Fundado el 9 julio de 1948

Por Rafael Cano Giraldo -1948-1981

Publisher: Zahur K. Zapata - 1981 –

  Las opiniones expresadas por los columnista son de su exclusiva responsabilidad y no comprometen el pensamiento de El Imparcial

Pereira, Colombia - Edición:13.145-725

Fecha: Sábado-14-10-2023

 

EDITORIAL

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EDITORIAL

 

Discurso protocolario


Los políticos expresan, vociferan y alardean de un inagotable léxico vacío. Constantemente nos movemos entre una serie de discursos que llegan a nuestros oídos, siempre intentando mostrarse de forma clara y precisa. Pero, creer que en muchos casos las palabras transmiten lo que se “quiere decir” sería un gran engaño. En ocasiones sólo se debe a la imposibilidad del locutor, en otros al desconocimiento, es decir, manejamos un lenguaje supremamente amplio pero poco profundo.

Tenemos un cuerpo específico para cada palabra. Sabemos distinguir la palabra paz de guerra, de libertad y esclavitud, no obstante, no conocemos los significantes que recorren cada uno de estos significados, en ese desconocimiento el sentido parece perderse, cae bajo el control del sentido comun y con eso crea una extraña comprensión normalizada de cualquier concepto que se exprese, llegando al punto de ser confundida con un significado casí natural.

Sin embargo, si existe algo que sea completamente natural, de seguro no es el lenguaje, el lenguaje no se da sin más, el lenguaje en una construcción social de significantes que se logran agrupar en un significado. Más, que se haya olvidado este proceso de la creación de los significados y con ello de los conceptos, crea un total caos produciendo de tal forma un discurso que no logra distinguirse con simples graznidos de animales o cualquier tipo de contaminación auditiva, de hecho, es más clara la bocina de un auto que el discurso de un político.

El lenguaje del ser humano contemporáneo parece ser tan sólo una corporalidad, inerte, sin órganos, sin significantes, nuestros contratos orales se mueven por presuntos, nunca por exactitudes, de tal manera es cómo nuestro siglo sólo se inmiscuye más y más en una sociedad, sin lenguaje, sin palabra, puesto que nadie ha podido pensarse en los significantes, en muy pocas ocasiones nos preocupamos para que nuestras palabras sean totalmente entendidas, sólo rellenamos vacíos en el ambiente, nunca se puede pensar en la profundidad de las palabras.

De lo anterior no se nos hace extraño la facilidad con la que los políticos cambian sus discursos, propuestas y demás, después de todo se ha normalizado no entender al otro, pues para entender al otro, se supone un pensamiento crítico y antes de eso una escucha crítica, pero, a que se le puede imponer una crítica racionalista, si no hay nada que escuchar, si desde un principio el locutor no está produciendo ningún tipo de sentido que se direccione a la mente, es decir, no se puede pensar aquello que no tiene la intención de crear un fenómeno de reflexión ¿entonces, qué nos queda? Sólo nos queda exigir que las palabras de nuestros líderes o compañeros ciudadanos posean tal lenguaje, un lenguaje cargado de significantes, de profundidades, de sentidos: Claros que nos lleven a otorgarle un alma a este cuerpo que luego agrupe una serie de órganos de la comprensión. De ser esta tarea muy aburrida para nuestro quehacer día a día; sólo nos queda adentrarnos en una sociedad sin vida y llena de frustraciones, individualismos y miseria, es decir, de manipulación y engaños.

 

 

 

Los carroñeros que olvidaron sus raíces

 

 

Por: Zahur Klemath Zapata

zapatazahurk@gmail.com  

 

Cuando crecía e iba a la escuela, muchas veces escuche al maestro decir que los indios no tenían alma y que los perros eran más valiosos que esos animales. Estaba en tercero de primaria y ya me perfilaba en lo que hoy soy. Lo escuche decir esas palabras y eso me hizo afinar el sentido de la razonabilidad.

Ese maestro hoy debe de estar enterrado bajo la misma tierra de sus antepasados aborígenes en el más completo olvido.

La tierra nunca ha sido de nadie, el que la reclame como propia, sobre ella vivirá sólo para labrarla y morir esclavo de ella.

Los primeros humanos y descendientes han vivido como parte de ella y han convivido en paz. Pero unos sicópatas de los primeros siglos cuando la Mesopotamia y la Grecia eran colmenas todas funcionaba bien. Esto duró hasta que un arrogante guerrero macedonio conquistó parte del mundo y cambio el orden de la tenencia de la tierra.

Los españoles por azar apoyando a Colón llegaron a estas tierras donde antes habían llegado otros navegantes y se regresaron dejando todo intacto como lo encontraron.

Castilla y León, un mísero territorio se lanzó a la devastación de un vasto continente y lo que era de todos los que lo habitan lo hizo propio blandiendo una cruz y una espada asesinando millones de sus habitantes.

Hoy siglos después, los bastardos descendientes que no pudieron regresar reclaman las tierras que no son de nadie y que las han habitado los aborígenes en ella.

En Colombia el Estado carroñero los desplaza y les asigna territorios como si esas tierras no fueran de ellos. Y lo más interesante es que bandidos de todas las calañas reclaman como propio lo que nunca ha tendido dueño. Y por eso se creen que son dueños y demarcan territorios para sentirse dueños de una tierra que siempre estará ahí.

El aborigen no tiene el sentido de la propiedad porque no hace parte de su información genética, todo es de todos y por eso toman lo que encuentran si les es útil para comer o fabricar sus cosas básicas.

El descendiente del macedonio todo lo ve como un tesoro y quiere apropiarse de lo que encuentra a su alrededor. Lo marca, lo titula y lo convierte en un negocio para oprimir al otro. Mientras que el nativo ve las
cosas como parte del todo y para todos. Por eso es que nace el crimen, por esa sed de poseerlo todo y sentirse dueños de todo. Así nace el mercado de las cosas. No el canje, yo tengo y tú tienes e intercambiamos elementos según nuestras necesidades.

Las leyes exitosas son aquellas donde las participaciones de todos se combinan entre unas cosas y otras y se llenan los vacíos con la aportación de todos.
 

 

 

La democracia obliga a elegir a unos individuos por una minoría que al final son ellos lo que esclavicen a sus electores obligándolos a pagar impuestos para que ellos construyan un establecimiento que permite crear la corrupción más monumental.

Este continente evolucionaba lentamente y todos vivían al ritmo de su quehacer cotidiano al igual que los que habitan la amazonia o las selvas profundas de este continente.

Solo cuando llega el invasor blandiendo su espada y sus leyes, la tierra se convierte en una cloaca de su humanidad.

 

 

Crónica # 748 de Gardeazábal

HOY ES VIERNES 13 Y MAÑANA ECLIPSE

 


Gustavo Alvarez Gardeazábal

Audio:

https://www.spreaker.com/user/8676384/2023-10-13-05-54-22-computer-record

Los discípulos de Nostradamus, los agüeristas que todavía conservan la tradición, pero en especial los muchachos de la generación del dedo pulgar y la pantallita andan curioseando por el par de eventos de hoy y mañana que se han juntado para trasgredir las mentalidades apocalípticas de la civilización judeocristiana. El que se haya sospechado siempre que el viernes 13 es un día fatídico donde casi siempre suceden episodios que remueven la humanidad y quienes creen con temor que un eclipse total de sol arrebatándole así sea por minutos u horas la luz a toda una franja de la geografía universal, en especial a Colombia, parecería que tiene profundos significados o terroríficas advertencias.

El hecho de que esos dos fenómenos estudiados y previstos desde tiempos inmemoriales coincidan con el amago de una guerra de venganza de Israel y la respuesta fatídica de los ayatollahs iaraníes. Pero sobre todo que los astrónomos hayan dicho que el mejor sitio para ver el eclipse es entre Tuluá y Trujillo porque la corona entera se tapará perfectamente en esa franja, ha hecho pensar que las circunstancias no son tan fortuitas y que las guerras de Tuluá arreciarán. Es posible todo ello y mucho más en la dimensión desconocida, pero para los que no creemos en esas apreciaciones sentimentales y caprichosas y cada vez nos apegamos más a la claridad de la ciencia, nada de lo que se teme que puede pasa hoy y el sábado 14 podrá perturbarnos mas allá de la alegría.

NOTA: quienes no pudieron asistir el estupendo conversatorio que hicimos anoche en la Feria del Libro de Cali con el editor de Occidente Mauricio Rios, les recomiendo que lo vean esta noche por Telepacifico a las 9 y 15 pm .Estoy seguro que se divertirán con tanta herejía juntas.

El Porce,octubre 13 del 2023

 

 

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