y hasta de algunas marcas de anticonceptivos. Los
voceros de las EPS, así como del gremio de las droguerías, han
señalado que serían no menos de 1.200 medicamentos que, aunque no
están agotados, sí tienen una baja sustancial en su abastecimiento y
disponibilidad promedios.
Las medidas que se han adoptado hasta el momento por parte de todos
los actores del sistema de salud han resultado insuficientes, acorde
con las alertas de las asociaciones de pacientes. No pocos pacientes
han acudido al mecanismo de la acción de tutela, pero tampoco es una
solución efectiva. El Ministerio de Salud y el Instituto de
Vigilancia de Medicamentos y Alimentos (INVIMA) señalan que se ha
trabajado en distintos frentes, que van desde la agilización para
los procesos de importación y autorización de venta de algunos
fármacos, pasando por mesas de trabajo con las EPS, gremios médicos,
droguistas y otras instancias, hasta la gestión directa con la
industria farmacéutica nacional e internacional para acelerar la
producción y venta de esas drogas y sus principios activos.
De igual manera, las superintendencias de Salud y Comercio han
activado distintas acciones para verificar en dónde está el cuello
de botella y plantear las medidas del caso. Hoy el primero de esos
entes de control revelará un informe al respecto.
A lo anterior debe sumarse que la Procuraduría ya tomó cartas en el
asunto, requiriendo inicialmente al Ministerio y el INVIMA un
reporte sobre las causas de la emergencia y las medidas adoptadas
para neutralizar su impacto. La semana pasada, tras advertir que las
respuestas de las dos entidades no fueron satisfactorias, abrió
sendas investigaciones para establecer las respectivas
responsabilidades disciplinarias.
Más allá de las conclusiones hoy de la Superintendencia, las
pesquisas del Ministerio Público o incluso de la advertencia de las
entidades sanitarias en torno a que la escasez de medicamentos es un
fenómeno global y no solo colombiano, por lo que superar esta
coyuntura de bajo suministro no
es fácil, lo cierto es que estando de por medio la salud e incluso
la vida de una gran cantidad de personas se requiere un plan de
acción más efectivo y audaz. Ya desde varios actores del sistema
sanitario se ha urgido que se acuda a mecanismos extraordinarios
para contrarrestar esta baja en el suministro de fármacos y
medicinas necesarias para el tratamiento de patologías leves y
graves, incluyendo hasta enfermedades huérfanas.
|
|
|
De la equidad a la autonomía una línea a seguir
Por Zahur Klemath Zapata
zapatazahurk@gmail.com
Por naturaleza genética no todos somos iguales, cada
uno de nosotros hacemos parte de una información que se puede leer
como igual pero difiere en su esencia. Simplemente somos seres
humanos que estamos aquí una temporada circunstancial.
En esta cadena evolutiva en que vivimos hay unos que gobiernan a la
gran multitud y ellos tienen el privilegio de diseñar la ruta a
seguir. Solo ellos entienden su propio lenguaje porque el resto vive
de lo que el establecimiento les da para que subsistan. Esta es una
de las razones por lo que ellos están en posesión de lo existente.
La equidad está ahí como parte de ese balance que los sostiene y la
sociedad la acepta porque no conoce y no puede dirimir lo que
realmente está pasando a su alrededor. Lo más complicado en este
devenir de las cosas es que todos vivimos unidos sin preguntarnos
que nos diferencia los unos de los otros. Creemos que somos iguales,
y es verdad en cuanto a seres humanos, pero en esencia cada uno de
nosotros está ubicado en esa cadena evolutiva como un eslabón que
hace presencia en la vida cotidiana de la sociedad.
Por eso explotan a la gran multitud porque ella no se interroga
sobre su condición frente a quienes manejan el establecimiento. Se
aceptan las órdenes, leyes y mandatos como si fueran emanados de
mano divina, pero simplemente son dictadas por leguleyos que
presumen de hacedores porque se les ha dado el poder al ser elegidos
en unas elecciones democráticas o han tomado por asalto el poder.
La autonomía es el poder que cada ciudadano tiene sobre sí y su
entorno y lo hace actuar libre e independiente frente a los mandatos
de quienes ostentan y ordenan al individuo a actuar bajo su mandato
reprimiendo el derecho de la autonomía.
Por esta razón la guerras existen porque detrás del poder hay un
psicópata que presume ser el guía o el abanderado de un pensamiento
sublime y arrastra una multitud que no sabe de su autonomía porque
ellos están en condiciones inferiores mentalmente a quienes comandan
la acción a seguir.
Tener autoridad no significa ser el más hábil o mayor capacitado, es
tener la habilidad de convencer a los seres humanos que carecen de
autonomía o están en niveles más bajos en la cadena evolutiva y que
actúan como mascotas de aquellos que poseen la habilidad de la
manipulación. Por eso el mundo funciona como tal y pueblos enteros
son gobernados por personajes que se sienten investidos por poderes
que solo ellos creen que todos tienen y que los receptores lo ven
como una verdad.
En estos tiempos la democracia es la palanca que mueve las bases de
la anti-autonomía para que aflore el poder de los elegidos y
subyugue a los pueblos que los han elegido. Así apoderarse del
establecimiento mientras lo que son
autónomos huye por temor a ser
subyugados. Este temor es simplemente un estado de preservación
frente a una confrontación fatal que se daría si esa |
|
fuerza autónoma decide asumir su responsabilidad.
Crónica #617
LOS ASESINOS DE LA GALLINA
Por: Gustavo Álvarez Gardeazábal
Audio:
https://www.spreaker.com/episode/53364589
La historia se repite eternamente. Volvieron a matar la gallina de
los huevos de oro y, sin necesidad de apelar a detectives de novela,
todos los colombiano sabemos que los culpables de esta estupidez
fueron el presidente Petro, su ministro de Hacienda José Antonio
Ocampo y los contratistas que fungen de congresistas de este país.
Ellos, y solo ellos, ahorcaron el futuro de la patria suicidando el
emprendimiento que iba viento en popa: el turismo. En la imbeciloide
reforma tributaria en la que todos ellos intervinieron, le pusieron
IVA a los pasajes aéreos y a los hoteles e impuesto de consumo a los
restaurantes.
Le torcieron el pescuezo a la gallina y cuando el ministro de
Trasporte descubrió la causa de la quiebra de las empresas aéreas y
las afugias que están pasando los hoteles sin pasajeros y los
restaurantes sin clientes, y propone en un acto sensato que se le
pedirá a la cooperativa de contratistas mal llamada Congreso que
revoque la medida, sale el gran promotor del asesinato de la gallina
de los huevos de oro, el ministro de Hacienda, enemigo acérrimo de
la clase media, a decir que su Reforma Tributaria Petrista es
intocable dando a entender con su olímpica actitud que poco o nada
le interesa que ese renglón de la economía se vaya de culos.
Ya lo habíamos advertido aquí cuando la genialidad coral de Irene y
Petro salieron a cantarnos que los dólares que no se recibirán por
cerrar pozos de petróleo y gas, se podían recibir a borbotones con
el turismo.
Los muy descoordinados no se habían dado cuenta que las herramientas
para el crimen de la gallina de los huevos de oro estaban en la
Reforma Tributaria Petrista que aprobaron.
Está bien que doña Irene insista ingenuamente en que para ser
ejemplo del mundo Colombia suprimirá su mínima cuota parte de
producción de combustibles fósiles. Pero que al mismo tiempo
ahorquen la gallina de los huevos de oro del turismo y promuevan a
través de esa tabla de impuestos la quiebra de San Andrés, de
aerolíneas y de hoteles y de restaurantes y todos los negocios
paralelos, no es una estupidez, es un delito de lesa humanidad.
El Porce, marzo 30 /2023
|