Tesla quiere ser protagonista en la
industria del robotaxi: la conducción autónoma es la gran apuesta
Anota esta fecha en tu calendario: Elon Musk, CEO de Tesla, sugirió
la tarde del viernes pasado que su empresa fabricante de automóviles
eléctricos está apostando por la tecnología de vehículos autónomos y
que el robotaxi de la marca se presentará el 8 de agosto.
El anuncio, publicado por Musk en X el 5 de abril, culminó una
extraña jornada de informes y contrainformes que llevó a las
acciones de Tesla a una montaña rusa, cayendo seis puntos en el día
antes de recuperarse en las operaciones posteriores. A primera hora,
Reuters reportó que la compañía había cancelado sus planes, gestados
durante mucho tiempo, de desarrollar un vehículo eléctrico (VE)
asequible para las masas. El modelo de “próxima generación” se
considera clave para la supervivencia del fabricante de automóviles
eléctricos, especialmente conforme aumenta la competencia en el
sector. En su lugar, según la agencia de noticias, Tesla se
centraría en construir un robotaxi, que utilizaría gran parte del
mismo hardware que el auto de bajo costo.
Pero Musk escribió en X para negar al menos parte de la historia de
la agencia de noticias. “Reuters miente (otra vez)”, publicó, sin
especificar en qué se equivocaba esta. Horas más tarde, pareció
confirmar parcialmente el reportaje al indicar que el próximo
lanzamiento de productos de Tesla se enfocaría en los robotaxis.
Conducción autónoma, ¿un negocio viable para Tesla?
El aparente giro es sorprendente por varias razones.
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Tesla lleva años prometiendo tecnología de conducción
autónoma, pero no la ha presentado. En 2016, la compañía de Musk afirmó que
todos los vehículos de la empresa se entregarían con el hardware necesario para
conducirse solos, lo que permitiría a los usuarios dormir la siesta o incluso
cruzar el país sin nadie conduciendo.
En un “plan maestro” publicado por Musk ese año, esbozaba un escenario (todavía)
futurista en el que los propietarios de Tesla compartirían sus vehículos
autónomos con otras personas. “Cuando los organismos reguladores aprueben la
verdadera conducción autónoma”, escribió, los clientes “añadirán su auto a la
flota compartida de Tesla con solo pulsar un botón en la app para el teléfono y
hacer que genere ingresos para ti mientras estás en el trabajo o de vacaciones”.
En 2019, Musk aseguró ante una sala llena de inversionistas que para el año
siguiente, el fabricante de automóviles tendría “más de un millón de vehículos
Tesla en las calles con hardware integral de autoconducción”. Eso no ocurrió.
Mientras tanto, la tecnología de asistencia al conductor de Tesla, denominada
“Full Self-Driving”, es prácticamente solo un “nivel 2” en la escala de
autonomía de cinco puntos, lo que significa que el vehículo puede pilotarse a sí
mismo únicamente con la supervisión del conductor. La última actualización del
software de autoconducción de Tesla es la primera que el fabricante de
automóviles no califica como “beta”.
Aun así, la tecnología de asistencia al conductor de Tesla ha sido duramente
criticada por la Junta Nacional de Seguridad en el Transporte, el organismo de
control en Estados Unidos. Una investigación de dos años del principal regulador
de la seguridad vial del país concluyó a finales del año pasado que la
tecnología de Tesla podía ser utilizada indebidamente por los conductores porque
no les obligaba a prestar suficiente atención mientras manejaban. Tesla, que
manifestó no estar de acuerdo con el análisis, envió correcciones a los clientes
mediante actualizaciones de software vía inalámbrica. Tesla sostiene que sus
capacidades de asistencia al conductor son más seguras que las de los propios
humanos.
Es más, otros desarrolladores de vehículos autónomos se han enfrentado a serios
problemas de crecimiento en la última media década. Una tecnología que en su día
se anunciaba como “a la vuelta de la esquina” ha resultado ser más complicada y
mucho más cara de lo previsto. Hoy, años después
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de
que la mayoría de los principales
fabricantes de automóviles y tecnología prometieran software de conducción
autónoma, solo quedan unos pocos participantes importantes. Tras invertir miles
de millones de dólares en investigación y desarrollo y recorrer más de 11
millones de kilómetros, Waymo, la empresa derivada de Google, únicamente ofrece
servicios de taxi de pago en dos ciudades (Phoenix y San Francisco), aunque
tiene previsto lanzarse próximamente en Austin (Texas), Los Ángeles y la zona de
la bahía de San Francisco. Otro competidor del robotaxi, Cruise de General
Motors, ha puesto en pausa todo su servicio después de que un taxi sin conductor
atropellara e hiriera a un peatón, lo que provocó un enfrentamiento con los
reguladores de California. Si Tesla quiere implementar el servicio de robotaxi
en todos los lugares donde se vendan sus autos, sus planes serán aún más
ambiciosos que los de estos competidores, que llevan años trabajando en el
problema de la autonomía.
La nueva estrategia de Tesla
Si Tesla está restando importancia a la producción de un vehículo más pequeño y
económico para completar el extremo inferior de su gama, sería un cambio de
estrategia. Musk consideró en su día que el modelo “asequible” era el eje del
éxito a largo plazo de Tesla y de sus planes para salvar al mundo de los efectos
del cambio climático provocado por los motores de combustión interna. El “plan
maestro” de Musk, según un post de 2006, sería fabricar autos eléctricos de lujo
y utilizar los beneficios para invertir en la capacidad de la empresa para
fabricar vehículos más baratos. En una biografía de Musk de 2023, el escritor
Walter Isaacson informó que los ingenieros de Tesla acabaron convenciendo a Musk
para que construyera un modelo de 25,000 dólares con el fin de alcanzar unos
objetivos de crecimiento agresivos.
Cuando la empresa anunció un vehículo de “nueva generación” en una presentación
de resultados en enero, prometiendo su producción para 2025, los observadores
supusieron que el eléctrico económico estaba por fin en camino. Sería muy
oportuno: tanto los fabricantes de automóviles tradicionales como las nuevas
empresas chinas, como BYD y SAIC Motor, han empezado a lanzar VE menos costosos.
Y los analistas intuían que los clientes querían un nuevo auto de Tesla, que
llevaba casi cinco años sin presentar un nuevo modelo. Pero la publicación del
viernes quizá sea la señal de que se está preparando un cambio de rumbo y de que
Tesla ha decidido adoptar un enfoque extremadamente ambicioso para su próximo
vehículo, en lugar del natural.
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