El soñar la muerte
Por: Guillermo Navarrete
Hernandez
Es indubitable que la muerte
es parte de la vida. Es un tránsito al que filósofos, pensadores y religiosos
han tratado de explicar ese destino después de que el motor perfecto del ser
deja de funcionar. Alrededor de ella se tejen muchas leyendas, creencias y
fetiches. Algunos hasta se atreven a invocar muertos para supuestamente
auscultar oscuros e indeseables asuntos. Para otros, es una industria o un modo
de vida, sea porque la ordenan, la perpetran o son parte de intrincados
sentimientos de odio y venganza, ciclos en los que la sociedad colombiana
lamentablemente viene por siglos sumida. Morir también es una decisión, no
obstante, la opción de vida, aún allí se encuentre. Lo cierto es que siempre
está presente, así ante ella, los ojos decidamos cerrar.
Mario Benedetti la describe como un proceso que se aproxima en la medida en que
los años pasan, cuando el océano deja de ser un charco en la niñez, para
convertirse en lo que es, un océano en la vejez, y ella, claro, es parte
nuestra. Extrañar a definitivos ausentes es una forma de eternizar a seres
cercanos en nuestras mentes. Sin embargo, el desprecio es un instrumento
emocional al que se acude para lograr a semejantes inmolar.
En un contexto de aprender a reconocerla, cuántos de nosotros quisiéramos
escoger el propio modo de perecer, una especie de eutanasia ante lo inevitable,
o de contemplar como acaece sin nada poder hacer. Los sueños son una de esas
formas. En diversas ocasiones la muerte es protagonista del onírico estado.
Cuando se observa a la pareja sentimental tú vida acabar o en una esquina del
barrio un par de delincuentes con algunos disparos de arma de fuego el cuerpo
penetrar o porque de ese letargo ya no podrás despertar. En todos los casos, la
angustia por las cosas inconclusas y de los que amas, suelen entonces aparecer.
El ver a tú padre el cual desde hace años ya el planeta tierra no habita o a tú
hijo con quien la distancia geográfica sentimientos de añoranza embargan.
Igual, la partida de personas tristeza genera.
Los recuerdos de momentos compartidos en la niñez, la juventud o la adultez por
tú imaginación se proponen recorrer. La risa, el caminar, el carácter, las
disertaciones y el modo de hablar, son detalles que el tiempo nunca se encargará
de borrar. El vacío que dejan, naturalmente, es ese algo que con resignación se
aceptará, mientras el turno nuestro también llegará. Algunos diremos que
preparados estamos, pero a la hora de tomar la salida que nos corresponde, de
qué manera quisiéramos regresar, porque a la efímera vida nos deseamos aferrar.
Sin importar nuestras creencias, la salvación y el perdón, invariablemente hemos
de buscar.
A esa eterna amiga, tal vez como la soledad, debemos dar la bienvenida, sin
temores.
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saludar y al mejor estilo de Alberto Cortez, entonar a quienes fueron nuestros
alcahuetes que, cuando muramos, legaremos la devoción de un acorde de guitarra y
entre los versos olvidados de un poema la pobre alma incorregible de cigarra.
A la memoria de mis padres, amigos y personas cercanas las cuales este mundo
abandonaron.
¡LA MOVILIDAD EN
PEREIRA!
Por: Álvaro Ramírez González
alragonz@yahoo.es
Tengo que admitir que estoy admirado
de la incansable labor que está desplegando nuestro nuevo Alcalde Mauricio
Salazar.
Está de frente contra la delincuencia con el apoyo de la Alcaldía nocturna, y
pusieron la inseguridad en primer orden de prioridades de atención.
Despejó la calle 21 que se había llenado de viciosos y drogadictos.
Está combatiendo la mendicidad en los semáforos, que se ha convertido en
delincuencia.
Y como pocos, está dedicado a mantener y recuperar la malla vial de la ciudad,
que tenía sectores en muy mal estado.
Es un Alcalde vitaminizado con muchas ganas de resolver los problemas de la
ciudad.
Pero hay vigente un mega - problema: la movilidad.
Nuestra ciudad está saturada de vehículos y de motos que circulan y parquean en
medio de un descomunal desorden.
Es un hecho que los últimos Alcaldes no le dieron a este problema la importancia
que tenía y apenas aplicaron paliativos.
Es un problema descomunal que ahoga la ciudad al tiempo que le complica la vida
al ciudadano común, y produce una indisposición generalizada.
Resolver este grave problema, pasa por muchas acciones diferentes.
El Alcalde Salazar, amplió el horario del pico y placa, y eso no solo cayó bien,
sino que muestra resultados de inmediato.
Pero de nada sirve esa medida en una ciudad en la que durante el día hay 4.000
vehículos y 3.000 motos, parqueados donde les da la gana.
No hay una cultura del respeto por el parqueo en Pereira. |
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Y las acciones de los guardas son minúsculas frente al tamaño del problema.
A grandes problemas, grandes soluciones Alcalde.
Solo una mano dura masiva como el problema, puede ser solución.
Estos 7.000 vehículos y motos mal parqueados, están bloqueando carriles y vías y
ahogando en tráfico.
Pereira no tiene con qué hacer vías nuevas a la velocidad del crecimiento
vehicular.
El pico y placa y unas sanciones esporádicas, no sirven de nada.
Le recomendé al Alcalde algo que me contó un Urbanista Austriaco, referente a lo
que pasó en Viena.
Primero hubo una campaña educativa masiva, anunciando la prohibición y las duras
sanciones.
Y, en segundo término, una avalancha masiva de comparendos.
Tienen que ser miles, para que la ciudad se notifique que es en serio.
Le expliqué al Alcalde que esta actuación no le iba a costar un solo centavo.
Una contratación y equipamiento temporal de un número elevado guardas, para
dedicarse a esta sola tarea, sería cubierta de lejos por los recursos que
pagaran los conductores infractores.
Hice este artículo, porque el tamaño del problema es descomunal y crece
exponencialmente ante la desidia de las autoridades.
Y no es por joder y mortificar a un Alcalde que anda trabajando como loco.
Es para que decenas de miles de mis lectores que viven esta pesadilla, me
apoyen, y le den más fuerza a esta solicitud.
Alcalde Salazar, la solución a la movilidad en Pereira está en sus manos, y no
le costará un solo centavo.
Tiene tiempo, energía, carácter y la popularidad intacta.
Aproveche.
¡Manos a la obra!
Sobremesa
Esta receta también aplica para todas las ciudades de Colombia que tienen
abandonada su movilidad
¡Aprovéchenla! |