Fundado el 9 julio de 1948

Por Rafael Cano Giraldo -1948-1981

Publisher: Zahur K. Zapata - 1981 –

  Las opiniones expresadas por los columnista son de su exclusiva responsabilidad y no comprometen el pensamiento de El Imparcial

Pereira, Colombia - Edición:13.140-720

Fecha: Martes-03-10-2023

 

EDITORIAL

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EDITORIAL

 

¿A quién le pertenece la estabilidad?


Un país perdido en la poca empatía. Los jóvenes empoderados en su propio mundo, los adultos-jóvenes dislocados en sus locuras, los adultos en sus metas y los adultos de tercera edad; bueno, existen dos tipos de estos últimos adultos. Los que tuvieron suerte de encontrar un buen trabajo, permitiéndoles generar un patrimonio indiscutiblemente estable, estabilidad que fue cedida a sus descendientes, generando así, aun con altibajos, un constante final feliz. Más, los segundos, los adultos mayores que trabajaron por su cuenta, privados de cualquier tipo de proyección, son una historia totalmente diferente.

Los adultos que no han hecho más que trabajar en toda su vida, son explotados y ahora despreciados por que son lo suficientemente “viejos” para poder ejercer un trabajo bien remunerado sin necesidad de tener un título o conexiones. En efecto, podríamos ser un poco ignorantes y afirmar -quién los mandó a no ahorrar, seguro se lo gastaron en alcohol o demás-. Pero la realidad es otra, estos adultos de la tercera edad son el resultado de una sociedad inestable, que priorizó siempre ciertas capacidades o características, dejando aquellos que sólo resurgió en su mente la idea de sobrevivir. Cada día durante décadas, este fue el pensamiento que entumecía cada parte de su piel y que evidentemente seguirá tomando cada una de las neuronas que podrían utilizar para pensarse en una salida.

Este es a nuestro parecer un problema de salud pública, incluso de seguridad. La gran mayoría de estos adultos viven en condiciones lamentables, pero su falta de conciencia económica los lleva a atenderse a partir de las deudas, los famosos gota a gota, a los cuales acceden a este tipo de adultos, representando en gran medida los ingresos de estos prestamistas que con tasas increíbles logran obtener ingresos exorbitantes. Pero, cualquiera que se haya fijado en los puestos ambulantes se podría haber dado cuenta que todos tienen este tipo de prestamistas, de hecho, parece que es la cuota de inscripción para ser vendedor ambulante; tener un gota a gota que lo exprima. En este orden de ideas, deberíamos preguntarnos ¿quién provee estos préstamos? ¿De dónde proviene todo este dinero? o de forma definitiva ¿Es de legal procedencia? nadie podría afirmarlo ni negarlo.

En orden de lo anterior, adultos de bajos recursos con imposibilidad de conseguir buen trabajo se transforman en el mejor postor para un gota a gota, el cual recolecta las riquezas, que no declaran, ni mucho menos aclaran la procedencia, desde nuestro punto de vista suena un negocio muy rentable y una muy buena fachada.

 

 

 

 

Alianza de los dueños de la miseria social

 

Por: Zahur Klemath Zapata

zapatazahurk@gmail.com  

 

Puedo hablar porque he vivido lo suficiente como para distinguir entre el bien y el mal. Además, tengo la capacidad de la razonabilidad que me permite separar las cosas comunes de las cosas del intelecto. Cosa no común en el ser humano. Porque el ser humano es empírico y su intuición la tiene relegada a la magia y las cosas religiosas.

La mayoría de los textos son historias fantásticas que han entretenido a generaciones de adultos con mente de niños y que los hace vivir en ese mundo mitológico. Esa es una verdad que no se puede rebatir porque está incrustada en la genética de millones de seres humanos, es removible porque si se quita desencaja a la humanidad. Y dejaríamos de ser esa comunidad humana multifacética.

En toda esta composición de elementos humanos hay tres corrientes que rigen el planeta y que es muy difícil de escapar de las manos de ellas. La religión, los políticos y los ladrones. Es como si fuera una alianza que gobierna lo existente y que es imposible eliminar porque está presente como la vida misma.

Colombia es un país inmaduro que no ha podido añejar intelectualmente y que cada día es como si nada hubiera cambiado. Cualquiera persona mayor de 70 años puede hablar mejor que yo y hacer un recorrido en su vida para encontrarse que la ruleta de su existencia ha pasado por los mismos caminos una y otra vez y que sus vecinos no han comprendido que aún siguen en lo mismo.

Cuántos crímenes se han cometido en los más de doscientos años de existencia del país de personas que han querido ayudar a que el país avance para bien. Y seguirán muriendo y todo quedará como un muerto más en la interminable lista. Porque morir asesinado es parte del estándar de muerte en el país.

La alianza tácita de la muerte, “como una muerte anunciada”, permanece como parte de la naturaleza colombiana. Es una palabra que escuchamos en todas las formas como si su significado fuera no tuviera el valor terrorífico que ella expresa y se siente en otras latitudes.

Por eso hay esa alianza de miseria entre los políticos, los ladrones y los reducidores, porque es la forma de mantener a los ciudadanos entretenidos mientras unos roban, otros compran lo robado y los políticos reponen lo robado para ganar los tres de esa jugada magistral. ¿Y quién paga? Ya todos sabemos de dónde sale el dinero.

Lo más interesante de todo esto es que los ciudadanos que son los dueños del poder, apoyan a los mismos que mantienen la
cadena de calamidades votando por ellos y no ejerciendo  el voto en blanco que es el

 

 

 

que les da el poder para rechazar todo ese desorden que se ha establecido por décadas de malos gobiernos o administradores públicos.

Si uno se detiene un momento a racionalizar todo lo que está pasando y decide decir basta a todos estos atropellos las cosas irán cambiando para que las nuevas generaciones puedan vivir en paz y agradecernos lo que hicimos por ellos.

 

Crónica de Gardeazábal # 739

 NO ES LO MISMO METER QUE SACAR


 

Gustavo Álvarez Gardeazábal

 

Audio:

https://www.spreaker.com/episode/57026761

No es lo mismo supervisar para aclarar o exigir cumplimiento que intervenir para impedir el curso normal de los acontecimientos. Tampoco es lo mismo respetar un fallo que negarse a cumplirlo. Ni mucho menos resulta ser lo mismo actuar como juez y terminar como parte al emitir el veredicto. Todo eso parece estar pasando por estos dias electorales y el panorama en vez de apaciguar ánimos y alejar la agresividad del debate, parecería que se estuviera agriando.

Gracias a la estructura ambigua conque la Carta del 91 dotó al Consejo Nacional Electoral, este organismo ha terminado convertido en una guillotina y no en un controlador de las diferencias electorales que puedan surgir en una democracia. Asumiendo a veces papeles que le corresponden al Consejo de Estado o a los jueces ha decidido intervenir para anular de un tajo las inscripciones de candidatos por protuberantes o discutibles que resulten las circunstancias de cumplimiento a las normas de garantías electorales. De manera contundente con sus determinaciones ha modificado el panorama electoral del Valle, Santander, Santa Marta y Maicao entre otras. Pero lo grave no es que haya fallado en derecho o en contra de ello, sino que ha precipitado que el primer mandatario intervenga a cuestionar sus fallos y que la antigua presidente del Senado y candidata a la gobernación de su departamento, le exija al presidente que no genere esas revueltas porque a más de dañar el clima electoral, polarizándolo ,lo presenta como un mandatario que se lleva las normas constitucionales por los cachos como cualquier vaca en las corralejas sucreñas.

El Consejo Electoral se puede equivocar, pero no la víspera de cerrar los plazos electorales. El presidente puede estar de acuerdo o no con las determinaciones de las Cortes pero no debe parcializarse contra ellas sin generar la desobediencia civil y sobre todo, las elecciones no se pueden dañar por los irresponsables que aúpan el desorden como fórmula victoriosa.

El porce, octubre 3 del 2023

 

 

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