EDITORIAL
Los pseudo-solipsistas
Un país completamente atrasado, país del medioevo; Colombia le dicen.
En este país la decencia es algo variable, puedes defecar al pie de
la iglesia y dependiendo de quién seas la banalidad de la acción
cambiaria. Inclusive ¿Las afueras de las iglesias no se han vuelto
espacios sumamente políticos? los creyentes son acosados a las
afueras en busca de alcanzar su voto. Pero, ellos justifican todas
esas acciones, la contaminación auditiva, visual y el cúmulo absurdo
de propaganda tirada en los suelos dice mucho de nuestra sociedad;
Colombia un país con una cultura pseudo solipsista “"Solo sé que
existo yo, y todo lo demás existe únicamente en mi mente".
Hemos pervertido esta frase, o mejor aún la hemos pervertido a la
anarco-empirista… Sólo me importa yo, y todo lo demás existe en
cuanto a lo que yo quiera. En otras palabras, delimitan al mundo a
partir de sí mismos, un mundo en donde ellos afirman con ímpetu sus
necesidades, las cuales resultan ser más importantes que el resto.
Ver mis necesidades con mayor importancia que las del resto, genera
una constante justificación. En efecto, verse como lo más importante
implica que las acciones realizadas van cargadas de superioridad
entonces el otro pasa a ser afectado, de forma directa o colateral,
no obstante, este daño no representa mayor importancia siempre y
cuando esta acción me haya dado buenos resultados.
La fórmula de la superioridad genera justificaciones, las
justificaciones, un pragmatismo y este pragmatismo genera el ciclo
repetitivo del distanciamiento entre sujetos como ciudadanos, en
otras palabras, entre mis acciones más afectan a los otros, estos
últimos entenderán que para sobrevivir debe de adoptar la fórmula de
la superioridad para así decantar en una sociedad esquizoide; todos
con representaciones y finalidades diferentes, generando así un país
en el que todos hacemos presencia pero nunca una simbiosis como
sociedad.
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La neutralidad nos permite vivir en
cordialidad con todos
Por: Zahur Klemath Zapata
zapatazahurk@gmail.com
Tardé muchos años en entender porque debía ser neutral y asumir una
posición que me permitiera vivir tranquilamente en este mundo
convulsionado.
Comencé a leer a edad muy temprana por un impulso que nacía de mis
inquietudes en conocer de todo. Vi a mi madre leer y leerle a mi
padre novelas, libros de historias más otros de personajes. Esto me
estimuló y creó en mí un apetito a la lectura.
Uno de mis maestros, Roberto Rivas, una vez me dijo cuándo paso por
el lado de mi pupitre, Oye Zapata deberías comenzar a leer los
griegos que ahí está la raíz de la historia de la humanidad. Estas
palabras me llamaron la atención, y en verdad por ahí comencé. No me
canse de leer a los griegos hasta que descubrí la literatura latina
y fue como si el bosque se hubiera encendido.
Con la lectura y el conocimiento a temprana edad nace la arrogancia
interna y como si el viento ventilara lo lanza a uno a actuar como
un extravagante intelectual al mundo de los iletrados. Muchos lo
admiran y una gran multitud lo rechaza. Solo aquellos que navegan
por esos mismos lodazales se empantanan con uno.
Así conocí a la mayoría de intelectuales de este continente con los
que compartí la misma arrogancia. Es una vida entre muchas cosas y
nada, sobre todo porque en América Latina cuando yo crecía era muy
analfabeta y no se podían dar los lujos que uno se da en Norte
América.
En una de mis viajes por Sudamérica, estando en el Perú, conocí a
Chabuca Granda, Yo estaba loquito haciendo todo tipo de espectáculos
para llamar la atención. Un día me encontré con Chabuca y ella me
tomó del brazo y me dijo “vamos a almorzar”. En el almuerzo me
explico sobre la fama y lo que implicaba ella, además me dijo que no
me preocupara que mi camino ya estaba marcado y que, aunque hiciera
por hacerlo más relevante no iba a cambiar. “Cuídate de la fama” fue
lo último que me dijo.
Al poco tiempo comencé a concentrarme en mi mundo filosófico y a
escribir y desarrollar toda esa filosofía que hoy me persigue como
hijos y nietos y yo medio escondido como un anónimo más.
Ser neutral no es fácil, hay muchas tentaciones que lo impulsan a
uno a confrontar las cosas que pasan en el mundo, eso implica
revolcarse con todo el mundo en discusiones que nunca cambiará
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nada. Pero uno estará en medio de la discusión como
otro abanderado de ideas que solo duraran lo que duran las
emociones.
Crónica
#726
LO QUE FALTA ES VERRAQUERA
Gustavo Alvarez Gardeazabal
Audio:
https://www.spreaker.com/episode/56786630
Este país se echó con las petacas. Como a quienes nos gobiernan les
resulta mejor remendar el vestido viejo que comprar un vestido
nuevo, nos hemos ido acostumbrando a solucionar los problemas con
subsidios del estado para calmar a todo el que chille.
Y de las grandes obras, de esas que dan vuelco a un país y generan
desarrollo, no se volvió a hablar. Mucho menos de aquellas que
solucionan problemas a largo plazo y generan desarrollo futuro.
No sé cuánto tiempo llevamos con el perendengue de la carretera al
Llano. Cada tanto tiempo se cierra. Cada aguacero se derrumba. Y
ahora, por un temblor de 5.8 lleva tres semanas viniéndose a
puchitos impidiendo el tráfico, aislando la producción agrícola y
ganadera de la llanura oriental y elevándose los costos para muchas
cosas.
Se habla siempre de la emergencia, pero no se habla de construir
otra carretera, por otro trazado, con túneles como lo han hecho en
Antioquia. Nada de eso. Prefieren los pañitos de agua tibia.
De la misma manera seguimos con otro problema, aún más viejo, el de
la carretera de Pasto a Popayán. A punta de remiendos, de
emergencias a las carreras reparamos el daño, pero nadie presenta
una gran solución, una carretera que vaya por otro lado y esquive
los problemas que desde 1928 tiene la actual.
Y ni qué decir de la falta de empuje para realizar la ampliación a
doble calzada de la carretera entre Cali y Bogotá en los 37
kilómetros que hacen falta entre La Paila y La Tebaida. Y que tal el
listado de limosnas que han repartido esta semana para no dejar
morir esos equivocados esperpentos de los sistemas de transporte
masivo, Mios y Transmilenios.
Y el subsidio con que van a ayudar a los taxistas a pagar la
gasolina tan cara. Y el subsidio que les facilitan, de manera
indirecta, a los cañicultores y transportadores con el etanol para
cuadrarles el despiporre. Es una falta de visión y de verraquera
para afrontar el futuro y ello solo lleva a la resignación de los
mediocres.
El Porce, septiembre 14 del 2023
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