Doña Esmed fue la verdadera fundadora
de la feria de Velas y Faroles de Quimbaya
La historia de las génesis de una tradición navideña colombiana que
se internacionalizó. La crónica de los testimonios de aquel
atardecer navideño en que doña Esmed y unas cuantas vecinas le
dieron vida a la feria de Velas y Faroles de Quimbaya.
Por: Rubén Darío Varela Hurtado
Asomado a la ventana de la casa en donde ha vivido toda su
existencia y, embargado por lo recuerdos de “aquellos diciembres”
como diría la popular canción, Javier Carmona, empezó a señalar con
sus dedos una a una las viviendas ubicadas en la carrera 19 con
calle 4 del barrio Sierra Ochoa de Quimbaya.
Y es que no se trata de una calle cualquiera, la razón por la cual
Javier señalaba una a una aquellas viviendas, era simplemente porque
al son que señalaba las casas, viajaba en el tiempo y en su mente
regresaba el bullicio de las culebras de pólvora, los años viejos,
las reuniones familiares, el aguardiente, los globos, la lechona y
la algarabía decembrina.
Javier Carmona, tenía tanta memoria de aquella época que después de
atender la entrevista a través de
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la ventana de su casa, se aventuró a
salir en chanclas a la puerta de su casa y continuar señalando con sus dedos,
justamente, el lugar del andén en donde sentada con sus vecinas; A doña Esmed se
le ocurrió la idea hace más de 30 años de convocar las vecinas para la
fabricación de los primeros faroles.
Así lo confirmó Gloria Estela Aránzazu, quien en ese momento transitaba por la
calle, y junto a Javier empezó a recordar aquella época y las locuras de doña
Esmed, la animadora de la cuadra que enseñó, según ellos, a las “sardinas” del
barrio a hacer faroles de tapas, cartón y papeles de colores, además de decorar
la calle con aserrín.
“Todos recordamos a doña Esmed porque la idea era cambiar los habituales marcos
de guadua de la época en donde la gente solía poner las velas. Ella con su
alegría animó la cuadra para hacer los primeros faroles y de repente todo el
pueblo se volcó a mirar los faroles a la cuadra siendo este el inicio de lo que
sería la reconocida feria de Velas y Faroles de Quimbaya que cumplió 30 años el
pasado mes de diciembre”, aseguró Gloria Estela.
Y es que en tres décadas ha sido bastante
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la
corriente que ha transitado bajo
el puente, tal y como lo narró Yolanda Gallo, propietaria de la droguería Farma
Vida, quien me invitó a tomarme un tinto en su negocio en compañía de sus
familiares: Alba Lucía Gallo Rodríguez y Martha Salazar, en una tarde de sábado.
Al son que la conversación avanzaba, Alba Lucía hacía referencia a las
multitudes de turistas que en todos los diciembres trasiegan y trasiegan en las
calles de Quimbaya, un municipio repleto de velas y faroles y en donde
literalmente, según ella, no hay por donde caminar en la época decembrina.
No obstante, tanto Yolanda como Alba Lucía hacían estricta referencia a todos
aquellos cambios que, con el transcurso del tiempo, ha tenido la feria de Velas
y Faroles de Quimbaya como el concurso de vitrales en donde se premian a los
mejores alumbrados de los barrios de Quimbaya, conservando así, una de las
tradiciones navideñas que ha sido noticia mundial y todo gracias a los tiempos
antiguos en los que doña Esmed, animaba a sus vecinas para hacer faroles de
tapas, cartón y papel. |