Diez claves para cuidar el planeta
La humanidad y todas las especies que habitan el planeta Tierra
enfrentan el momento más desafiante de su historia. En primer lugar,
los niveles de dióxido de carbono (CO2) y otros gases de efecto
invernadero en la atmósfera han llevado al aumento de la temperatura
de manera acelerada, con potenciales efectos catastróficos para
todas las formas de vida: desde inundaciones y tormentas, hasta
sequías y olas de calor, que causarían pérdidas económicas y
sociales incalculables, así como el incremento del nivel del mar
debido al derretimiento de los polos, pudiendo inundar ciudades
costeras e islas, entre otras calamidades.
En segundo lugar, se presenta la pérdida de la naturaleza como un
fenómeno común a todos los ecosistemas. De acuerdo con la más
reciente edición del Informe Planeta Vivo, ha habido un descenso
promedio del 69% en la abundancia de poblaciones de mamíferos,
reptiles, aves, peces y anfibios de todo el mundo. En este
escenario, Latinoamérica y el Caribe (una de las zonas más
biodiversas del planeta) es la que se encuentra en situación más
preocupante, con una disminución de 94% en las poblaciones
monitoreadas.
A esto se suma la contaminación por plásticos. Se calcula que más de
11 millones de toneladas de plástico entran a los océanos cada año,
lo que equivale a, aproximadamente, un camión por minuto. El
plástico afecta al 90% de las especies marinas, limita la capacidad
de absorción de carbono del océano y se
infiltra en el aire que respiramos, el agua que bebemos, los
alimentos que comemos e, incluso, en nuestro cuerpo, entre otras
consecuencias negativas.
Actualmente, se cuenta con más información sobre
estos fenómenos y está claro que no abordar esta múltiple crisis
pondrá en
peligro nuestro futuro, bienestar y prosperidad,
incluida nuestra seguridad alimentaria.
Pero aún hay mucho por hacer para revertir
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la situación y enfrentar la múltiple crisis,
reconstruyendo nuestra relación con la naturaleza. A continuación,
WWF hace algunas recomendaciones para hacerle frente al cambio
climático, la pérdida de biodiversidad y la contaminación por
plásticos.
1. Reduzca el desperdicio. Alrededor de una tercera parte de todos
los alimentos que se producen en el mundo nunca se come. Esto
equivale a varias veces lo que se necesita para alimentar a cada
persona con problemas de desnutrición en el planeta. El desperdicio
de alimentos es responsable de la emisión de gases de efecto
invernadero equivalente a quemar, aproximadamente, 500 mil millones
de galones de gasolina cada año.
2. Consuma razonablemente.
Comer una dieta balanceada y seguir las recomendaciones
nutricionales ayuda a mantener una huella ambiental más sostenible.
3. Compre de manera sostenible. Al elegir alimentos certificados o
más sostenibles envía un mensaje a las tiendas y comercios sobre la
importancia de la sustentabilidad.
4. Conozca a los agricultores y ganaderos.
Visitar a campesinos y productores cercanos o
al mercado local de agricultores puede ayudar a entender cómo la
agricultura puede ser una herramienta para la conservación. Con una
mayor comprensión y relaciones personales, podemos comenzar a
compartir el desafío de producir y consumir alimentos de manera más
sostenible.
5. Defienda las políticas de conservación. Los legisladores y
autoridades tienen mucha influencia sobre nuestro sistema
alimentario y su impacto en la naturaleza. Pedirles a los miembros
del Congreso que apoyen políticas que ayudan a los agricultores y
ganaderos incentiva la conservación de la vida silvestre mientras
producen alimentos.
6. Opte por una dieta variada y balanceada. La transformación de
los ecosistemas se puede evitar produciendo los
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alimentos de manera más sostenible y desperdiciando menos. Incluye más frutas y
verduras en tu plato, principalmente aquellas producidas más cerca de ti y que
no habías probado antes. Nuestros platos también pueden reflejar la
biodiversidad de Colombia cuando comemos de forma más variada y local.
Consumir sanamente
7. No compre lo que no necesite. Tener un estilo de vida más sostenible también
significa consumir conscientemente. Comprar menos y pensar en que cada cosa, por
pequeña que sea, demanda energía, agua, entre otros recursos. La naturaleza no
está preparada para asumir los costos del consumo excesivo. Expertos en consumo
sugieren que esperar entre 24 y 48 horas desde que tienes el impulso de comprar
pues ayuda a disminuir la cantidad de compras.
8. Camine y use la bicicleta. El uso del carro particular es un serio problema
para nuestra salud y la del planeta. Al usar el carro, quemamos combustibles
fósiles que emiten gases que calientan el planeta y generan una variación
anormal del clima, además de que liberan contaminantes extremadamente tóxicos
que luego respiramos. Por eso es preferible usar la bicicleta o caminar, cuando
esto sea posible, e invertir en vehículos eléctricos.
Plásticos
9. Evite los plásticos de un solo uso. Se calcula que el 75% de la contaminación
marina proviene de las ciudades, y los plásticos de un solo uso se encuentran
entre el grupo de los más problemáticos de estos materiales. Cambia las bolsas
por las de tela y los envases y botellas por materiales como el vidrio.
10. Recicle. Separar los residuos en casa evita que materiales que pueden
reutilizarse lleguen a rellenos sanitarios, en donde se generan grandes
cantidades de metano, un gas con alto potencial de calentamiento global. Entre
más toneladas de residuos lleguen a los rellenos, más gases de efecto
invernadero se generan”.
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