EDITORIAL
La bonita voluntad
La buena voluntad es en sí la
virtud de la contemporaneidad. Todas nuestras acciones caen bajo el rigor de la
confianza, en unos casos, podemos decidir confiar o no, en otras ocasiones la
decisión se ve constreñida por las pocas posibilidades, es decir, se nos ofrecen
posibilidades determinadas de las cuales debemos confiar, en otras palabras, se
nos obliga a confiar en las posibilidades que nos dan ¿Es esto confianza o solo
conformismo?
Nos es necesario conformarnos con lo que hay, se nos vende la idea de que no
podemos hacer mucho más, sin embargo, Husserl, el principal exponente de la
fenomenología expresaba en uno de sus muchos tratados “aún bajo el filo del
verdugo existe una tercera elección” en efecto, la confianza es un acto
auténtico y propio de cada sujeto que piensa, por consecuencia, existirán casos
en los que no podrá confiar en ninguna de las posibilidades que se les da. No
obstante, en muchas ocasiones la tercera posibilidad; aquella que entrega
autenticidad y con ello libertad, se transforma en un fenómeno quimérico que
pocos eligieran.
La tercera posibilidad supera el bien y el mal, la izquierda o la derecha, la
vida o la muerte, la tercera posibilidad es el sujeto en su propia singularidad
que quiere expresarse en su propio mundo. Pero, al ser un acto auténtico siempre
será malentendido, tomado de mala manera, castigado por el bondadoso sentido
común. Más, no es acaso el lenguaje la base de los malentendidos y el sentido
común un sentido inefable, entonces ´porque temer a ser acusado de no poseerlo.
¿Cómo podríamos confiar en
algo que no se muestra nunca como es, siempre referenciando al porque sí,
enfocándose en la exigencia de una confianza que nunca fue ganada, siempre ha
sido donada por la historia? ¿Por qué no abolir la buena voluntad y el sentido
común? ¿Por qué no desconfiar incluso de nuestra sombra? después de todo la luz
que guía nuestros pensamientos, formando sombras nunca se ha mostrado de una
manera total. ¿Cómo suponer de antemano que sólo existe un sentido y no otro? ¿Porque
no atrevernos a recorrer siempre la tercera elección aquello que se nos es
imposible representar, dejándonos sólo en el presente, exigiendo que nos movamos
constantemente, exigiéndonos esforzarnos en cada movimiento, cada pensamiento
tendrá que ser agudo, nunca dejándose caer en una confianza que no hemos
concebido? Alejarse de la obligación y acercarse a la decisión nos llevará a
dejar de existir en la frustración, en la constante caída de ídolos que no
pudieron hacerle frente a nuestra confianza.
Cuando el sujeto elige y no
sólo se conforma, el mundo se comienza a mover a su ritmo, las formas comienzan
a obtener profundidad y la profundidad comienza a dar respuestas y, estas
respuestas comenzarán a dar movimientos hacia las profundidades más recónditas
del hombre.
En conclusión, abandonar la creencia en la buena voluntad nos obligará a
movernos, y el movimiento dará libertad y la libertad siempre se expresará de
forma particular, siempre cambiante e imposible de delimitar, por lo tanto,
podrá tener una relación un poco más estrecha con el mundo.
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Patria,
patriotismo, antipatriota o des orgullo
Por: Zahur Klemath Zapata
zapatazahurk@gmail.com
Los pueblos en los
comienzos de la historia humana eran nómadas, no tenían arraigos
territoriales, solo buscaban el sustento por temporadas. Igual que
los animales de la naturaleza.
Rómulo y Remo establecieron la antigua Roma y en ella se
instituyeron leyes de pertenencia territorial y patria. Fue uno de
los grandes imperios humanos. Hemos visto cómo se han construido
estos y han finalizado. Pero el común denominador es patria.
Latinoamérica ha sido un continente amorfo porque su identidad
original fue avasallada quedando como rueda suelta por décadas. No
hubo visión de futuro ni de patria solo saquear las riquezas
existentes y desaparecer con el botín. No se aprendió de la historia
ni se ha hecho nada. Se sigue saqueando como si el fondo no
existiera.
Simón Bolívar dijo en un momento que miraran al norte, pero
malinterpretaron lo que él quiso decir. Hoy esta saqueado este
continente sin piedad y la patria solo existe como nombre en los
carteles y los estamentos están tan corrompidos que nadie está en el
cadalso por tal vandalismo y el saqueo de la patria. Remo murió por
saltar el muro.
La gente huye de sus países porque no tienen patria, los patriotas
se quedan en ella porque la pueden saquear enarbolando la bandera de
nacionalismo. No hay orgullo de quienes gobiernan y los que
realmente aman y se sienten orgullosos, expresan ese sentimiento
mientras una mordaza les impide construir una patria porque quienes
están arriba tienen el poder.
Tenemos constituciones que son tratados de derecho y se honra en
ella a la patria pero no se defiende lo que realmente se debería
defender de quienes saquean el patrimonio de toda una sociedad. Y
esto nos convierte en antipatriotas sin ese orgullo que se siente
cuando nuestro equipo de fútbol gana contra otro país.
Si no hay una unidad social sobre el valor de la patria y una
autonomía en el manejo del estado estaremos saqueados sin piedad por
los que no tienen respeto a esa patria que tanta gente ha construido
con esfuerzo y visión para que su familia tenga un hogar donde
sentirse orgullosos de esa bandera que es el símbolo nacional.
De una nueva granada original hoy en día somos simplemente un
reguero de países que sobreviven porque la patria es grande pero son
más los asaltantes antipatriotas que nos hacen sentir como si no
existiera el orgullo nacional.
Abundancia
Edgar-Cabezas
El esfuerzo de la civilización humana es la lucha de la especie
contra la escasez para la
satisfacción del gusto
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de una sociedad exquisita e insaciable de
diversas apetencias. Es una sociedad que, al
consumir, y, aunque alcanzando para todos, no distribuye con
equidad, dejando en el abandono y pobreza
a millones de personas. Así se generan conciencias resentidas por
maltrato y a otros, les coloca en una
burbuja frágil, en la que se vive en suspenso, porque puede que hoy
haya, pero mañana no. A otros, a los
supermegaricos, les torna violentos e inseguros porque son
conscientes de que, dadas las actuales
condiciones, si no sueltan a favor de los pobres, verán caer al
capitalismo del que tanto se benefician.
La sociedad industrial con su gran desarrollo de conocimiento y aplicación
tecnológica sistematizada, ya tiene la capacidad de
organizar el mercado del mundo en paz. La humanidad tiene que saber
construir la trinchera en la que se moviliza y protesta la primera línea
de la paz. Los emprendedores improductivos que estén
asociados y tengan bien estructurados los objetivos y metas de su
productividad por baquía, si conocen los atributos de un predio
improductivo, ocúpenlo y produzcan.
¿Por qué esperar el trámite de derecho, que es pagar por adelantado el precio de
un bien
improductivo, cuando se puede empezar a producir si el tiempo meteorológico así
lo aconseja? Ya después vendrá papá gobierno, pagará y
arreglará por las buenas. Eso es reforma agraria del pueblo
y para el pueblo. Lo demás son galimatías jurídicos de la sociedad de
derecho que lleva 88 años aplazando la reforma
agraria, cuya misión es que el campesinado le mantenga la barriga llena y el
corazón contento a la familia colombiana, produciendo el abasto de la
santa comida. Por supuesto garantizándoles
incondicionalmente la seguridad social.
Se necesitan las carreteras para salir del atolladero en el que transitan los
productores, mercaderes y el mercado, pues no
esperemos a que llegue la maquinaria y el retorno de nuestros impuestos, ni las
regalías de la venta del subsuelo, todo eso se pierde en manos de la
delincuencia del poder constituido anclado en los
movimientos y partidos políticos compuesto de burócratas y contratistas,
tomemos la pica y la pala, lo hoz y el martillo y hagamos con arte la
ingeniería de nuestras vías, así es que se hace el
poder del pueblo.
Las cárceles están atiborradas de personas a las que se les posterga sentencia.
Justicia a destiempo no es justicia. Los sentenciados
pagarán con trabajos de beneficio común, limpieza de ríos,
reforestación de bosques, mantenimiento de las líneas férreas, y,
cumplida sentencia, con vínculos labórales. Los que
por vencimiento de tiempo quedan libres deben quedar bajo custodia de su
familia, o de una cadena afectiva que les controle con vigilante sospecha
la práctica de sus malas mañas y los reprenda la mano
dura materna.
La desigualdad en Colombia no es producto de la escasez, de la ciencia, de la
tecnología o de la falta de riqueza: es un problema de
las relaciones sociales de producción, y sobre todo del corazón de
piedra que la tragedia de vivir siglos de reiterada violencia nos ha
forjado, habitando un tiempo histórico al borde de la
catástrofe o de la regeneración.
Hay que promover autonomías de planeación y administración territorial, mediante
las cuales todos los municipios sean jurisdicciones
metropolitanas en igualdad de condiciones frente a las grandes
ciudades, a cuya expansión urbana hay que ponerle límite.
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