Fundado el 9 julio de 1948 -

Por Rafael Cano Giraldo -1948-1981

Publisher: Zahur K. Zapata - 1981 –

 

 

 

Las opiniones expresadas por los columnista son de su exclusiva responsabilidad y no comprometen el pensamiento de El Imparcial

 
 

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EDITORIAL

 

Pereira, Colombia - Edición: 13.254-834

Fecha: Sábado 04-05-2024

 

EDITORIAL

 

El olvido colombiano

 

En incontables ocasiones nos hemos envuelto en la inagotable experiencia de vivir sin miedo, de ofrecernos al devenir, para luego simplemente encontrarnos con la realidad, todavía no estábamos listos para aquello que le permitimos hacer al devenir con nosotros.

El problema de autodiagnosticarse como insuficiente para una nueva experiencia no es en esencia la autocrítica, sino, los efectos colaterales que causamos con nuestras decisiones, tanto como el dejar entrar la posibilidad, como de detener el fluir del devenir. Sin embargo, si bien cuando decidimos jugarnos la vida, el tiempo parece detenerse, todo parece ser la mejor opción en mejor mundo co-posible, pero; cuando este momento comienza a ser un poco más real es que los efectos, daños, retortijones y demás manifestaciones que no sentimos en el éxtasis, se suman manifestándose con múltiples síntomas entre ellos la imposibilidad para tomar decisiones que vayan en juego con el momento que permitimos generar, y esto sólo sucede porque no estábamos preparados para esto.

 

Un ejemplo de lo anterior podría ser la elección del actual presidente Gustavo Petro, que en un primer momento se manifestó como el cambio que deseábamos y este deseo nos llevó a aceptar todo lo que decía, enajenados de cualquier tipo de razón decidimos darle la oportunidad de representarnos, para sólo encontrarnos con la realidad, todavía no estábamos preparados para lo que implicaba Petro, en otras palabras, no queríamos percibir lo que implican las palabras de Petro en su praxis. Y es así como en la praxis de la discursividad de Petro, el colombiano se ha vuelto insuficiente para entender a qué quiere llegar, entonces, se ofende, y decide actuar de la peor manera, criticar y criticar la postura que desde un primer momento decidimos aceptar.

En esta frustración de no poderle hacer frente al presente que se nos había ya planteado desde un pasado no muy lejano, el colombiano decidió desentenderse de su decisión para así sólo esperar que las cosas pasen sin más.

 

Esta misma práctica la llevamos cada día en donde nuestras acciones tomadas en el éxtasis del momento nos impiden considerar las implicaciones del futuro incurriendo así en generar innumerables daños colaterales que se pudieron haber evitado, para así utilizar nuestra mejor arma, el olvido, el famoso olvido colombiano.

 

 

 

 

Cuando los impuestos nos convierten en sus esclavos

Por: Zahur Klemath Zapata

zapatazahurk@gmail.com  

 

En el principio los guerreros impusieron los impuestos como una forma de hacer pagar al vencido el derecho de sobrevivir en su territorio. Esa mesada se fue volviendo obligatoria y fue pasando de mano a mano con los siglos hasta nuestros días.

Hoy las conquistas no son de bárbaros ambiciosos que se hacían del botín humano y económico sino de políticos que se apoderan de todo a través del voto democrático e imponen los impuestos para sostener la burocracia y su establecimiento.

Las sociedades han mutado de simples pastores a ciudadanos educados y profesionales que han construido su entorno a través de las disciplinas académicas y el aprendizaje empírico enseñado de otros para lograr una formación laboral.

Los impuestos son una extorsión que imponen los políticos a las cosas que ellos pueden poner gravamen para recoger dinero de quien lo produce o lo tiene. De esta forma quien hace parte del establecimiento público recibe su cuota sin miramiento de donde vino.

Hemos evolucionado, los estándares que antes eran mirados como cosa buena, hoy son el látigo que castiga a quien viva en sociedad, sin cuestionarse ¿por qué estoy obligado a pagar impuestos para que otros vivan en mejores condiciones de las que yo vivo? ¿Por qué mi nación carece de todos los bienestares si yo estoy pagando para que se nos dé un bienestar del que hoy carecemos?

Hemos avanzando en todas las formas tecnológicas y estamos en la cumbre del conocimiento intelectual, hemos logrado que cientos de enfermedades se puedan tratar o curar, que nuestra vida se haya prolongado por muchos años más y aún nos siguen esclavizando los políticos con sus impuestos.

La pregunta que siempre se hace, ¿Cómo se va sostener el establecimiento o la nación?

La nación es el espacio que todos ocupamos y en la cual estamos afincados y es nuestro nicho y nuestra posesión emocional y nuestro amor patrio. Ahí están nuestras raíces y valores, ahí está nuestra patria.

Esta patria no necesita de políticos, lo que necesita son personas organizadas que pongan a marchar ese capital intelectual humano y que vuelva productivo todo el
 

 

 

territorio nacional y las utilidades que produce ese esfuerzo colectivo se convierten en económico y genera capital para que todas las cosas buenas las tengan los ciudadanos.

 

Mientras no existan los políticos el dinero alcanza para hacer los más bellos monumentos y nación.

 

EL ÁBACO DE LOS MILITARES
Crónica # 874

Gustavo Alvarez Gardeazábal
Audio:

https://www.youtube.com/watch?v=JHA8HdPQaCM

Parecería que en Colombia hemos perdido el sentido de las proporciones o terminamos aceptando como verdad lo que sea, así todo resulte mentira.

Nada nos estremece y, lo que quizás agrave nuestra apatía, no generamos reacciones frente al punto al que hemos llegado.

El mejor ejemplo es lo sucedido desde cuando el presidente de la república nos informó que en manos del Ejército Nacional se perdieron desde un par de misiles spike hasta casi un camionado de granadas y municiones.

Tanto el ministro de la Defensa como el comandante General de las Fuerzas Militares, responsables finales en la pirámide de mando, oyeron la denuncia impasibles, como cuando Isabel oía llover en Macondo.

En cualquier otro país habrían renunciado y puesto en manos de la Procuraduría la investigación sobre el aparente robo de todo ese material. Pero da la sensación que no solo no responden por lo que todos suponíamos que finalmente estaba a su cargo, sino que dan pábulo a que se diga en los oscurecidos senderos informativos militares que lo sucedido fue una lectura errada por parte del presidente Petro pues dizque leyó mal las cifras contenidas en el cuadro que adjuntó por la cuenta de X y ellas no correspondían a material faltante.

Pero, lo que es peor, lo dijo El Tiempo luego de consultar “fuentes militares” que el material faltante se contabiliza sin establecer diferencias entre sí lo gastaron o se les perdió.

En otras palabras, que estamos en presencia de un Ejército que usa la contabilidad de ábaco en los tiempos de las inteligencias artificiales y que la afirmación presidencial fue una ligereza al leer equivocadamente las columnas del cuadro.

Eso quiere decir entonces que ni el ministro ni el general comandante revisan los datos que el presidente utiliza en materia tan delicada o que quien nos gobierna sigue el ejemplo jesuítico que decía “calumniad, calumniad, que de la calumnia algo queda”

El Porce, mayo 4 del 2024
 

 

Director
Zahur Klemath Zapata

Gerente
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Gerente Operativo
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Editor

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Diagramación
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Gustavo Álvarez Gardeazábal

 

 
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