Pereira, Colombia - Edición:13.173-753

Fecha:Sábado-09-12-2023

 

TECNOLOGÍA

 

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La computación cuántica y las supercomputadoras que revolucionarán la tecnología

 


Vivimos en la era de la tecnología, pero aún no lo hemos visto todo: la computación cuántica, que en los últimos años ha dado pequeños -pero importantes- pasos que promete revolucionar casi todo lo que conocemos.

En un mundo binario de unos y ceros, los computadores cuánticos serían como los Albert Einstein de la informática, cerebros electrónicos extraordinarios capaces de realizar en unos segundos, tareas casi imposibles para una computadora clásica.

¿Qué es la computación cuántica?

Esta rama de la informática se basa en los principios de la superposición de la materia y el entrelazamiento cuántico para desarrollar una computación distinta a la tradicional. En teoría, sería capaz de almacenar muchísimos más estados por unidad de información y operar con algoritmos mucho más eficientes a nivel numérico, como el de Shor o el temple cuántico.

Esta nueva generación de supercomputadores aprovecha el conocimiento de la mecánica cuántica -la parte de la física que estudia las partículas atómicas y subatómicas- para superar las limitaciones de la informática clásica. Aunque la computación cuántica presenta en la práctica problemas evidentes de escalabilidad y decoherencia, permite realizar multitud de operaciones simultáneas y eliminar el efecto túnel que afecta a la programación actual en la escala nanométrica.
 


El secreto de este tipo de equipos reside en su capacidad para generar y manipular bits  

 

 

 

cuánticos, conocidos como qubits.

¿Qué es un qubit?


La informática cuántica utiliza como unidad básica de información el qubit en lugar del bit convencional. La principal característica de este sistema alternativo es que admite la superposición coherente de unos y ceros, los dígitos del sistema binario sobre los que gira toda la computación, a diferencia del bit, que solo puede adoptar un valor al mismo tiempo uno o cero-.



Esta particularidad de la tecnología cuántica hace que un qubit pueda ser cero y uno a la vez, y además en distinta proporción. La multiplicidad de estados posibilita que un ordenador cuántico de apenas 30 qubits, por ejemplo, pueda realizar 10 billones de operaciones en coma flotante por segundo, es decir, unos 5,8 billones más que la videoconsola PlayStation más potente del mercado.

Los qubits tienen algunas propiedades cuánticas peculiares, y entre ellas se destacan la superposición y entrelazamiento, que forman grupos para proporcionar una potencia de procesamiento exponencialmente superior a cuando se utilizan bits en sistema binario.

La superposición cuántica


La mayor particularidad de los qubits es que, al contrario que los bits que solo pueden ser unos y ceros, son capaces de tener tres estados: uno, cero, y uno y cero simultáneamente. Esta capacidad de representar varios estados al mismo tiempo es lo que se llama superposición, y para que los qubits lleguen a este estado, es necesario manipularlos con láseres de precisión o rayos de microondas.

Gracias a este fenómeno (que parece imposible) un computador cuántico con varios qubits en superposición puede procesador una ingente cantidad de resultados de cálculo

de manera simultánea. El resultado final de un cálculo surge solo una vez que se miden los qubits, lo que inmediatamente hace que su estado se “colapse” a un uno o un cero.

El entrelazamiento cuántico


Los ingenieros pueden generar pares de

 

 

 

qubits que están “entrelazados” o “enredados” entre sí, lo que significa que ambos miembros de un par existen en un único estado cuántico. Cambiar el estado a uno de estos qubits cambiará inmediatamente el estado del otro, y esto sucederá incluso si estuvieran separados por largas distancias.

Nadie sabe muy bien cómo funciona exactamente este “enredo”, e incluso Einstein lo definió como una “acción espeluznante a distancia”, pero el caso es que es clave para el poder de computación de los ordenadores cuánticos. En un computador convencional, duplicar el número de bits duplicaría su potencia de procesamiento, mientras que en una máquina cuántica se produce un aumento exponencial de su capacidad.

Así, las computadoras cuánticas aprovechan estos qubits enredados en una especie de cadena (Daisy-chain) para hacer su magia. La capacidad de estas máquinas para acelerar los cálculos utilizando algoritmos cuánticos especialmente diseñados para esto es la razón de que haya tanta expectación sobre su potencial.

¿Qué uso tiene un computador cuántico?


Una de las aplicaciones más prometedoras de estos sistemas es simular el comportamiento de la materia a nivel molecular. Los fabricantes de automóviles como Volkswagen o Daimler ya utilizan computadores cuánticos para simular la composición química de las baterías de los coches eléctricos para buscar maneras de mejorar su rendimiento, y las compañías farmacéuticas los emplean para analizar y comparar compuestos que podrían conducir a la creación de nuevos medicamentos.
 


Las máquinas son también excelentes para resolver problemas de optimización, ya que con su potencia de cálculo son capaces de analizar un gran número de posibles soluciones para cualquier problema. Por ejemplo, la compañía Airbus los utiliza para calcular rutas de ascenso y descenso más eficientes para sus aviones, y Volkswagen ya ha presentado un servicio que calcula las rutas más óptimas para autobuses y taxis en las ciudades a fin de evitar atascos. Muchos investigadores también creen que la computación cuántica ayudará a desarrollar la Inteligencia Artificial a niveles que no podemos ni imaginar.
 

 

 

  

 

 

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