EDITORIAL
Sobre
la crítica estética
¿Qué es lo más importante de la vida? Esta pregunta resulta ser
sumamente engañosa, una estratagema del pensamiento tradicional para
configurar al pensamiento a delimitar y direccionar la vida a un
sólo sentido. ¿Qué es lo más importante? Esto no es una pregunta sin
más, es una censura a la vida o al menos a las muchas esferas en que
el ser humano se desenvuelve.
No hay una forma más importante que otra, todas son importantes.
Pero, ¿cómo comprender esto? que cada esfera, momento,
acontecimiento o como se le quiera llamar, tiene por sí mismo
fuerzas que lo impulsan a siempre cambiar, a variar sus valores. La
posibilidad de poder variar los valores que le otorgamos al estado
de cosas que nos acontece, a destruir el cúmulo idealizante de las
re-presentaciones impropias que se nos ofrecen, al mundo rosado que
el dolor nos lleva a desear, nace y se fortalece a partir de la
crítica.
La crítica no debe interpretarse como buena o mala, la crítica a la
cual nos referimos en esta editorial debe superar cualquier tipo de
lógica binaria, que nos obliga a pensar en blanco o en negro, puesto
que el pensamiento y la existencia en sí misma es muchísimo más
amplia que una condición netamente binaria.
Este tipo de crítica: la filosofía la ha nombrado una estética, es
decir, un modelo de pensamiento no binaria que se fija en cada uno
de los aspectos de un acontecimiento, no sólo lo que se puede
enumerar o pensar, sino también el cúmulo de inexplicables
producciones inmateriales, permitiendo de esta manera una
abstracción completamente libre.
Entonces nos preguntamos en este segundo momento a través de la
visión de un crítico estético ¿Qué es lo más importante de la vida?
la respuesta a esta pregunta nunca será un sustantivo, nunca una
cosa en sí misma, nunca sólo una palabra, siempre un verbo, siempre
un movimiento somete al pensamiento para hacerlo siempre pensar la
diferencia, siempre un contexto, un acontecimiento, un sentimiento
totalmente diferente, siempre gritando ¡vida! y declarando la guerra
a cualquier tipo de pensamiento intrusivo que le impida pensarse
dentro del movimiento.
¿No es esta declaración contra cualquier tipo de pensamiento de lo
mismo una necesidad para la educación? ¿No debería la educación
centrarse en la formación de ciudadanos críticos que puedan entender,
generar y crear nuevas formas de pensamiento, sin reducirse, en el
intento, a una forma de pensamiento monótona?
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La noche
de los cuchillos romos
Por: Zahur Klemath Zapata
zapatazahurk@gmail.com
Estamos al final
de una era donde millones de ciudadanos se están preparando para
este cambio. La gente tiene una actitud de deseo de cambio y esto
hace que haya mayor fervor cuando hacen las cosas.
Los que están arriba y no quieren el cambio insisten que nada está
pasando. Por lo general es gente necia que no acepta que otra gente
ve las cosas diferentes desde su punto de vista. Antes ellos
aceptaban las cosas como si fueran mandatos de leyes superiores sin
ningún interrogante, porque era su naturaleza en ese entonces. Hoy
la gente tiene memoria ancestral que les está mostrando en pasado y
el cual no es honesto como se lo presentan. La gente ha escuchado
muchos discursos y ha visto cambios que no se ajustan a lo que ellos
esperaban. La gloria de ellos no es la gloria del pueblo, porque
éste simplemente ha sido manipulado u obligado a actuar como se le
ha dicho, perdiendo lo esencial de su naturaleza. Por eso los
psiquiátricos están llenos de pacientes que se desadaptaron de la
sociedad y hoy deambulan por las calles sin la menor pertenencia
humana que los acompañe. Parte de la sociedad los rechaza y otra
sale a rescatarlos con la esperanza que algún día sean personas de
bien. Pero esa realidad es poco probable en un mundo donde las
esferas mayores están corruptas y el rescate sería paralelo.
Si nos detenemos a pensar sobre las cosas que nos rodean, esas cosas
simples que a diario se nos presentan podemos entender nuestro
entorno y saber que es lo dañino y lo que no nos deja vivir una vida
llena de plenitud. La raíz está en quienes dictan las leyes y las
imponen, porque ellos lo que piensan es cómo beneficiarse ellos
primero y después los ciudadanos. Ellos no piensan como sociedad o
personas, piensan en un todo en el cual pueden exigir para que ellos
puedan vivir en esa posición a la cual los han elegido. Es como si
fuera una monarquía donde los súbditos están obligados a mantener a
las cortes y sus allegados y el pueblo es el que paga.
En el pasado esto hizo que se acabaran imperios y apareciera la
democracia y la república, pero mal concebido al igual que pasó con
el comunismo.
El ser humano en su evolución busca alcanzar su propia autonomía,
porque ella le permite vivir sin ataduras y compartir con otros el
bienestar común que ellos elaboran para sí mismos. No se quiere un
líder porque él piensa que él es el mesías y va a salvar a todos
arrasando con todo lo que lo rechace. Así crea odios y enemigos que
terminan asesinando. Sus palabras expresan que todos se van a
beneficiar y en realidad los que se van a beneficiar es su familia
cuando él muera.
La gente ya ha visto demasiado cine e historias que cuentan
historias vividas en el pasado y como ha terminado todo. Por eso los
pueblos que han trabajado sin líderes han prosperado y han alcanzado
un mayor bienestar que los manipulados por líderes. Cuántos hay
ahora que están mancillando a toda una sociedad bajo el símbolo de
la democracia.
Colombia va por el buen camino
a paso lento, ya ha quemado varias etapas que otros países les falta
vivir o que jamás las van a vivir porque va a tomar ejemplo de lo
que están viendo. Esto se debe a que lo que ha pasado en este país
no se repita por los personajes que ha tenido en todas
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esferas del actuar humano y que hoy son figuras mundiales para bien
o para mal.
La historia ha sido clara en esto. Porque ella nos muestra todos los
acontecimientos que se han celebrado a través de ella. Y no podemos
negar lo que pasó y lo que puede pasar. Como esta pandemia que ya se
dio y hubo en cada una de ellas millones de muertos casi para acabar
con la población del planeta. Y gracias a esa experiencia hoy la
hemos podido controlar. Pero los países corruptos y mal organizados
son los que más muertos han puesto.
Ya arrancamos la nueva era y eso lo sabe mucha gente y no serán lo
que hoy se proclaman como los adalides porque ellos vienen de la
escoria que la sociedad está dejando atrás.
Crónica #653
LA GRIETA DE URABÁ
Gustavo Alvarez Gardeazábal
La noche del miércoles pasado hubo un verdadero enjambre de sismos
en la entrada del golfo de Urabá, casi al frente de Capurganá y
Sapzurro. Según el Servicio Geológico, se registraron por lo menos 8
sismos entre las 10 de la noche y las cuatro de la madrugada del
jueves, uno de 6.6 y los otros todos mayores de 3.5 y, muy
puntualmente localizados alrededor del punto medido en
latitud/longitud 88.5 y 77.14.
Hasta ahora no ha salido el sabio Makario de Pácora a explicarnos
que pudo suceder o como se puede explicar el enjambre, pero vino a
mi recuerdo una noche de fogata conversada en la playita de Sapzurro
a donde habíamos llegado caminando por entre bosques y ruidos desde
Capurganá, guiados por Mateo, el indio cuna que Pacho Valderrama, el
viejo líder cívico de Urabá, nos había conseguido para que nos
acompañara.
Debió haber sido en la década del 70, cuando ya escribía mi columna
en El Colombiano y por correo de babas había hecho nexos con gentes
de esa para mi lejanisima región y me fui a conocerla.
Aquella noche el indio Mateo me explicó, acariciando la arena con un
palito, la leyenda de su gente sobre cómo se habían juntado los
continentes al comienzo de los tiempos y cerrado esa grieta que
separaba a Sudamérica con Panamá.
Los geólogos y los satélites han investigado mucho desde entonces y
seguramente ya habrá hasta mapas del subsuelo de esa zona, pero
desde aquél día, y mucho más antenoche, me volvió la idea
novelística de que por las mismas razones que los dos continentes se
juntaron, ahora quisieran desprenderse y, en el colmo de la
imaginación, se estuviera empezando a formar otra vez la grieta que
uniría al golfo de Urabá y el Pacífico para que al menos los dos
océanos se intercomunicaran y, como dicen los que han vivido a la
orilla de los grandes rios, ”el agua siempre termina buscando su
antiguo cauce”.
El Porce,mayo 28 del 2023 |