Pereira, Colombia - Edición:13.110-690

Fecha: Martes-25-07-2023

 

TECNOLOGÍA

 

- 13

 

ANDI, el robot que suda y muestra el impacto de los golpes de calor en humanos

 


El calor intenso y cada vez más frecuente obliga a tomar medidas de adaptación. La planificación urbana, el consumo energético y el diseño de indumentaria son sólo algunas de las áreas que tienen a las temperaturas extremas como variable determinante en el siglo XXI.

Para investigar cómo afectan las altas temperaturas en el organismo, investigadores de la Universidad Estatal de Arizona, crearon un robot que respira, tirita y transpira. Se llama ANDI, (Advanced Newton Dynamic Instrument). Es similar a un maniquí, pero porta tecnología de última generación. Es el primer robot de su tipo que puede permanecer en la intemperie. Tiene piel de epoxi/ fibra de carbono, con poros. Por debajo de la piel, cuenta una sofisticada red de sensores térmicos que permiten medir la temperatura en 35 partes del cuerpo y mapear los efectos del calor en el organismo.

"Es el primer maniquí térmico al aire libre del mundo que podemos sacar rutinariamente y medir cuánto calor recibe del medio ambiente", dijo a la agencia AFP el profesor de ingeniería mecánica Konrad Rykaczewski.



ANDI circula acompañado por MaRTy (Mean Radiant Temperature), una estación meteorológica móvil que mide la temperatura del aire en zonas rodeadas de asfalto y edificios.

Los investigadores están experimentando en Phoenix, una de las ciudades que atraviesa actualmente una intensa ola de calor, con temperaturas que alcanzan los 43 grados. A diferencia de los humanos, ANDI puede, sin problemas, permanecer horas bajo el abrasador sol de Phoenix, incluso cuando el termómetro llega a los 47 grados.
 

 

 

Esto ayuda a un equipo de científicos de la Universidad Estatal de Arizona (ASU) a estudiar el impacto de las altas temperaturas en los humanos.


"Se trata del primer maniquí térmico del mundo que podemos llevar afuera de forma regular durante altas temperaturas para medir la cantidad de calor que recibe del ambiente", explicó el profesor de ingeniería mecánica de la ASU Konrad Rykaczewski.


El maniquí, que parece un Óscar ambulante o un C3PO menos detallado, es "una forma muy realista de medir (...) la reacción de un ser humano ante condiciones climáticas extremas".



ANDI también cuenta con un sistema de refrigeración interna y poros que le permiten respirar y transpirar a través de unos orificios distribuidos sobre su cuerpo. Todo ello gestionado a través de 35 zonas térmicas independientes, para que pueda distribuir su sudor como los humanos.

Los científicos explicaron que, aunque algunos pocos robots similares, ANDI es el primero en salir de las cámaras técnicas al mundo real y sufrir las consecuencias del aumento de temperatura al igual que los humanos.

Prepararse para el futuro

ANDI es una herramienta importante para estudiar la hipertermia, aumento de la temperatura corporal fuera de los parámetros estándares, algo que interesa a los científicos debido al aumento de las temperaturas extremas consecuencia del cambio climático.

El robot podría ser programado con diferentes características "para estudiar distintos segmentos de la población", explicó Jennifer Vanos, climatóloga del proyecto. Simulando "personas más jóvenes, viejas, con condiciones médicas o bajo medicación, alguien más o menos saludable", agregó.
"Nadie mide el aumento de la temperatura mientras una persona está sufriendo un golpe de calor" por razones éticas, dijo Rykaczewski. Pero con el robot, los científicos pueden hacerlo sin poner vidas en riesgo.

 

ANDI salió al mundo exterior en medio de la actual ola de calor en Phoenix. La capital de Arizona atraviesa la ola de calor más larga de su historia. La ciudad del desértico suroeste de Estados Unidos es  un laboratorio ideal para prepararse para el futuro, creen los científicos.

 

 

 
"Si el futuro de París se parece al de Phoenix hoy, podemos aprender mucho sobre la forma en que diseñamos los edificios", dijo Rykaczewski. "¿Cómo podemos cambiarlos? ¿Cómo podemos cambiar lo que vestimos? ¿Cómo podemos cambiar nuestro comportamiento y adaptarlo a estas temperaturas?".
 


ANDI es completamente reprogramable. Según Jennifer Vanos, climatóloga que participa en el proyecto, el equipo de investigación puede crear "gemelos digitales del maniquí para estudiar diversos segmentos de la población".

Esto significa que se pueden simular los mecanismos específicos de termorregulación de cada individuo, teniendo en cuenta factores como la edad. Por ejemplo, las personas mayores tienden a sudar menos que los jóvenes, por lo que necesitan una protección diferente en comparación con los deportistas o aquellos con problemas de salud.

En Phoenix hay decenas de refugios que funcionan como centros de refrigeración para personas sin vivienda durante las olas de calor. "¿Cuánto tiempo debe permanecer una persona en un centro de enfriamiento para refrescarse, de modo que su temperatura central baje a un nivel seguro nuevamente? Podemos responder esa pregunta con ANDI", dice Vanos.



El equipo también aspira a crear sensores para obras en construcción, para adaptar las horas laborales según el calor real percibido en el lugar y la salud de los trabajadores, en lugar de depender únicamente de las condiciones climáticas generales.

Con esta tecnología, los científicos pueden realizar simulaciones para obtener una mejor comprensión de cómo el calor afecta a diferentes grupos de personas, y además pueden hacerlo en diferentes condiciones meteorológicas, combinando el calor con distintos porcentajes de humedad.

 

 

 

  

 

 

EL IMPARCIAL

Submit

 

 

© El Imparcial Editores S.A.S  |   Contacto 57 606 348 6207 

 

    © 1948-2009 - 2023- El Imparcial - La idea y concepto de este periódico fue hecho en Online Periodical Format (OPF) que es un Copyright de ZahurK.

    Queda prohibido el uso de este formato (OPF) sin previa autorización escrita de ZahurK