EDITORIAL
Es momento
de pluralizar a Colombia
¡Bogotá no es Colombia! Bogotá, ni ninguna de las otras capitales
son en sí más importantes que los municipios, ciudades o veredas.
Desde el imparcial hemos podido evidenciar la absurda
desarticulación entre los departamentos y con ello de municipios,
llevando incluso a nuestra nacionalidad a padecer una extraña
metamorfosis, una en donde se es imposible reconocer como un
colombiano, en la medida que desconocemos toda la mayoría de sucesos
que se dan fuera de nuestra ciudad de residencia, llevándonos a
identificar como un bogotano, antioqueño, barranquillero etc…
Siempre sólo una identidad, nunca varias, siempre desconociendo,
sólo suponiendo el resto. Es por esta razón que, como periódico, El
Periódico El Imparcial ha decidido funcionar como un puente, que
informe, identifique, expanda y manifieste la pluralidad que tiene
nuestro país tanto en Política, cultura, tecnología, las muchas
problemáticas y sucesos que pueden llegar a tener nuestro país.
Sin embargo, intentar exponer la pluralidad de nuestro país desde la
perspectiva de un capitalino, nos resulta totalmente hilarante, se
nos es imposible lograr llegar hasta cada región por nosotros mismos,
es por esto que el Periódico El Imparcial decide abrir sus puertas
hacia todos los reporteros, columnistas, etc… que busquen mostrar
sus perspectivas, o los sucesos de sus ciudades donde residen. De
esta manera nuestro periódico se convertirá en el periódico de las
regiones, un periódico que busque mostrar las múltiples perspectivas,
acciones, obras y noticias que suceden en nuestro país a diario. De
esta manera, El Periódico El Imparcial podrá mostrar la forma más
clara del periodismo: mantener informados a sus lectores, en nuestro
caso informar sobre Colombia haciendo hincapié en cada una de sus
regiones, para así reconocernos, no por regiones, sino como
colombianos.
Para aquellos que encuentren de esta editorial un motivador para
mostrar su quehacer periodístico pueden informarse con mayor
claridad escribiendo al correo electrónico:
noticiaselimparcial@gmail.com
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Glocal
Edgar-Cabeza
El mundo global
existe en el mundo local. Saber caracterizar el mundo local
significa presentar y representar apropiadamente el mundo global. La
globalización como producto humano del libre mercado está sometido
al poder real, virtual e imaginario de oferta y demanda, propio del
sistema capitalista. La ciudad, producto del ensayo y error de la
creación colectiva, de la llamada sociedad del conocimiento,
clasifica a las ciudades entre ciudades globales y ciudades
mundiales.
Las ciudades globales Beta, de alta eficiencia y tecnología, son
aquellas que tienen un conjunto de computadores capaz de atender las
peticiones de un cliente y devolverle una respuesta en concordancia
mediante la tecnología digital como el resultado entre ciencia e
ingeniería aplicando métodos para desarrollar sistemas que se ven
expresados en imágenes, números y datos que permiten automatizar
procesos de cómputo potentes y programar la prestación de servicios,
relacionados con las actividades domesticas, industriales,
financieras, comerciales y sociales como la salud, la educación, las
fuerzas militares, la policía y los sistemas de vigilancia y control
de la circulación del tránsito de vehículos terrestres,
marino-fluviales y aéreos que transportan personas, animales y
cosas. Las ciudades que prestan estos servicios son: Nueva York,
Londres, Paris, Tokio, Beijing, Nueva Delhi.
Hay otras ciudades llamadas ciudades mundiales, ciudades analógicas
relacionadas manualmente con objetos a las que se les presta el
servicio digital mediante artefactos digitales con funciones
automáticas y programadas que imitan el funcionamiento de la mente
humana, básicamente el teléfono celular.
Según Gartner Inc., en el año 2020, el total aproximado de
dispositivos tecnológicos interconectados entre sí mediante el “IoT”,
acrónimo de “Internet of Things”, “Internet de las Cosas” era 20.4
mil millones en todo el planeta.
Bogotá es una ciudad mundial metropolitana, es un centro político
administrativo que gobierna centralistamente la periferia del
territorio nacional con sus bienes públicos y privados insertada en
la globalización del mercado como una ciudad que maneja un Estado
ajeno, marginal y subordinado, ajeno y marginal a las comunidades
locales y subordinado a las ciudades globales.
El modelo de desarrollo de la republica democrática colombiana es
extractivista de recursos naturales del agua, suelo y subsuelo desde
que la hacienda pública decidió en cabezas de Tomás Cipriano de
Mosquera y Florentino González, entre 1846 y 1848, que lo que más le
convenía al tesoro público de la nación era ser exportador de
materias primas con destino a los países ricos e inteligentes en
razón a que la ciudadanía colombiana era pobre e ignorante, en tanto
que Norteamérica y Europa contaban con inversionistas ricos e
inteligentes que requerían de materias primas para su crecimiento
económico y que se podía vivir de la renta de explotar y exportar
suelo, subsuelo y agua de manera gratuita y poner al pueblo a vivir
bien a costa de los recursos naturales.
La inserción local al mundo global es resistente y reexistente. El
territorio local representa la biodiversidad del mundo global ya que
ella contiene espacios naturales y ambientes distintos en los que
existen formas únicas de ser pertinentes,
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con identidad de especificidades en los que la
biodiversidad triunfa sobre el reino de la homogeneidad y la
globalidad es reconocida por la localidad en cuanto que la
globalidad reconoce la localidad es un asunto de educación, en la
ecología de los saberes. El economista Jorge Pulecio revela un
contenido sustantivo al respecto de cómo el
territorio de Colombia es “la joya de la corona extractivista,
corrupta y criminal, refugio de los vende-patria del mundo”.
El derecho del peatón sobre los vehículos
Por: Zahur Klemath Zapata
zapatazahurk@gmail.com
Siempre estoy viendo gente
corriendo y cediéndole el paso a los vehículos porque el que va frente al timón
se siente dueño de las carreteras. No tienen la más mínima responsabilidad y
respeto sobre el que va a pie, ellos son los dueños del espacio vial.
Si no se legisla drásticamente sobre esta materia seguiremos viviendo en un
mundo criminal. Hay que educar antes de entregarle la licencia o pase de manejar
al nuevo rey del volante. Es una educación simple y puntual que cada persona
debe saber que no debe hacer mientras este frente al volante. El peatón lleva la
vía, la imprudencia del conductor mientras este manejando en la ciudad por las
calles puede generar todo tipo de accidentes. La diferencia en vías de velocidad
donde los conductores ellos por lo general tienen más cuidado porque sus vidas
ya están en juego.
La semaforización es importante, porque de ella depende la vida de ambos.
Siempre se debe indicar que los vehículos no pueden voltear como si ellos
llevaran la vía. Siempre hay gente cruzando cuando cambia el semáforo para donde
la luz marca verde, pero los vehículos se hacen dueños de ese derecho del
peatón. Ese derecho no lo tienen, pero lo invaden.
Los borrachos son otro dolor de cabeza, siempre ellos creen que están bien y
realmente están mal, aunque haya tomado solo una copa. El organismo tiene
momentos en que no es capaz de asimilar nada y todo se pierde en un segundo.
Los accidentes vehiculares han causado más muertes que una pandemia. Y los
borrachos al frente del volante son criminales en potencia, que generalmente
ellos quedan vivos mientras dejan familias con un dolor que jamás va a terminar.
Colombia ha tenido una mortandad alta por accidentes de tránsito sin contar los
miles que quedaron lesionados o inválidos. Los dolientes son muchos al igual que
los que quedaron huérfanos. Muchas de estas muertes y lesiones se pudieron
evitar si hay una educación y una legislación fuerte para que los conductores
tengan conciencia de la responsabilidad que se tiene cuando se está al volante.
Cuando estoy en Colombia siempre estoy pendiente de los conductores, de esos que
manejan autos grandes, por lo general ellos se sienten dueños de todo. Cuando
voy a cruzar levanto la mano en señal de que paren y los voy mirando mientras
cruzo con cara de mala gente y ese contacto visual hace reaccionar al conductor
y me deja pasar tranquilamente. Esto no quiere decir que todos van a actual
correctamente en un mundo donde el crimen casi siempre queda impune.
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