EDITORIAL
Delicado
Una ciudad con las reglas de la selva, esa es Pereira. La ciudad se
ha vuelto más delicada que la porcelana china, que al roce puede
acabar con la vida y romper cualquier ideal que se desee tener sobre
lo que algún día fue nuestra ciudad. Ahora las calles inundadas por
personas sin hogar, recorren todos los rincones de nuestra ciudad,
siempre con el alma al borde, dispuestos a todo, se han comenzado a
organizar pequeños grupos de sujetos sin deberes porque les han
quitado sus derechos.
La vida digna que todos tenemos por derecho natural se les ha negado
a sujetos de la calle. Cuando se le quita la dignidad a un sujeto de
la calle, este se separa de la construcción social y allí es donde
se vuelve un sujeto sin deberes, siempre dispuesto a asesinar donde
sea y frente a quien sea. Es así como a la policía le quedo grande
controlar a los sujetos de las calles, en la medida que la violencia,
única forma de solucionar problemas que parecen que les enseñaron,
ya no funciona, pues estos se desprenden de cualquier tipo de
imposibilidad por el dolor, seguro las drogas les funcionan como
calmantes, permitiéndoles seguir haciendo de las suyas.
Sin embargo, que en la actualidad se le haya hecho imposible
controlar a estos sujetos a la policía, no debe verse como algo
negativo, en la medida que se les ha comenzado a volver imperativo
generar una forma de tratar con ellos, y no sólo a estos últimos,
sino también a cualquier trabajador público, se le ha vuelto
obligatorio aprender a controlar esta minoría que independientemente
de todo ha sido violentada durante años, sin que nadie pueda o
quiera opinar algo.
Es en este momento en donde no sólo la vida sino el buen vivir cobra
reflexión sobre a dónde queremos dirigirnos. Sí los habitantes de
calle se vuelven incontrolables, las calles se vuelven peligrosas y
si esto sucede la ciudad cobrará una fama inquietante para cualquier
turista y esto generará un latente descenso en la economía de los
comercios y si los comercios se reducen también lo hace el trabajo y
esto generará una falencia económica en la ciudad y podríamos seguir
durante muchísimos más renglones mostrando por qué el problema con
los habitantes de calle debe solucionarse antes que lleven a nuestra
ciudad a un punto irreversible.
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Un país
sin ricos es un país sin riqueza
Por: Zahur Klemath Zapata
zapatazahurk@gmail.com
El establecimiento
se amamanta de la plusvalía del que paga impuestos y estrangula a
los ricos para aumentar el confort político de su burocracia. Esta
simbiosis el ciudadano de a pie no lo ve. Porque en los últimos cien
años el establecimiento ha creado todo tipo de creencias para poder
controlar la economía ciudadana.
Después de la revolución francesa se pensó que occidente iba a vivir
mejor, pero no ha sido así. Se han vivido dos guerras mundiales y un
sinnúmero de revoluciones buscando llegar al equilibrio al cual
nunca se ha llegado.
Lo que sí se ha llegado es a confundir más a la humanidad con
escuelas políticas que lo que buscan es el poder de grupo y no de la
sociedad.
Quienes hacen política se creen los mesías que van a salvar al
mundo, pero dentro de su conciencia solo existe un amor propio y
sentirse aclamados y hacen lo que pueden por estar en esa posición,
aunque al final en la mayoría de los casos terminen ejecutados o
condenados por los mismo que lo alentaron.
La política es el mayor generador de envidia y enemigos y para estar
allí se tiene que tener coraza de tortuga para que todo le resbale.
La riqueza es un bien de consumo y de demanda que es lo que mueve a
todo el mundo. Siempre ha funcionado como una herramienta de poder,
hasta que llegan los políticos y lo mancillan todo.
Ya la sociedad no está esperanzada de los políticos, porque donde
hay política se junta con la democracia y allí nace la corrupción,
porque es la única forma de poder alcanzar el poder a través del
voto democrático, que al final es un asalto a la buena fe del
votante.
Un país donde la sociedad no pueda enriquecerse libremente está
condenado a vivir miserablemente porque el establecimiento se queda
con los bienes de todo el mundo. El establecimiento no tiene la
capacidad de hacer lo que los seres humanos con sus capitales y su
intelecto pueden forjar que es generar industria, empleo, tecnología
y desarrollo social.
El establecimiento
en el presente es una masa amorfa que funciona porque tiene de quién
vivir y lucrarse. Y todo esto depende hasta que esa misma sociedad
entienda que ella puede ser autónoma libre y puede alcanzar su
equidad e independencia del mundo político.
Toda nación es
rica. Lo que la hace pobre
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es la falta del intelecto creativo y la organización de sus
bases. Todo está demostrado en la misma historia de la humanidad.
Por eso los que conquistan ven
en el conquistado la falta de capacidad de
ITUANGO NOS SALVA
Crónica # 813
Gustavo Alvarez Gardeazábal
Audio: https://www.spreaker.com/episode/ituango-nos-salva-cronica-813-de-gardeazabal-02-02-2024--58542469
Ante el feroz verano que nos consume en casi todo el país, han
vuelto a aparecer los datos sobre el nivel de los embalses
dividiéndolo en dos tablas diferentes, la del volumen almacenado y
la del porcentaje real de almacenamiento.
Como a esos datos también están agregando en otra tabla las cifras
de la capacidad instalada, crece la confusión entre si tenemos o no
tenemos agua para mover las hidroeléctricas. Y lo que es peor, como
quienes publican esos datos, a veces con intenciones apocalípticas,
otras en razonable tono de advertencia, no muestran todavía ni la
capacidad instalada ni lo que están produciendo las térmicas (a gas
o carbón), la confusión de datos se torna en catastrófica y al final
nadie sabe nada.
Bueno, o al menos los colombianos comunes y corrientes que apenas
pagamos el recibo de la luz cada fin de mes y hemos comprobado que
cada 30 días sube un poquitín más. De ese maremágnum se puede salir
de acuerdo a quién le preguntemos o examinando de donde provienen
los datos.
Para algunos, las hidroeléctricas serán suficientes así lo duro del
verano arrecie a mitad o fines del mes. Para otros, las térmicas nos
salvarán del apagón, pero nos tocará pagar energía más cara. Para
una minoría selecta, encabezada por antioqueños, no hay de qué
preocuparse porque Hidroituango nos salva. Empero, las tablas de
volúmenes y porcentajes los contradicen.
Hidroituango no tiene verdaderas reservas de agua, está moliendo
toda el agua que baja por el Cauca. Betania, Salvajina,
Hidrosogamoso y Urrá guardan bastante agua y como solo muelen la que
pueden volver energía, es probable que nos ayuden más que
Hidroituango.
Pero como el gas que mueve las térmicas es importado en su gran
mayoría y como a nadie asusta el apagón porque lo máximo que puede
pasar es un racionamiento o que reaparezca Peláez con otra
Luciérnaga que de verdad alumbre, para muchos nos resulta mejor
quedar confundidos y que pase lo que tenga que pasar.
El Porce, febrero 3 del 2024 |