¡UN ERROR
QUE NO SE PUEDE REPETIR!
Por: Álvaro
Ramírez González
alragonz@yahoo.es
Víctor Manuel
Tamayo, gobernador de Risaralda, se empeñó equivocadamente en
terminar la relación contractual con él Concesionario del peaje de
la Vía Pereira - La Victoria, al vencimiento de su contrato.
Equivocadamente dije y repito, por qué tener en el territorio un
banco tan sólido como Colpatria-Scotia Bank, socio del
Concesionario, y que, además, construyeron esa doble calzada con
éxito y la mantuvieron siempre en óptimas condiciones, ameritaba un
intento de negociación con Ellos.
Si yo soy el gobernador, me siento con mi vecino del Valle, a
negociar con este magnífico concesionario la ampliación de ese
contrato de concesión al menos por 30 años más.
Naturalmente las cifras de recaudo de ese peaje en ese periodo son
completamente medibles.
Y el costo de las vías del Samán (7) también.
Se trataba de hacer una buena negociación para las partes, que le
garantizará a Risaralda la feliz ejecución y mantenimiento de esas
vías.
Estando ya en el sitio, las vías del Samán serían claramente
prioritarias para ese concesionario.
Y un músculo financiero indiscutible al lado de esas obras.
Sería entonces una continuidad muy rentable para Pereira y
Risaralda.
Pues Tamayo con la alocada idea de que le iban a entregar ese peaje
al Departamento, hizo todo el lobby posible para espantar al
magnífico concesionario.
Pero hizo la del guepardo; cazó la presa y se la quitaron las
hienas.
Esos recursos y ese peaje quedaron a libre disposición de INVIAS y
en una fiducia.
Era apenas obvio.
¿Se imaginan la red nacional de Autopistas, intervenida y manipulada
por la politiquería de Alcaldes y Gobernadores?
No tendríamos un solo kilómetro de Autopistas.
Están hoy tan embolatadas las vías del Samán, que Petro dijo en
Quinchia, ante toda la dirigencia risaraldense, que la doble calzada
Cerritos - La Virginia (la más barata de todas las vías del Samán)
habría que hacerla por valorización.
¿Qué tal esa, Tamayo?
La equivocada gestión de Tamayo llevó los recursos de ese peaje al
hueco oscuro, profundo e incierto de INVIAS.
Que ya nos anunció por conducto de su jefe máximo que ese peaje y
esos recursos no están garantizados para las vías del Samán.
¿Verdad gobernador Tamayo?
¿Quién responde por esa descomunal embarrada?
¡Pues nadie!
Que daño tan grande le hizo y le deja Usted a Risaralda, gobernador
Tamayo, con esa absurda y miope gestión.
Ahora un grupo de ciudadanos de Pereira, la cogieron contra
Autopistas del Café (Grupo Argos) que opera en Caldas, Quindío y
Risaralda.
Con argumentos parecidos a los de Tamayo, andan mandando cartas,
buscando sacar de la concesión a su vencimiento (2027) a ese
concesionario.
La miopía y el torpe civismo no nos pueden llevar de nuevo a ese
grado de estupidez.
Y no conozco a
nadie en Argos ni menos escribo defendiendo a nadie.
Ni más faltaba.
Tener en el territorio un grupo empresarial y financiero tan
poderoso y eficiente es una maravilla.
Lo qué hay que hacer con ese concesionario y con ese Grupo, es
sentarse a negociar una generosa ampliación del plazo de la
concesión de ese peaje, con la contrapartida de que se comprometan a
ejecutar un ambicioso plan de obras, en este caso en Pereira, Santa
Rosa y Dosquebradas.
Obras que necesita cada día más esta región y no tiene los recursos
para ejecutarlas.
Veo mucha más
bronca de estos ciudadanos despistados, contra el gerente del
Concesionario, Mauricio Vega Lemus, que un inteligente sentido de
preocupación por las vías de Pereira.
Una bronca que ya la tramitaron en el seno de la junta directiva de
Cámara de Comercio de Pereira.
En buena hora el gobierno los sacó de esa Junta, y los reemplazo por
comerciantes normales sin agenda.
Tenían a la Cámara de Comercio, paralizada, en una gazapera inútil y
sin fin.
¿Para qué y para quien buscan arruinar una buena relación con un
poderoso y cumplido concesionario?
¿Para entregarle estos peajes a
INVIAS como Tamayo?
Menuda estupidez.
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¡Estupidez
empacada en civismo!
Esta batalla
apenas empieza.
Sobremesa.
¿Se imaginan Ustedes que Aeromatecaña se hubiera hecho por obra
pública?
Imagino que no habrían terminado aún el movimiento de tierra, ya se
habían robado una buena parte de los recursos y estaríamos
avasallados por las vías
(Contraloría, y Procuraduría) que no
sirven para nada.
¡Y la obra sería hoy un jugoso festín de abogados!
En buena hora ganamos los que apoyábamos la presencia de un
Concesionario privado que lo financiara, lo construyera y lo
operara.
Ahí tenemos un magnifico Aeropuerto, construido en 26 meses, y
operado y mantenido por gente altamente competente.
De ahí el brutal crecimiento en el número de pasajeros.
Como dice mi madre.
¡Fumen y comparen!
CHARLAS CON
UN MAESTRO SAMMASATI
Por: Gongpa Rabsel
Rinpoché
Lama Sammasati para Latinoamérica
La
práctica de la Ecuanimidad: Alcanzando la paz interior
La ecuanimidad es
una cualidad espiritual valorada en muchas tradiciones espirituales
y religiosas, y en el budismo en particular, es considerada como una
de las cuatro cualidades nobles. En sanscrito, se escribe "upekkha"
que se traduce como "igualdad" o "equanimidad". La etimología de
esta palabra proviene de dos raíces: "upa" que significa "cerca" o
"junto a" y "ikkh" que significa "ver" o "mirar". Juntas, "upekkha"
se refiere a una perspectiva equilibrada y no sesgada de las cosas.
Para Buda, la ecuanimidad es esencial en el camino hacia la
iluminación. Es una cualidad que permite a una persona mantener su
estabilidad emocional en situaciones difíciles y no dejarse
arrastrar por las emociones negativas. Al tener ecuanimidad, uno
puede ver las cosas tal y como son, sin caer en el juicio o la
opinión. Esto permite a uno actuar de manera sabia y efectiva en
cualquier situación.
En nuestra vida
diaria, la ecuanimidad nos ayuda a manejar situaciones difíciles de
manera más efectiva. Nos permite mantener la calma en momentos de
estrés y tomar decisiones sabias en lugar de actuar impulsivamente.
También nos ayuda a ver las cosas desde una perspectiva más amplia y
a tener una visión más clara de nuestra vida y nuestras relaciones.
La ecuanimidad se puede aplicar en nuestra práctica diaria de varias
maneras. Una de las formas más comunes es mediante la meditación. Al
meditar, podemos aprender a observar nuestras emociones sin
juzgarlas y a ver las cosas tal y como son. También podemos
practicar la ecuanimidad en nuestra vida diaria al tratar de ver las
cosas desde diferentes perspectivas y no dejar que nuestras
emociones nos controlen.
La ecuanimidad es
una cualidad espiritual muy valorada en el budismo, ya que permite a
las personas mantener un equilibrio emocional ante las diversas
situaciones de la vida. La ecuanimidad nos ayuda ver las cosas tal
como son, sin dejarnos llevar por las emociones negativas como el
odio, la ira o el miedo.
La importancia de
la ecuanimidad para Buda radica en que es considerada como uno de
los cuatro estados mentales nobles, junto a la compasión, la
sabiduría y la bondad. Estos estados mentales son fundamentales para
alcanzar la iluminación, ya que nos permiten liberarnos de los
apegos y las ilusiones que nos impiden ver la verdad de las cosas.
La ecuanimidad nos sirve para mantenernos equilibrados en momentos
de tensión, nos permite ver las situaciones de manera objetiva y
tomar decisiones en consecuencia. En nuestra vida diaria, podemos
aplicar la ecuanimidad en situaciones cotidianas como en el trabajo,
en las relaciones familiares y amorosas, en la salud y en cualquier
otra situación que se nos presente. Es importante recordar que la
ecuanimidad no significa ser indiferente ante las situaciones, sino
ser capaces de verlas de manera objetiva y tomar decisiones en
consecuencia.
La ecuanimidad puede ser aplicada independientemente de la religión
a la que se pertenezca, ya que es una cualidad universal que puede
ser practicada por cualquier persona. Todas las religiones enseñan
el concepto de la ecuanimidad de alguna manera, ya sea a través de
la meditación, la práctica de la humildad o la compasión.
La importancia de la ecuanimidad en el budismo radica en que permite
al individuo tratar a todos los seres con igualdad y no discriminar
a nadie. Es una forma de cultivar una actitud mental neutral hacia
las situaciones, personas y eventos, lo que ayuda a liberarnos de la
tendencia natural a reaccionar de manera negativa ante lo que
nos
desagrada o enfocarnos en lo que nos agrada. La ecuanimidad nos
permite
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ver las cosas tal y como son, sin proyecciones ni
preconcepciones.
En nuestra vida diaria, la ecuanimidad nos ayuda a manejar las emociones de
manera saludable y a no dejarnos arrastrar por ellas, lo que nos permite tomar
decisiones sabias y no actuar impulsivamente. También nos ayuda a tener
relaciones más armoniosas con los demás y a no tomar las cosas de manera
personal.
En conclusión, la ecuanimidad es una cualidad espiritual fundamental para
alcanzar la paz interior y la serenidad en nuestras vidas. Es un camino hacia la
liberación emocional y mental, y es accesible a través de la práctica diaria y
la meditación. A través de la ecuanimidad, podemos aprender a ver las cosas tal
y como son, sin aferrarnos a nuestros deseos y aversiones, y así liberarnos de
la sufrimiento y alcanzar un estado de armonía y equilibrio. La práctica de la
ecuanimidad nos permite vivir en el presente y disfrutar de una vida más plena y
satisfactoria, independientemente de la religión o creencia a la que
pertenezcamos. Es un camino hacia la paz interior, y es accesible para
cualquiera que esté dispuesto a seguirlo.
En defensa
de la democracia
Por: Edgar Cabezas
La democracia es el “mejor”
régimen político administrativo instaurado en el consciente colectivo de
occidente, sin que haya alcanzado en Colombia el objetivo de entregar el poder
al conjunto de la ciudadanía, lo que hace de la democracia en Colombia una
democracia imperfecta en proceso de alcanzar la plenitud. Los partidos políticos
derivados de todas las vertientes ideológicas se presumen instituciones
democráticas. Todas las sociedades a través de la historia han vivido en
permanente tensión entre intereses y proyectos diferentes por lo cual dicha
tensión limita o expande la democracia de acuerdo con la correlación de las
fuerzas que se manifiestan en la lucha.
A lo largo de su historia, la democracia ha sido una continua lucha por ampliar
el número de participantes en las decisiones político-administrativas que se
toman respecto de los usos de los atributos de la tierra, los recursos naturales
y los derechos ciudadanos en el gobierno de todos, por ampliar y fijar las
reglas de participación en el gobierno. En Colombia la lucha por la democracia
ha mantenido a la sociedad en medio de una guerra civil no declarada.
La elite política que ha gobernado la democracia en Colombia a partir de la
constitución de 1991 estableció el modelo económico neo liberal extractivista,
implantó un Estado corporativo que fortaleció los intereses de terratenientes,
industriales, comerciantes importadores, banqueros, transportadores,
contratistas de la inversión pública mediante la privatización de los derechos
ciudadanos convirtiéndolos en servicios públicos, fortaleciendo además a los
partidos políticos afines a un régimen autoritario que suprimió derechos
laborales, criminalizó la oposición y asesinó sindicalistas, defensores de la
naturaleza y ciudadanía perteneciente a la diversidad étnica, cultural y de
género.
Tanto los defensores del establecimiento, como la evidente imposibilidad, en
cuanto poder derribar por la fuerza de las armas a los grupos dominantes, la
sociedad llegó a la conclusión que el poder del gobierno sólo podía alcanzarse
mediante el mecanismo de una propuesta de programa de gobierno que obtuviera en
las elecciones la mayoría electoral. Mecanismo que la industria cultural de las
comunicaciones argumentaba mediante la proposición: si las fuerzas opositoras
quieren alcanzar la gobernabilidad deben de hacerlo a través de la mecánica
electoral, que es el procedimiento justo que legitima a un gobierno democrático.
Ahora que gobierna la oposición, la antigua elite dominante que gobernaba al
Estado corporativo no quiere que la democracia persevere mediante el
establecimiento de un Estado dinámico y emprendedor llamado a convertirse en el
inversor principal que restablezca y garantice los derechos humanos, laborales,
ambientales, étnicos, reproductivos y de género. Por ello, están convocando para
el trece de febrero próximo a un paro nacional indefinido con la intención
aberrante de perpetuar el crimen y la corrupción en el territorio de la nación.
La falta de eficacia en la solución de los conflictos que amenazan la
convivencia social reside en la formación de los políticos, ya que estos no
asumen con sabiduría los factores de poder real relacionados con la propiedad de
la tierra, la posesión de los medios de producción, la riqueza social y
monetaria, las relaciones sociales de producción, el monopolio de las armas y el
llamado al diálogo social pacifico, para la concertación de las políticas
públicas que beneficien recíprocamente a las clases y estamentos sociales, sin
perjudicar el estándar de vida subjetivo y la libertad alcanzada mediante las
luchas populares en defensa de la democracia.
Factores estos que el gobierno de Gustavo Petro con valor e inteligencia ha
puesto a consideración para dar solución a los problemas que causan el conflicto
social entre colombianos. El gobierno tiene que actuar con un máximo de
racionalidad jurídica para evitar hechos como los acontecidos en Brasilia,
garantizando la protesta pacífica y judicializando a quienes promuevan el odio
político fratricida efectuando actos violentos y criminales.
La oposición tiene que aprender que si desea alcanzar el poder ejecutivo de la
presidencia debe tener paciencia durante los siguientes cuatro años y esperar
ganar las elecciones de 2026. Como dice papá: “El Señor ama la paciencia”.
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