Pereira, Colombia - Edición: 13.240-820

Fecha: Martes 09-04-2024

 

 TECNOLOGÍA

 

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Tesla quiere ser protagonista en la industria del robotaxi: la conducción autónoma es la gran apuesta




Anota esta fecha en tu calendario: Elon Musk, CEO de Tesla, sugirió la tarde del viernes pasado que su empresa fabricante de automóviles eléctricos está apostando por la tecnología de vehículos autónomos y que el robotaxi de la marca se presentará el 8 de agosto.

El anuncio, publicado por Musk en X el 5 de abril, culminó una extraña jornada de informes y contrainformes que llevó a las acciones de Tesla a una montaña rusa, cayendo seis puntos en el día antes de recuperarse en las operaciones posteriores. A primera hora, Reuters reportó que la compañía había cancelado sus planes, gestados durante mucho tiempo, de desarrollar un vehículo eléctrico (VE) asequible para las masas. El modelo de “próxima generación” se considera clave para la supervivencia del fabricante de automóviles eléctricos, especialmente conforme aumenta la competencia en el sector. En su lugar, según la agencia de noticias, Tesla se centraría en construir un robotaxi, que utilizaría gran parte del mismo hardware que el auto de bajo costo.

Pero Musk escribió en X para negar al menos parte de la historia de la agencia de noticias. “Reuters miente (otra vez)”, publicó, sin especificar en qué se equivocaba esta. Horas más tarde, pareció confirmar parcialmente el reportaje al indicar que el próximo lanzamiento de productos de Tesla se enfocaría en los robotaxis.

 


Conducción autónoma, ¿un negocio viable para Tesla?

El aparente giro es sorprendente por varias razones.

 

 

 

Tesla lleva años prometiendo tecnología de conducción autónoma, pero no la ha presentado. En 2016, la compañía de Musk afirmó que todos los vehículos de la empresa se entregarían con el hardware necesario para conducirse solos, lo que permitiría a los usuarios dormir la siesta o incluso cruzar el país sin nadie conduciendo.

En un “plan maestro” publicado por Musk ese año, esbozaba un escenario (todavía) futurista en el que los propietarios de Tesla compartirían sus vehículos autónomos con otras personas. “Cuando los organismos reguladores aprueben la verdadera conducción autónoma”, escribió, los clientes “añadirán su auto a la flota compartida de Tesla con solo pulsar un botón en la app para el teléfono y hacer que genere ingresos para ti mientras estás en el trabajo o de vacaciones”. En 2019, Musk aseguró ante una sala llena de inversionistas que para el año siguiente, el fabricante de automóviles tendría “más de un millón de vehículos Tesla en las calles con hardware integral de autoconducción”. Eso no ocurrió.

Mientras tanto, la tecnología de asistencia al conductor de Tesla, denominada “Full Self-Driving”, es prácticamente solo un “nivel 2” en la escala de autonomía de cinco puntos, lo que significa que el vehículo puede pilotarse a sí mismo únicamente con la supervisión del conductor. La última actualización del software de autoconducción de Tesla es la primera que el fabricante de automóviles no califica como “beta”.



Aun así, la tecnología de asistencia al conductor de Tesla ha sido duramente criticada por la Junta Nacional de Seguridad en el Transporte, el organismo de control en Estados Unidos. Una investigación de dos años del principal regulador de la seguridad vial del país concluyó a finales del año pasado que la tecnología de Tesla podía ser utilizada indebidamente por los conductores porque no les obligaba a prestar suficiente atención mientras manejaban. Tesla, que manifestó no estar de acuerdo con el análisis, envió correcciones a los clientes mediante actualizaciones de software vía inalámbrica. Tesla sostiene que sus capacidades de asistencia al conductor son más seguras que las de los propios humanos.

Es más, otros desarrolladores de vehículos autónomos se han enfrentado a serios problemas de crecimiento en la última media década. Una tecnología que en su día se anunciaba como “a la vuelta de la esquina” ha resultado ser más complicada y mucho más cara de lo previsto. Hoy, años después
 

 

 

 

de que la mayoría de los principales fabricantes de automóviles y tecnología prometieran software de conducción autónoma, solo quedan unos pocos participantes importantes. Tras invertir miles de millones de dólares en investigación y desarrollo y recorrer más de 11 millones de kilómetros, Waymo, la empresa derivada de Google, únicamente ofrece servicios de taxi de pago en dos ciudades (Phoenix y San Francisco), aunque tiene previsto lanzarse próximamente en Austin (Texas), Los Ángeles y la zona de la bahía de San Francisco. Otro competidor del robotaxi, Cruise de General Motors, ha puesto en pausa todo su servicio después de que un taxi sin conductor atropellara e hiriera a un peatón, lo que provocó un enfrentamiento con los reguladores de California. Si Tesla quiere implementar el servicio de robotaxi en todos los lugares donde se vendan sus autos, sus planes serán aún más ambiciosos que los de estos competidores, que llevan años trabajando en el problema de la autonomía.

La nueva estrategia de Tesla

Si Tesla está restando importancia a la producción de un vehículo más pequeño y económico para completar el extremo inferior de su gama, sería un cambio de estrategia. Musk consideró en su día que el modelo “asequible” era el eje del éxito a largo plazo de Tesla y de sus planes para salvar al mundo de los efectos del cambio climático provocado por los motores de combustión interna. El “plan maestro” de Musk, según un post de 2006, sería fabricar autos eléctricos de lujo y utilizar los beneficios para invertir en la capacidad de la empresa para fabricar vehículos más baratos. En una biografía de Musk de 2023, el escritor Walter Isaacson informó que los ingenieros de Tesla acabaron convenciendo a Musk para que construyera un modelo de 25,000 dólares con el fin de alcanzar unos objetivos de crecimiento agresivos.



Cuando la empresa anunció un vehículo de “nueva generación” en una presentación de resultados en enero, prometiendo su producción para 2025, los observadores supusieron que el eléctrico económico estaba por fin en camino. Sería muy oportuno: tanto los fabricantes de automóviles tradicionales como las nuevas empresas chinas, como BYD y SAIC Motor, han empezado a lanzar VE menos costosos. Y los analistas intuían que los clientes querían un nuevo auto de Tesla, que llevaba casi cinco años sin presentar un nuevo modelo. Pero la publicación del viernes quizá sea la señal de que se está preparando un cambio de rumbo y de que Tesla ha decidido adoptar un enfoque extremadamente ambicioso para su próximo vehículo, en lugar del natural.

 

 

  

 

 

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