EDITORIAL
Libertad y
libertinaje social
Nietzsche afirma con ímpetu el distanciamiento que existe entre un
sujeto y otro. El distanciamiento que existe entre cada uno de los
seres humanos se da en la imposibilidad de conocer el porque los
otros hacen o dicen, en su totalidad. En otras palabras, cada
palabra o acción siempre carece de una expresión total al momento de
su predicación, en este orden de ideas, cualquiera podría afirmar
que no existe ningún lazo entre los sujetos, pero es aquí que las
relaciones humanas cobran su momento místico, aún en el
desconocimiento del motor que generan palabras o acciones, existe un
respeto a ese sujeto, este respeto nos hace intentan descifrar
aquello que sus labios suelen producir.
Este lazo, crece conforme al respeto; es directamente proporcionar.
Entre más fuerte es el lazo mayor respeto y por ende la
responsabilidad que tenemos por los otros, aquellos que funcionamos
como receptores intentan resolver las entrecruzadas palabras o
acciones que el otro expresa, esa es la nuestra responsabilidad del
receptor, mientras cuando funcionamos como locutores es intentar
decir de la manera más clara aquello que queremos mostrar.
En el orden de ideas anterior es donde nace la forma más clara de
ser libre. Es decir, cuando el respeto y la responsabilidad se
mueven por alguien, entendemos de que todas nuestras acciones
repercuten en esta otra personas, en otras palabras, no se es libre
a la hora de tomar decisiones, se es libre en cuanto a decidir a
quien le entregó esa responsabilidad.
La relación interpersonal es una habilidad social que se ha dejado
de lado. Es decir, acumulamos relaciones pero nunca nos damos cuenta
la responsabilidad que acogemos cuando nos relacionamos con otros,
simplemente se supone en la actualidad que el otro va a entenderme y
por ende se va a enajenar de cualquier tipo de responsabilidad sobre
algún otro. El pensamiento ególatra y libertino de los seres humanos
los ha llevado a olvidar que sus acciones recaen sobre todo el grupo
con el cual a creado una relación y pasar por alto las intensidades
que se comparten, muestra la inmadurez de nuestra sociedad, una
sociedad de sujetos caídos en el libertinaje, libertinaje que ha
llevado a nuestra sociedad a ya no generar un distanciamiento, sino
un enajenamiento del otro, dando como resultado una sociedad
reducida a la utilidad, sociedad que ha olvidado su naturaleza y la
importancia de crear relaciones reales.
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Las
preguntas salen sin respuestas
Por Zahur Klemath Zapata
zkz@zahurk.com
Desde que tengo conocimiento sobre la vida pública en Colombia,
siendo muy pequeño escuche hablar de personajes siniestros que
gobernaban el país. Eso fue en los años 50s. Era otra época donde
reinaba la ignorancia popular y la gente creía en partidos políticos
al igual que la religión.
La idiosincrasia de estas sociedades que habitan el continente están
muy apegadas a las creencias religiosas y políticas, muy poco en el
raciocinio intelectual que otras tienen y han logrado avanzar en su
bienestar humano. Los jefes de los cultos son los orientadores y
manipuladores de las personas que carecen de independencia
intelectual y buscan allí llenar ese vacío y funcionar como súbditos
de ese epicentro de donde les absorbe y les alimenta el raciocinio
elemental.
Una sociedad de élites es muy difícil que avance y se congregue como
una empresa social y no de líderes. Mientras permanezca unida a un
liderazgo no va a poder avanzar porque normalmente los líderes son
psicópatas y son los dueños de lo existente sin que nadie se dé por
aludido. Excepto los independientes, autónomos o empresarios.
Lo que está pasando en la actualidad es que ya está entronizado un
líder que no tiene respeto por sí ni por la sociedad que lo ha
elegido. Sus faltas de asistencia demuestran que hay algo enfermizo
en él, algo que no está claro en su récord médico o de quienes
manejan su agenda laboral. Él ha sido elegido para administrar un
país y manejar los bienes de los colombianos, porque Colombia no es
una monarquía donde se ha nombrado un gobernante.
En derecho existe un precepto, como se hace se deshace. De esta
forma lo que quedó mal tejido se deshace para volverlo a tejer con
mejores tejedoras. Esta ha sido la regla que se ha venido empleando
en naciones donde la sociedad presiente que algo malo va a pasar o
está pasando.
Colombia es un país pequeño, a pesar que tiene millones de
habitantes y su economía es muy frágil. El dólar es una moneda
fluctuante que depende de muchos movimientos económicos a nivel
mundial para su estabilidad.
El peso colombiano podría ser una moneda dura si sus genios
economistas supieran hacer lo que realmente se debe hacer. En
Colombia hay más de dos trillones de dólares almacenados en millones
de familias que los han ahorrado de sus trabajos secretos, pero
están ahí, El gobierno americano lo sabe y está en silencio. Porque
está usando ese dinero en su contabilidad para poder girar dinero
respaldado en ese guardado.
Hay un mal manejo en la economía en este momento porque el líder
está ausente y sus alfiles no saben dónde están parados.
No hay que asustarse, lo que hay que hacer es organizarse y trabajar
para que el país se monte en los rieles que realmente debe estar.
SUELOS,
BIODIVERSIDAD Y LA PRODUCTIVIDAD DE ALIMENTOS
Por: Iván Roberto
Pulido G.
El suelo es la
capa superficial formada a través de siglos por la desintegración
lenta de las rocas por acción del agua, temperatura y vientos,
compuesto por materia orgánica, minerales, diminutos organismos
vegetales, animales, fundamento y medio en el que crecen las plantas
para producir nuestros alimentos.
Los suelos tropicales en su generalidad se componen de un 50% de
materiales minerales, 35% de aire, 10% de agua y 5% de materia
orgánica, todos elementos importantes por sí mismos a mantenerse en
equilibrio, muy en especial en la adecuada proporción de una materia
orgánica que estimule la actividad de más de 300 millones de macro y
microorganismos que pueden encontrarse presentes por hectárea de
tierra fértil, para el óptimo manejo de la nutrición vegetal
requerida por las plantas.
El tamaño de las partículas minerales que forman el suelo, determina
las propiedades físicas de textura, estructura y capacidad para
drenar agua, aire; asimismo muy importante la equilibrada proporción
de los dieciséis nutrientes esenciales para el funcional desarrollo
y crecimiento de las plantas, clasificados como macronutrientes que
incluyen el carbono, hidrogeno, nitrógeno, fosforo, potasio, calcio,
magnesio, azufre; y micronutrientes como el hierro, zinc, manganeso,
boro, cobre, molibdeno, silicio y cloro.
La interacción resultante entre la materia orgánica, minerales y
microorganismos aporta las condiciones especiales requeridas por las
plantas para absorber agua, nutrientes, desarrollar abundantes
raíces y disposición del carbono requerido por la fotosíntesis para
liberar oxígeno.
Sin embargo igualmente esencial de advertir los deterioros a los que
están expuestos los terrenos de cultivo por perdidas de materia
orgánica y nutrientes originados tanto por erosión, como por su
consumo lento durante el desarrollo y producción de los cultivos, al
ser usado para esa producción sin reponerse a su retorno de origen,
para el coherente equilibrio de la fertilidad y evitar el
agotamiento y degradación al no ser retroalimentado; a la fecha la
humanidad por estas y otras causas, ha sido culpable de haber
desertizado el 25% de la masa terrestre mundial y convertido un
adicional 16% en tierras áridas, razones que motivan a la
concientización total respecto al cuidado y protección de los suelos
que cultivamos y obligarnos a refundar o regenerar esa biodiversidad
arrebatada, contributiva a la destrucción de la mayoría de sus
ecosistemas.
Hoy solo el 12% de la superficie de la tierra es fácilmente
cultivable, por causa de tantos obstáculos que le hemos construido
para nuestro aprovechamiento y enriquecimiento, tras irresponsables
aplicaciones de venenos tóxicos, contaminación con aguas residuales,
desechos mineros e industriales, aplicación de herbicidas,
fungicidas e insecticidas
químicos, que
han derivado en bruscos cambios climáticos, temperaturas muy bajas
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muy bajas y
muy altas, huracanes, tsunamis, desglaciado de polares, reducción y
muchas veces carencia de nutrientes, excesos de sales,
erosión por irregulares manejos
ambientales, malas prácticas agrícolas y errados manejos de usos
normados de suelos.
Desde que se inventó el suelo,
la naturaleza le creo un equilibrio, protegido por una capavegetativa
que lo cubre, un follaje que le atenúa el impacto de lluvias, del calor del sol
y de los fuertes vientos, unas hojas caducas que le restituyen el humus y
microorganismos, ejemplo ambiental circular, que jamás hemos concientizado de
lograrlo copiar.
Lo inentendible es qué al
considerarnos tan racionales, no hayamos entendido que lo que necesitamos usar,
sin reponerlo se extingue, que es ley de la naturaleza, la venimos infringiendo,
nada hacemos para remediarlo, ni siquiera intentar analizar que el poder y la
riqueza acelerada por la codicia no es la imperiosa necesidad, desperdiciando y
aniquilando ese patrimonio de recursos naturales, en vez de gestionar y renovar
una gobernanza con un reestructuralismo ecológico acorde a las circunstancias,
que transite al pensamiento vivo de evitar el desperdicio y aniquilamiento de
los recursos agua, aire, bosques, oxigeno, vegetación, suelos inclusivos dentro
del desarrollo, reconstituyentes para un cambiante contexto socioeconómico,
ambiental, sostenible, estructurado como verdadero potencial de vida, obligante
en la sostenibilidad para sobrevivir.
El reducir la vegetación no es el camino, ni tampoco el uso de materiales y de
energías contaminantes, es una música que no concuerda en su letra con la
realidad, el nuevo criterio suena a darle oportunidad a principios éticos que
superen los excesos antropocéntricos, basados en una economía ecológica que
mejore la calidad de vida y más pronto que tarde convierta las restricciones
ambientales en políticas públicas, que adapten las instituciones al futuro
dentro de un enfoque sistémico de sostenibilidad ambiental, necesario de
preservar, donde definitivamente las preocupaciones ambientales se apoderen de
la agenda mundial, tras una integridad ecológica regida por ecosistemas
críticos, como punto de partida para el diseño de reglas de sostenibilidad, que
consideren el patrimonio natural y servicios ecosistémicos definitivos factores
críticos de vida, ¿de no ser así adónde nos dirigirá esta desconcertante
sociedad mundial?
Reinicio de una reconstrucción que podría dar inicio en forma mediata,
restaurando los ecosistemas degradados, asi como conservando los aun intactos,
fortalecer y crear áreas protegidas, promover la educación ecológica, producir
alimentos, Materiales y energía sostenible, garantizar el equilibrio de los
ecosistemas, reducir la erosión, regenerar los suelos con acondicionadores
orgánicos, usar biofertilizantes, rotar y sembrar cultivos asociados, entre
otras buenas prácticas, que conlleven a reconocer el valor del trabajo de la
naturaleza por millones de años para proteger la biodiversidad, y su
esencialidad para la vida planetaria.
El intento de imitar la naturaleza, es una coordenada ideal para mantener las
proporciones adecuadas de todos los elementos que integren un equilibrado
programa circular, por ejemplo mediante el reciclaje que por biodegradación
descompongan los residuos orgánicos en los elementos químicos que los forman, en
respuesta a la esencial preocupación que embarga a la humanidad por el aumento
desmesurado de los residuos que desechamos, que de no tomarse las medidas
preventivas para reducir esos volúmenes a los niveles más bajos posibles, en
futuro cercano no va a encontrar la tierra, un espacio para disponer eficazmente
toda esa enorme dosis de residuos que acumulamos, tema en el que hay que
participar activamente para concientización del resto de la sociedad.
La práctica tradicional de utilizar fertilizantes químicos, ha sido causa
principal del gradual descenso de materia orgánica de los campos, alterando el
ciclo natural del suelo y simultánea desaparición de microorganismos
descomponedores y articuladores de la mineralización estructural del humus.
En otros términos, el compostaje se convierte en una herramienta ideal para
crear las condiciones necesarias para que microorganismos descomponedores,
fabriquen mediante un proceso oxidativo biológico, un acondicionador de suelos
rico en materia orgánica, humus y nutrientes de alta calidad producidos en forma
natural y convertido en una de las mejores opciones para evitar la generación
global de entre 8 y 10% de las emisiones de gases de efecto invernadero, reducir
pérdidas y desperdicio alimentos en beneficio de la biodiversidad y del
equilibrio de los ecosistemas, para el logro esa armonía requerida por el medio
ambiente.
La naturaleza a través de sus síntomas, nos habla de sus problemas, nos brinda
todos sus frutos, los seres humanos los tomamos y desechamos sus residuos, sin
por lo menos intentar un lógico razonamiento ambiental del reducir, reciclar y
reutilizar en apoyo a la transición a sistemas alimentarios libres de impactos
negativos medioambientales.
Ejemplos claros de torpeza se han dado en la agricultura convencional, tras el
abuso por décadas en la aplicación de fertilizantes y tóxicos sintéticos,
inicialmente contributivos a la productividad, hoy día afectados con efectos
negativos para nuestros recursos naturales, variaciones de pH, deterioro de
estructura y microfauna, degradación de fertilidad, disminución de la capacidad
de producción, perjuicios económicos para la agricultura por altos costos de
producción.
Situaciones que motivan al cambio a nuevas tecnologías que permitan
reemplazarlos por fertilizantes orgánicos e insumos de origen biológico,
biofertilizantes, aminoácidos, ácidos húmicos, fúlvicos, algas marinas y hongos
benéficos como las micorrizas, que apoyan la agricultura sostenible, la
biodiversidad, los ecosistemas y el aumento duradero de la fertilidad del suelo.
La cadena de humus / minerales, concluye ser básica para mejora de la textura de
los suelos, la compacidad de los suelos arenosos, la permeabilidad y aireación
del suelo, la capacidad de retención de agua y radiación solar, la circulación y
penetración del agua, la colonización de raíces y el aseguramiento de
nutrientes, ante riesgos de lixiviación y escorrentías.
En contexto el compost, es uno de productos naturales más regenerativos del
suelo, sin compuestos químicos, libre de patógenos, con estructura aterronada
que le aporta al suelo, la permeabilidad, macro y micronutrientes y en muchos
casos eficiencia bactericida y fungicida por su efecto biológico antagónico
natural.
¿Qué esperan los gobernantes del Mundo, para establecer políticas de estado que
de manera inmediata propicien medidas de cambio hacia el sustentabilidad de la
agricultura, adoptando tantas alternativas tecnológicas hoy disponibles,
contributivas al acceso, disponibilidad y estabilidad alimentaria, que
garanticen rentabilidad, salud ambiental, equidad social, mitigación de daños
ambientales, soberanía y seguridad alimentaria y soluciones sinérgicas que
requieren tras la meta cero hambruna global?
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