EDITORIAL
¿Seguidos o seguidores?
Seguidos o
seguidores ¿Quiénes somos? ¿Qué lugar ocupamos en este engranaje
social? Constantemente nos envolvemos en juegos del lenguaje que nos
quitan cualquier tipo de liderazgo y la voluntad, dejando a un
cuerpo inerte, sin libertad alguna, sólo allí esperando a quién
seguir; en ocasiones parece que el propio mundo nos quedó grande,
las construcciones que hicimos en un principio en busca de libertad
nos encierran en su propia sombra sólo dejando a un sujeto envuelto
en las tinieblas del miedo que produce la libertad.
Se acercan cada vez más las elecciones, ya se comienzan a mostrar
las diferentes estratagemas políticas: que buscan votos. Nuestras
problemáticas son cada vez más evidentes para nuestros políticos ¿Por
qué sólo lo son en estas temporadas? ¿Por qué las soluciones siempre
se alzan en estas coyunturas? porque el ser humano actúa desde la
necesidad, los diferentes actores políticos entienden esto a la
perfección, de allí que los discursos siempre se recalquen en estas
problemáticas a las cuales al añadirle unos constantes cambios
guturales, volviendo hermosas las problemáticas a través del buen
discurso y soluciones exactas, el político se acerca al vulgo y este
último encuentra una identidad con el político, sin embargo cuando
encontramos cierto tipo de identidad en el otro, sin tener una
autonomía, esta relación que encontramos, nos vuelve sus esclavos,
le transferimos a través de nuestros votos nuestra libertad,
confiando que este solucionara dicho problema.
No obstante, pensar que las palabras son soluciones; es el engaño de
nuestro siglo, las palabras no deberían convencer a nadie, después
de todo las palabras son engañosas, es por esto que el mejor
discurso no podría ser otro que nuestras acciones y decisiones,
inclusive ¿No es esta la verdadera razón de los políticos? sujetos
que puedan cometer acciones con claridad y rapidez, ejecutores de
mandatos, obligando de esta manera a que respondan a la gran masa
llamada ciudadanía. Pero, este orden se ha roto, ahora el político,
el líder, etc… Piensa que sus reflexiones son la soluciones y
utiliza a un país o ciudad para demostrar lo grande que son sus
pensamientos - ahora ya no somos esclavos; somos conejillos de
indias- juegan con nosotros, con nuestros fondos y luego nos
transforman en estadísticas… ¿Acaso se le olvido a los políticos que
somos humanos, que sufrimos y que, si bien para ellos solo son
números negativos, para la persona del día a día ese dígito negativo
representa el mal vivir de una sociedad?
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Buscando
alcanzar el bienestar que todos merecemos
Por: Zahur K. Zapata
zapatazahurk@gmail.com
Cuando nos despertamos cada mañana
nuestros pensamientos están dirigidos a lo que vendrá cada día. Y
cada uno de nosotros tenemos nuestras propias búsquedas que no son
las de los demás.
Esos pensamientos a futuro siempre están ahí, porque el futuro,
aunque no existe, sólo existe en nuestra imaginación y lo queremos
vivir antes que suceda. Esto es un estado normal en la actualidad en
los seres humanos.
La búsqueda de ese bienestar siempre está presente en todo ser
humano y va en la búsqueda de él toda la vida, alcáncelo o no lo
alcance. Aunque hay otros seres humanos que no le es relevante nada
de las cosas que le interesan al resto del mundo en su quehacer
diario, porque no es parte de sus emociones.
Todo esto ocurre en la vida cotidiana. Siempre hay tres polos
opuestos, en vez del negativo y el positivo como se habla en física.
En cuanto a este raciocinio, él va más allá porque el ser humano no
responde en su intelecto a los actos físicos como si fuera un robot.
Nuestra búsqueda por lo general está enfocada al bienestar y a todo
lo que llene nuestras emociones y aquí no hay leyes físicas que
determinan nuestra conducta porque todo está relacionado a nuestra
evolución intelectual.
En la vida cotidiana hay quienes aceptan que otros les digan que
tienen que hacer y bajo esos preceptos ellos se mueven y apoyan al
ciento a quienes los están dirigiendo y, van hasta el final con
ellos aunque estén equivocados. Otros se oponen a estos y los
combaten tengan razón o no, la cuestión es hacer oposición. Esta
lucha es normal en los seres humanos.
Pero hay un tercer grupo que nunca participa y que es neutral a todo
y no quiere ser parte de nada, son indolentes al dolor humano, huyen
de todo tipo de responsabilidad y están ahí haciendo parte de la
multitud. Aunque opinan, hablan pero no actúan. Son los que están
mirando pasar las aguas debajo del puente aunque alguien se esté
ahogando.
Esto lo hemos visto y reseñado en
la historia de la humanidad que quienes han sido los salvadores de
una gran multitud, terminan asesinados por la mismas huestes que
ellos lideraron y defendieron.
No es que el mundo sea complejo o
sanguinario, el fenómeno está en que cada individuo es una materia
intelectual independiente con sus propias experiencias y razones que
la psiquiatría no puede obligar a que todos se comporten como si
fueran una máquina robotizada, con unos principios e ideas que están
encasilladas a un libreto para una película o una obra teatral.
Cada sociedad tiene una idiosincrasia que la hace actuar y estas
tres directrices se mueven como un roto trifásico que genera la
energía, que mueve una nación con esa dinámica que solo ellos pueden
entender como algo natural.
Cada uno de nosotros nos podemos preguntar en qué esquina de la
trifásica estamos y qué es realmente lo que busco para alcanzar mi
bienestar mientras deambulo en este planeta.
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Crónica #718
NOS CAMBIARON SIN PREGUNTARNOS
Por: Gustavo Álvarez Gardeazábal
Audio: https://www.spreaker.com/episode/56659534
Camilo Herrera, el director de Raddar, escribió en su columna de
Portafolio esta semana que el cambio en la sociedad es muy profundo
y muchos no lo están tomando en serio.
Según él, la población es diferente, crece más despacio y envejece.
Afirma que el ciclo de la vida de los chicos de ahora será crecer,
estudiar, no reproducirse, casarse, estudiar más, divorciarse,
estudiar otra vez, arrejuntarse con alguien que tenga hijos,
jubilarse, estudiar otra vez, morirse y no heredar pensión, lo que
dará lugar a una sociedad llena de padrastros y madrastras y por
supuesto con gustos y metas muy diferentes a las que nos han servido
para construir la sociedad actual.
Puede ser que tenga bastante de razón, pero olvida algunos
detallitos. Los muchachos de las últimas décadas son más altos en
estatura que quienes crecimos a mitad del siglo pasado, porque la
alimentación fue diferente.
A nosotros nos criaron con carne, arroz, papa, fríjoles y aguapanela.
A los que crecieron tanto en estatura, con leches especiales,
compotas y vitaminas. A los que van a ocupar este país en 20 años,
ya no les dan compotas sino alimentos balanceados y los menjurjes de
las nutricionistas y los pediatras.
A los viejos de hoy nos enseñaron con ábaco, tablas de multiplicar y
tableros con tiza para que aprendiéramos de memoria. A los de ahora
les dan computadores, celulares inteligentes y le dejan la
memorización al señor Google o a la IA.
Pocos usan el lápiz y más poquitos aún leen libros. Las normas no
son aceptadas sino impuestas por la moda o, como dicen algunos
genetistas, desarrolladas por el primer ciclo de vida donde se fijan
los caracteres.
Estamos entonces frente a una realidad que aceptamos
inconscientemente. Hemos cambiado tanto y nos hemos adaptado tan
velozmente que hasta los abuelos terminamos siendo digitales.
Lo que no oteamos es cómo terminarán siendo los que vienen y mucho
menos en qué o en quienes van a creer. Vamos muy rápido, demasiado
rápido.
El Porce, septiembre 2/2023
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