EDITORIAL
Falta conciencia
En Colombia falta
conciencia. Conciencia ciudadana, conciencia en el trabajo y conciencia como
seres humanos.
La falta de conciencia nos ha traído a este punto, este hilarante punto de
frustración en donde no sabemos qué hacer con lo que anda mal. No sabemos qué
hacer con las guerrillas, porque si seguimos la guerra los números de muertes y
daños se incrementan, pero si concedemos el proceso de paz los daños y muertes
se incrementan sólo de un lado. Evidentemente este problema proviene de la poca
conciencia política que tenemos, en otras palabras, el no saber perfectamente
por quien es que votamos, es la razón de la gran mayoría de males de nuestro
país, puesto que terminamos eligiendo a la persona por el rostro que mostró en
elecciones pero nunca no preguntamos cómo ha sido su modo de ser a través de su
historia política, mostrando de esta manera que en muy pocas ocasiones la forma
de solucionar las dificultades no es de nuestro agrado, o peor aún no dan
soluciones.
Pero, esta falta de conciencia no es necesariamente una falacia existencial,
sino económica, es decir, gastamos más tiempo trabajando que percibiendo,
investigando y estudiando, claramente este es un problema como sociedad y el
manejo que las empresas dan a sus trabajadores, privándolos de cualquier
posibilidad de darse cuenta que es lo que necesitan. En efecto, dada esta
imposibilidad que las empresas le dan a sus trabajadores, no es completamente
normal que los políticos que ganan las elecciones por lo regular suelen
contribuir de una u otra manera a las grandes empresas, dejando de tal manera al
sujeto, con un cansancio tan grande que sólo le queda salir en un círculo
vicioso infiniti.
No obstante, ¿En serio podríamos afirmar este círculo vicioso sin más? No
deberíamos mostrarnos con resistencia ante este constante adormecimiento creado
por la sociedad de consumo, después de todo en serio necesitamos todo en lo que
gastamos o es acaso ahora nuestras pertenencias las que nos definen como sujetos,
bueno de hecho ahora nuestro modelo de vida le dice mucho a la sociedad y nos
volvimos dependientes de este mostrar y ver, auto- expropiándonos de nuestra
identificación como humanos, ahora parecemos productos, siempre a la espera de
ser vendidos de la mejor manera, aun cuando esta espera y preparación pueda
llevarse todo lo mejor de nuestra propia existencia, entre ello, todo nuestro
tiempo.
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SOBRE
AUTONOMÍA SOCIAL
Por: Zahur Klemath Zapata
zapatazahurk@gmail.com
No nos podemos
quejar de la democracia; la democracia es: cuando se eligen a
individuos para que gobiernen a los electores a su saber y antojo
sin que los electores puedan reclamar por los actos de los elegidos.
La democracia es el gobierno de los elegidos por la sociedad. La
sociedad en una democracia está sometida a las leyes y reglamentos
que ésta imponga. La forma de sobrevivir de una democracia es a
través de impuestos, manejo del poder y la corrupción que ella
establece para crear la criminalidad. La democracia no permite que
la sociedad intervenga en sus asuntos y allí es donde se establece
la represión contra los que protestan o reclaman una equidad,
autonomía o libertad social.
Estamos viviendo
en una democracia y eso es lo que hemos elegido establecer.
En verdad en eso es lo que tú quieres vivir.
El comunismo, el
socialismo, la dictadura y la monarquía tienen los mismos principios
y el mismo fin, gobernar a la sociedad a través de impuestos a toda
costa.
La democracia va en contravía a la autonomía, porque la democracia
es una institución administrada y dependiente de los políticos y
estos son mantenidos a través del voto de unos pocos. Los políticos
manipulan el concepto democracia como una ramera que vive de los
impuestos producto del trabajo de los ciudadanos.
¿Entonces por qué apoyar el concepto de democracia?
La autonomía no es posible si existe la democracia o sistemas
políticos afianzados en estos principios. Autonomía es la capacidad
que tiene cada individuo de poder decidir por sí y organizarse como
él considere adecuado en una sociedad que entre todos han
construido. Todo esto basado en la autonomía de los individuos que
son los que representan la nación, el Estado y las instituciones.
Cuando se pueda entender este concepto, podemos considerarnos seres
libres y autónomos. De lo contrario seremos esclavos de quienes
representan la democracia.
Quienes gobiernan las naciones manipulan el intelecto social para
fines personales y establecen su propio ejército como medida de
represión a quienes no apoyan sus leyes y mandatos.
Los impuestos, la vacuna, la extorsión o cualquier medida que se
aplique para recolectar dineros para sostener el sistema
democrático, es imposición de quienes están al frente, porque ellos
son los que al final van a usufructuar de esos impuestos y no la
sociedad que los paga. Las
medidas que todo sistema democrático impone están
basadas en el dominio de una sociedad que
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acepta esa imposición sin
racionalizar el verdadero origen de esa imposición.
La sociedad ha logrado evolucionar paulatinamente a través de
experiencias obtenidas en el manejo del Estado donde el individuo es
conducido como borrego por los políticos de turno. Este manejo lo ha
llevado a los más horribles holocaustos donde no ha habido
escapatoria para ninguna persona que viva en ese dominio.
PETRO NO ES SANSÓN
Crónica # 872
Gustavo Alvarez Gardeazábal
Audio:
https://www.youtube.com/watch?v=_PGZlNUKqU8
Dentro de la tradición judeocristiana en que nos educaron, el nombre de Sansón
ha servido para una y otra reflexión de rabinos y sacerdotes a la hora de
predicar.
Su leyenda, la de haberse dejado cortar el pelo de Dalila, la filistea que lo
embrujó para quitarle la fuerza monumental de que gozaba, ha servido para todas
las generaciones y civilizaciones que se hicieron leyendo la Biblia.
Por estos días en Colombia, cuando el país se ha ido acostumbrando a ver a su
presidente usando gorra juvenil para taparse la cabeza, pelada o remendada, las
especulaciones sobre la causa que ocasiona tal uso de gorra, han servido para
pasear a Petro entre las greñas que le cortaron a Sansón y las interpretaciones
herejes de la senadora Maria Fernanda Cabal.
Pero aunque el embajador en Londres, Roy Barreras, se ha tranzado en una batalla
verbal explicativa con la senadora para disipar los rumores sobre la gorra
permanente y la cabeza pelada del presidente, ninguna de las feroces lenguas
chísmicas bogotanas ha sido capaz de levantar un pedestal más contra Petro,
imaginando la causa de su falta de pelo.
Por supuesto, hipótesis han corrido muchas, desde las que lo sitúan soportando
la calvicie que genera una tratamiento de quimioterapia hasta las de cirujanos
estéticos que han aseverado que se trata de un tratamiento contra la alopecia,
es decir, que le estarían haciendo trasplantes de pelo.
Todo puede ser posible y si la vanidad que cada ser humano posee en distintos
grados, no lo impidiera, los colombianos habríamos sabido la razón por la cual
el presidente usa gorra.
Mientras eso sucede y Petro baje de su pedestal para informarnos como jefe de
estado cuál es la razón de sus maluquerías y calvicies, dejemos que corra la
exageración lenguaraz de que al presidente le pasa lo mismo que a Sansón y que
hoy 1 de mayo, sabrá si perdió la fuerza con la que siempre soñó, amenazó y
hasta asustó: la popular.
El Porce 2 de mayo del 2024
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